viernes, 29 de junio de 2012

UN ABRAZO PARA LOS CHICOS

Ya he dicho reiteradamente, en mis escritos, que las cosas más bonitas, que se pueden apreciar, son gratis. Ver un amanecer en el mar; observar un anochecer en el campo. Divisar el horizonte desde un lugar bien alto. Percibir el perfume de las flores, en primavera; apreciar una arboleda con los lapachos florecidos.

Tenderse en el pasto, una calurosa noche de verano y mirar como  una hermosa luna llena, te hace un guiño. Todo esto se puede gozar mucho más, con una buena compañía a su lado. Ya que todo lo antedicho no deja de ser romántico y el amor como todo sentimiento, también es gratis.


Y el amor se puede manifestar de mil modos distintos y en los momentos menos esperados. Eso me pasó, hace casi un año atrás. Buscando algún tema, para mi programa de Radio Corpus, de Ciudad del Este. Por casualidad, me encontré de frente con una de las cosas más lindas y emotivas que me tocó vivir, en mi vida.

Una buena amiga me pidió que la acompañe, a conocer gente que trabaja con niños y niñas de la calle. Ella es profesora de arte y ofrece cursos gratuitos en la Biblioteca de nuestra ciudad. A pedido de una coordinadora, concurría a tomar un primer contacto, a fin de planificar un curso en base a edad y entendimiento.

No bien traspuse la puerta de entrada, me embargó una extraña sensación, que se apoderó de todo mi ser. Chicos alegres, sentados frente a un televisor, disfrutando una vieja película cómica. Niñas conversando y jugando entre sí, como si todos sus problemas se hubieran quedado detrás del portón.

Pero fueron las sonrisas de dos personas, las que me atraparon, y me hicieron reflexionar. Eran dos sonrisas francas y sinceras, llenas de amor hacia su trabajo y eso lo sentí al primer impacto. 

Luego, di un par de vueltas por el lugar y conversé con los chicos. Algunos se prestaban de mil amores y otros, tímidos hasta el caracú, me miraban con sus ojos abiertos, pero sin articular palabra alguna.

Entonces, de pronto, me acordé de aquellos cuentos que les contaba a mis hijos, que no tenían ni pies ni cabeza, pero que los divertía hasta las lágrimas. Y los hice reunir, formando una medialuna, bien sentaditos y comencé a narrarles cualquier cosa que me viniera a la mente. Ellos se divirtieron mucho y yo también. Incluso mi amiga, quedó desconcertada, ya que desconocía mis talentos como payaso y mimo.

Esto que acababa de hacer, fue para mí, una especie de hobby o una descarga anti estrés, por llamarlo elegantemente de alguna manera; pero me ponía en el papel de las funcionarias y funcionarios que trabajan allí, y con mi poquísima paciencia, no querría, por ningún motivo estar ni diez minutos en sus zapatos.

Una cosa es una visita de una hora y otra muy diferente, compartir con estas criaturas, problemas, angustias, temores, desencantos, rabia contenida, rebeldía expuesta a cada instante, mirada y gestos desafiantes y relatos de niños maltratados, que merecen otra oportunidad en la vida.

Ese trabajo no lo haría ni ebrio ni borracho, no por falta de amor o sensibilidad, hacia los niños, si no porque no tengo el toque de la paciencia. Esta es una preciosa virtud, que hace muchos años que he perdido para siempre. Pero por sobre todas las cosas, no sé si estaría capacitado para tan abnegada y delicada obra.

Y esta gente lo hace tan, pero tan bien, que hasta las envidio por hacer cosas, mucho más allá de los deberes de un funcionario público. Dar amor, cariño, protección, consejos, hacer de papá y mamá, cuando los verdaderos; aquellos que los concibieron y echaron al mundo por deporte, no les interesan mucho.

Eso no está contemplado en los deberes del funcionario estatal, eso es un plus personal que esta maravillosa gente de Abrazo de Ciudad del Este, que es la institución a la cual me he referido desde el principio. Ellos, los que hacen a esta repartición nacional, grande de verdad, ponen en cada acto, su cuota de profundo amor, por lo que hacen.

Luego de aquella primera visita, he vuelto muchas veces más. No todas las que hubiera querido, pero he retornado. Cuando mis obligaciones y mi colapsado físico así, me lo han permitido. Mantengo comunicación con ellos, ya que su lugar operativo no se encuentra muy lejos de mi radio de acción.

Hice muy buenas migas con varias personas de las que prestan allí sus servicios. Y les hago saber mi admiración por el magnífico trabajo que ellos llevan a cabo. Todo se hace allí con muchísimo amor. Una cosa es decirlo o escribirlo y otra muy diferente es verlo con sus propios ojos. El ambiente, de por sí, es mucho más tranquilo de lo que ustedes pueden pensar.

Desde jugar con los más chiquitos, hasta la forma como se preparan los  alimentos, pasando por una extensa variedad de actividades y actitudes que para ellos es normal, pero para el que viene de afuera como simple espectador, lo sensibiliza y emociona. 
Y el amor como antes dije, va mucho más allá de los deberes. El presupuesto nacional tiene previsto comida, vestimenta, enseñanza, útiles escolares y hasta alguna que otra golosina.

Sin embargo, estos chicos, a pesar de haber caído en muy buenas manos, siguen siendo carentes en muchos aspectos. Es por eso que en todo momento se les hace sentir “buenas ondas”, ellos necesitan por sobre todas las cosas que se los tengan individualmente en cuenta, como persona, no como un integrante de la masa.

Por ese motivo, los funcionarios, muchas veces deben meter mano en sus escuálidos bolsillos, para satisfacer insignificancias para otros, pero  para estos chicos, cualquier cosita que se les ofrezca es  fantástico. 

A la mayoría, jamás se les festejó un cumpleaños y en Abrazo, eso es ley para todos, sin excepción. Sin embargo esto, no está para nada contemplado en el presupuesto anual. 

Por lo tanto, si usted es una persona que se queja de todo, pero nunca hace nada; aquí tiene la oportunidad de cambiarle el destino a cientos de criaturas que no tuvieron su suerte. Acérquese a Abrazo de Ciudad del Este, y traiga una tortita o cotillón o alguna gaseosa o jugo o done parte de su tiempo libre para hacer feliz a un niño, dándole un gran beso y un reconfortante Abrazo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario