sábado, 2 de abril de 2011

LOS CHICOS DE LA GUERRA

Entre 400 a 500 mil niños soldados son reclutados anualmente en muchos países con conflictos bélicos, especialmente de África, Asia y en menor escala, Sudamérica.  De ese total, el 30% muere en la primer semana, 30% durante los tres primeros meses, 25 % queda parcial o t0talmente inválido y el 15% restante queda con secuelas sicológicas tan graves que prácticamente se hace imposible su reintegro a la sociedad debido a las perturbaciones mentales adquiridas durante su permanencia en el frente de batalla.

Varias organizaciones internacionales vienen denunciando en sus informes anuales la utilización de menores en un sinnúmero de conflictos armados alrededor del mundo y a los que son obligados a utilizar armas como si fueran soldados adultos. Los mismos informes revelan que el 40% de los 500 mil niños reclutados anualmente, son nenas entre 6 y 12 años. 

El solo hecho ya de reclutarlos para una ocupación en la que a veces ni un adulto está capacitado para tal tarea, constituye un verdadero atropello e insulto a la Declaración de los Derechos del Niño, e insulto erechos del Niño, constituye un verdadero atropello a losun adulto est1717171717171717171717171717171717171717171717171717171717171717171717171717171717171717171717aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1959.

Tanto la UNICEF como la ONGs  Save the Children (Salven a los Niños), están luchando por separado y con armas diferentes, pero con mismo fin: "la protección integral de la niñez y garantizarle sus derechos, plenamente adquiridos, ya con el nacimiento mismo.” 

Sin embargo, a pesar de las constantes campañas de concientización y de las promesas hechas por los diversos gobiernos del mundo, parecería que la situación tiende a agravarse cada día más” comenta para la BBC, Alfred Munsterfeld, Alto Comisionado de las NNUU, dedicado a la protección de la infancia.

Agregando para concluir que:”Con las nuevas armas, ligeras y fáciles de disparar, resulta más fácil armar a los niños, y se necesita menos adiestramiento. En todo el mundo, más de medio millón de niños menores de 18 años han sido reclutados en las fuerzas armadas gubernamentales, los grupos paramilitares, las milicias civiles y una amplia variedad de grupos armados no estatales en más de 85 países del mundo”.

Muchos de estos niños son reclutados porque sus padres han muerto y no tienen a donde ir, y por lo menos tienen quien les dé algo para poner en sus bocas, otros son secuestrados. Lo que sí, la mayoría muchas veces ni cuenta con ocho o nueve años sobre sus espaldas. 

Sin embargo casi todos están acostumbrados a la violencia porque nacieron precisamente en lugares de permanentes conflictos como pueden ser el lejano y el cercano oriente, la mayoría de los países centroafricanos con sus continuas luchas tribales, en Perú, México o Colombia donde operaran junto con las fuerzas paramilitares o bien los traficantes de cocaína.

“Estos niños están expuestos a los peligros más graves y a los sufrimientos más atroces que un ser humano se pueda imaginar, tanto físicos como psicológicos. Y resulta sencillo manipularlos y alentarlos a cometer verdaderos actos espantosos, ya que con frecuencia y teniendo en cuenta su corta edad, ni siquiera son capaces de comprender lo que están haciendo”, según comenta Silvia Perales Orihuela, sicóloga de guerra, del ejército español y que presta sus servicios gratuitos a Save the Children.

“En el caso de las niñas, la situación se empeora, ya que son permanentemente violadas tanto por sus pequeños camaradas de armas como por los adultos, quienes esperan de las reclutas que, además de combatir, proporcionen muy buenos servicios sexuales” finaliza dicha terapeuta.

Eglantyne Jebb, una mujer excepcional

A pesar de nacer en una familia de campesinos de posición acomodada, ya siendo adolescente, dejó escapar muchas posibilidades de realización personal para ir un pos de un sueño, en la época casi irrealizable: ayudar a todos los niños carentes del mundo a ser felices. En 1919 crea a Save the Children como la primera organización independiente consagrada a ayudar a la infancia.

Recorrió infinidad de países, especialmente aquellos que mantenían conflictos bélicos y gracias a su enorme fuerza espiritual y el poder de convencimiento de su palabra, logró arrancar promesas de mejor trato hacia el bienestar de los niños en medio de las diferentes contiendas. 

A las pocas semanas de su creación, Save de Children ya repartía ayuda en Alemania y Austria, en medio de la Primera Guerra Mundial.

Fue la impulsora de la redacción de la primera Declaración de los Derechos del Niño, publicada en la revista de Save the Children. Fue aprobada en 1924 por la Sociedad de las Naciones y sirvió de base para la 'Declaración de los Derechos del Niño' de Naciones Unidas de 1959, que en 1989 se convertiría en la Convención sobre los Derechos del Niño, siendo este el tratado internacional más ratificado entre todos los países del mundo.

A partir de allí, esta incansable pacifista no dejó país sin visitar ni de fundar filiales a las que controló como si fueran pequeños y disciplinados cuarteles. Nunca hizo diferencias a la hora de ayudar sean gobiernos comunistas, musulmanes, judíos, católicos, negros o lo que fueren. Todo lo hizo por su incansable amor a los niños.

Paraguay también tuvo lo suyo

El 16 de agosto de 1869, en Acosta Ñu (hoy Eusebio Ayala), Bernardino Caballero ordena el alistamiento de más de cuatro mil niños entre 6 y 14 años para cubrir su retirada. A los chicos se les pintan barbas y bigotes, les entregan palos y maderas que simulan fusiles y cubren sus cabezas con quepis militares.  Sus madres y hermanas aguardaban escondidas entre los matorrales para prestarles auxilio.

A las 8 de la mañana los 4.000 combatientes nacionales fueron alcanzados por las fuerzas aliadas, al salir al campo raso de Barrero Grande, llamado Acosta Ñu, por haber pertenecido a Juan Blas de Acosta Freyre. Las fuerzas atacantes sumaban 20.000 hombres. El conde D'Eu era el jefe de todas las brigadas de este ejército. Durante seis horas ese “ejército” de niños enfrenta a una entrenada escuadra brasilera. Son masacrados.

La batalla duró hasta las cinco de la tarde. Los avezados jinetes brasileros que se les abalanzaron encima y que al percatarse de que eran solo niños, los masacraron sin compasión. Los brasileros pasaron a degüello a todos los que encontraron a su paso y siguiendo con su política de total destrucción, le prendieron fuego al campo diseminado de muertos y heridos.

El Conde D´Eu, un verdadero sádico, después de batalla, al caer la tarde, las madres de los niños paraguayos salían de la selva para rescatar los cadáveres y socorrer a los sobrevivientes, el conde D´Eu mandó incendiar la maleza, quemando vivos a los niños heridos y sus madres. 

Mandó cercar el hospital de Peribebuy, manteniendo en su interior a los enfermos y lo incendió. No se conoce en la historia de América del Sur por lo menos, ningún crimen de guerra más hediondo que este.

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