viernes, 21 de diciembre de 2012

EL QUE NACE PARA PITO, NUNCA LLEGA A CORNETA


Cuando el 20 de abril de 2008, el actual presidente, Fernando Lugo Méndez, ganó las históricas elecciones, todos los que confiábamos en él, suspiramos aliviados, al superar la más tensa campaña electoral de los últimos 20 años, y porque se rompía en mil pedazos, el famoso mito colorado de gobernar por toda la eternidad. 

Le depositamos en su cuenta, un cheque en blanco de esperanza y credibilidad. Ya han pasado tres años de aquella fecha y todo sigue igual. E inclusive, se retrocedió en algunos aspectos. 

Los números fabulosos presentados por el gobierno, no son méritos suyos, más bien un cóctel de variables que favorecieron al país, pero dentro de una coyuntura muy puntual. 

Dentro de ese menjunje de ingredientes que componen la receta, se encuentran la abrupta caída, del dólar y que este gobierno inútilmente quiere frenarlo, comprando gran cantidad de billetes norteamericanos, para evitar que sigan cayendo más, pero al faltar guaraníes en el mercado, se genere una recesión de padre y señor nuestro. 

Si este gobierno, hubiera tenido una sólida hoja de ruta, y encaminado todos sus esfuerzos para darle seguridad jurídica y energía barata a los inversores extranjeros; a esta hora se estaría peleando mercados antes jamás pensados para nuestros productos tradicionales y los que no lo son. 

Es más, hasta se le podría haber sacado algunos clientes a Brasil, debido a su constante revalorización del real, que cada día se hace menos competitivo en los mercados internacionales. 

En concreto y para no alargar y aburrir la cosa, seguimos con las mismas empresas estatales ineficientes; no se hizo la reforma agraria, famosa mentira piadosa hecha para ganar votos entre los muy pícaros campesinos locales. La célebre corrupción imperante desde la época colonial y tan criticada por las actuales autoridades, durante la era Nicanor, sigue en un perfecto estado de conservación, pero corregida y aumentada. 

El Parlamento no mejoró la calidad de sus componentes, contando muchos de ellos, con ciertas cuentas pendientes con la Contraloría, pero como en el país de los amigos, todo se puede... 

Hasta comprar la impunidad u otorgarse a sí mismos, jugosos aumentos de salario y gastos de representación. Con lo que gana cada legislador, constituye el ingreso de 40 familias, del bañado, que se encuentra apenas a unas 30 cuadras de allí. 

¿Será este, el cambio tan anunciado en la campaña electoral?, por toda la izquierda, en una coalición mantenida con hilos de coser y que por ciertas cuestiones, no termina por cortarse, pero ¡que tiene ganas!, eso ni dudarlo. ¿Será esta izquierda de escritorio y cartón, que le gusta vivir como oligarca, cosa que critica a rabiar y propicia contra viento y marea, la lucha de clases, mientras se mueren por ser invitados al Centenario o entrar en Kandy. 

De educación, salud y seguridad, mejor ni hablar porque no quiero ponerme a llorar, pero se nota de lejos, que en estos tópicos, también hemos reculado y mucho. En cuanto a la pobreza, habría descendido su nefasto índice, sin embargo la línea bajo pobreza se incrementó un 8%. 

La inflación dibujada por los asesores del presidente, ronda de marzo a marzo, un 10%, sin embargo, solo las subas por combustibles, casi la triplican y los productos de la canasta familiar dice que a esos índices se los llame “Pinocho”. 

Otras de las cosas criticables a nuestro dignísimo presidente, no es su cobardía, si no su falta de valentía para enfrentar los urgentes problemas del día a día. Siempre cuando se está por armar un serio problemón, este huye hacia otras tierras, so pretexto de mejorar los lazos de amistad con tal o cual país. Cuando se le pregunta puntualmente de temas urticantes, se ríe y con una mueca entre cándida y petulante, pone su famosa “ñembota's face”. 

Pero no todo lo que hace este gobierno está mal, hay cosas que son mucho peores. Como su política exterior. Ha comenzado a recorrer un camino espinoso, y sin retorno, al menos para futuras expectativas personales que pueda pretender. 

Nosotros no necesitamos un presidente, precisamos de un estadista. La diferencia es muy simple. Es como intentar comparar a un neurocirujano con un pedicuro. 

Un presidente simplemente gobierna a un país, mientras que el estadista no piensa en la próxima elección, sino en la futura generación. Para ello maneja códigos distintos y se mueve contra la corriente, como el salmón, intentando sortear los embates políticos de la oposición o los de su mismo partido. 

Solo para dejar un legado a los futuros descendientes. Su relación en el exterior debe ser cordial pero firme, con mesura de no irse de boca. Caso opuesto a lo que viene haciendo nuestro estimado Fernandito. 

Al pasar por el Museo de Remanentes de Guerra de Vietnam. El mandatario dejó su opinión personal, en el libro de visitas, sobre la guerra de Vietnam: "USA; nunca, nunca, nunca, podrá resarcir a este pueblo heroico, todo el daño que le han hecho. 

Qué ironía del destino y de la historia, en USA a los criminales de guerra se les llama héroes". Y no es que esto sea mentira, ni mucho menos; pero cuando se intenta cerrar las heridas e iniciar una nueva era en las relaciones internacionales, Fernandito se le da por revolver con un gancho carnicero, la vieja herida. 

Hay momentos donde es mucho mejor morderse la lengua, antes que decir algo que nos indisponga con quien se le está lloriqueando para que nos tire algún huesito para roer. A esto se lo llama lisa y llanamente diplomacia. No ser “argel” ni desagradecido con un gigante que hacía pocos días antes, en uno de sus operativos, 80 pacientes paraguayos volvieron a ver, con un costo cero para ellos. 

Pero como su lengua quiere parecerse a la de su amigo Chávez, volvió a repetir en Ecuador su total falta de tacto. Fernandito se olvida que ya no es el curita que se iba de “yacaré” en las tardes de San Pedro. Ahora es el Primer Paraguayo, que nos representa en todo el mundo y cualquier cosa que diga, se amplifica y da la vuelta al planeta en segundos. 

En la tierra de Correa también habló demás, ya que durante un discurso, otra vez arremetió contra EEUU, al criticar el bajo nivel de su diplomacia, si es que se toman como ciertas, las revelaciones de la página web, Wikileaks. Pero sea pato o gallareta, no tenemos un presidente como el que deseamos, porque sería lo mismo que pedirle peras al olmo o el que nace para pito nunca llega a corneta.

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