miércoles, 6 de abril de 2011

ATROPELLO Y PREPOTENCIA

Cuando nace la prepotencia y el abuso de autoridad, el estado de derecho se rompe en mil pedazos. Eso es lo que  sucedió el domingo 26 de agosto. El día que el orgullo hernandariense, Aldo Villalba, nuestro quíntuple campeón mundial de Kung Fu, jamás olvidará, al recibir una paliza gratuita, por parte de ocho integrantes del primer anillo de la seguridad presidencial. Cobardemente fue rodeado y golpeado, si hubiera reaccionado, es muy probable que hoy estuviéramos leyendo su obituario en cualquier periódico nacional o extranjero.

Estando en la hamburguesería “Aquí está Miguel” sita en la avenida Gianotti esquina Foz de Iguazú, pleno centro de Hernandarias, a la espera de sus alumnos de artes marciales, antes de la participación en un torneo, fue interceptado por uno de los guardaespaldas del presidente, horas antes de la visita a la ciudad y que se realizaría en el nuevo teatro municipal, que se encuentra a metros de dicho local.

Dicho personaje se dirigió con prepotencia hacia el atleta, intimándolo a identificarse. Aldo Villalba le dijo que no tenía por que hacerlo ante un particular quien no lucía ningún tipo de carné, escudo o algo que pudiera darlo a reconocer como una autoridad a la que si debía hacerlo. Todo esto ocurría a las 9 horas de la mañana, en medio de un gentío impresionante, que llegaban con ómnibus contratados, como en todos los actos de este tipo.

Ante las reiteradas negativas a darse a conocer por parte del guardaespaldas, y sin mediar palabras ni provocación, lo sujetó con fuerza del brazo, a Villalba, ayudado por otros camaradas, que rápidamente acudieron en ayuda de su colega. Una vez unidos a la fiesta, cobardemente comenzaron a darle rodillazos, golpes de puño  y codazos repartidos indiscriminadamente, sin mirar a un blanco fijo. Luego fue empujado hacia el fondo del terreno, donde existe un descampado.

La suerte estuvo dos veces de parte de Aldo Villalba. La primera fue que se prendió de un alambrado, con todas las fuerzas que aún le quedaban y eso evitó que fuera arrastrado hacia un lugar donde no hubiera testigos, y en donde lo hubieran golpeado sin ningún tipo  de miramientos. La segunda fue el hecho de no haber reaccionado. En ese caso, de haberlo hecho, es muy probable que hubieran sacado sus armas y disparado repetidamente sin pestañear ni una sola vez.

En el forcejeo fue tomada su billetera y retenida su cédula de identidad. Luego de esto, se retiraron, no sin antes indicarle que le devolverían su documento, previa certificación de sus antecedentes. Villalba los siguió a una prudencial distancia, hasta que aquellos entraron en la comisaría 5ta. de Hernandarias. Quiso hacer la denuncia, pero el suboficial que estaba de guardia, se negó rotundamente a ello.

Luego, acompañado por varios de sus alumnos, se dirigió de inmediato a una clínica privada local en donde se le practicó varios análisis. Más tarde regresó a la comisaría en un nuevo intento por radicar la denuncia que no fue tomada. 

Fue precisamente cuando  desanimado pensaba regresar a la clínica, cuando esta vez, gracias a la intervención del comisario Críspulo Sotelo, sí se pudo realizar. El también habría sufrido los embates de estos guardias prepotentes, quienes maltrataron a casi todo el personal de la comisaría, según las quejas de sus subordinados, impidiéndoles hacer su trabajo específico, ordenado por sus superiores. 
 
¿Quién es Aldo Villalba?

Es el único deportista paraguayo que ostenta 5 títulos mundiales, dos de ellos, defendido en EEUU. Posee varios campeonatos nacionales, sudamericanos e internacionales varios. Decenas de torneos ganados dentro y fuera del país. Cuenta desde hace varios años con su propia academia de artes marciales y cientos de alumnos. 

Se ha codeado con los mejores luchadores de su disciplina y los ha derrotado a todos. Sin embargo como a otros tantos ídolos deportivos de nuestro país, recién reciben homenajes después de muertos.

Aldo Villalba, tiene 29 años y aún le queda mucho para aportar a este noble deporte. Su hermana Bella y su hermano Marciano, siguen sus pasos de cerca y colaboran en la enseñanza de esta milenaria expresión deportiva. Ambos han sido ganadores de muchos torneos tanto a nivel nacional como internacional. Es tanta la cantidad de trofeos ganados, existen de todos los tamaños y colores, que están repartidos en 6 lugares distintos. Es el sueño de Aldo, cuando posea su casa propia, destinar un lugar apropiado para poder exhibirlos y admirarlos con mucho orgullo.

Aldo es un muchacho sencillo, de familia humilde pero muy trabajadora. Es muy difícil no verlo entrenar en su gimnasio, como así demorar horas para atravesar un par de cuadras, ya que se detiene a saludar a todos sus conocidos. Actualmente es instructor de las Fuerzas Armadas. Es muy respetado por sus colegas, alumnos y amigos por su amable forma de ser. Siempre tiene una palabra amable en la punta de la lengua. Por eso, ningún hernandariense entiende lo que le ha pasado y hace causa común con él. El pueblo entero lo ha tomado como una ofensa.

Existe un perjuicio económico muy grande para Aldo. Al millón y medio ya gastado en cuatro días, y que lo ha dejado ya sin ahorros, habría que sumarle los remedios que faltan para sus 30 días de reposo. Un lucro cesante por no ir a trabajar, que si no lo hace no come. 

El dinero de dos torneos a los cuales está imposibilitado por prescripción médica que podrían reportarle unos 2 millones, harían un bonito agujero de, más o menos unos 5 millones. ¿Quién se los paga?, ¿Quién se hace cargo de aquella bestialidad cometida por esos salvajes con permiso y impunidad para hacer cualquier cosa?

Hechos como este ensombrecen la democracia

No es exagerado decir que actos como lo relatado en esta oportunidad y atendiendo a lo vivido por colegas de otros medios y corresponsales en distintas ciudades, son reiterados y constituyen un verdadero retroceso en cuanto a los derechos civiles. Lo que ha sucedido en Hernandarias, se ha repetido en el Área 4 de Ciudad del Este y en cuanta reunión política haya estado nuestro presidente en escena.

Eso no significa que nuestro presidente sea responsable de estos sucesos, sin embargo alguien le tendría que informar que, si bien es necesario resguardar su seguridad ante un eventual atentado siempre existen locos sueltos por ahí. 

El primer anillo de sus guardaespaldas están excedidos en cuanto a su celo profesional y lastiman profundamente nuestra débil ñembo democracia en cuanto a los derechos civiles, las garantías constitucionales y aquellas manifestaciones innatas con que todo ser humano ha llegado a este mundo.

No debemos regresar nunca más a aquellas tristes épocas anteriores a 1989, sin embargo parecería que, con hechos como estos, muchos la extrañan y añoran aquel terrible y negro período de la reciente historia del Paraguay. 

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