viernes, 19 de octubre de 2012

JÓVENES PARAGUAYOS POR EL TOBOGÁN

Hay frases que escucho desde que tengo uso de razón, aunque muchos digan que de eso, nunca he tenido ni siquiera una pizca. 
 
Pero volviendo al tema en cuestión, desde mis primeros años de adolescencia, tuve que soportar de mis mayores, frases parecidas a "que la juventud está totalmente perdida", "que los jóvenes no tienen futuro", "a donde vamos a parar con estos adolescentes de hoy en día".

Eso en realidad es una manera de decir, ya que es algo que se escucha desde la época de las cavernas. Sin embargo, hay cosas que están sucediendo actualmente, de las cuales no solo yo, no coincido con el rumbo que, la gente joven está tomando, hablando en líneas generales, porque siempre existen las excepciones.

Pero no necesito la confirmación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ni de las encuestas encaradas por la Universidad de Osaka en Japón, como la de otras universidades norteamericanas y europeas, para darme cuenta que se está produciendo en la juventud, un fenómeno muy pocas veces visto, en las anteriores generaciones. 

No tengo vendas en los ojos, ya que lo puedo ver a diario, y en todos los estratos de nuestra sociedad. Una juventud que consume muchos litros de alcohol, durante todos los días de la semana. 
 
Que fuma como chimenea, tanto varones como mujeres. Que tiende a las comodidades de un buen sillón antes que salir a realizar ejercicios físicos en algún parque.

Que el sesenta por ciento de nuestros jóvenes, padece de sobrepeso. Que escucha música a un volumen que excede al nivel de los decibeles permitidos por sus oídos. Que permanece demasiadas horas frente al monitor de una computadora o en su defecto, enfrascado en inútiles e interminables chateos sobre la pantalla de su celular. 

Pero lo peor de todo, es que, ante el peligroso avance de nuevas y terribles enfermedades de origen venéreo; los chicos, no tienen ningún cuidado, en el momento de decidir tener relaciones sexuales, con una eventual compañera.
 
Es decir, que contradicen todas las recomendaciones dadas por los expertos, en todos los medios de comunicación masiva.

Para ser mucho más claro, se puede decir, sin temor uno a equivocarse, que es la primera vez, desde la Segunda Guerra Mundial, que no existía una esperanza de vida tan baja para esta generación con respecto a la de sus padres. 
 
La OMS impulso una Encuesta Mundial de Salud Escolar, consistente en un estudio que se realizó en varios países del mundo. Esto se concretó en nuestro país en el año 2007.

Recién a principio del 2010 comenzaron a difundirse, las primeras conclusiones. Allí se midió los distintos factores de riesgo, en los estudiantes secundarios. 
 
El resultado es preocupante, ya que el informe final, señala que los indicadores más arriba enunciados, son un claro alerta para el combate al alcoholismo, el tabaquismo, las enfermedades venéreas, y dolencias cardiovasculares, tumores y lesiones; tanto como la prevención de la sordera y la disminución de la vista por causas no naturales. 

Se consultaron a 3.000 alumnos paraguayos, entre 13 y 17 años, de 52 escuelas, en todo el país. Lo primero que remarca el informe es la poca actividad física de los jóvenes. 
 
En las escuelas, los que son aptos para el deporte, son privilegiados y los que no, relegados a un segundo plano. Por lo tanto estos, con el tiempo, perderán el gusto por el deporte, los ejercicios y las caminatas.

En la adolescencia se delinea los hábitos alimentarios y la forma corporal. Por lo tanto, el joven con sobrepeso y obeso será un adulto con sobrepeso y obeso. La mala alimentación viene del hogar, donde los padres desconocen las opciones para comer bien. Y en las escuelas estatales, no cuentan con un presupuesto ni para la alimentación ni para una nutricionista.

El tiempo libre sedentario que aporta la computadora, la televisión, los juegos electrónicos y el celular, compiten deslealmente contra la actividad física y este comportamiento lo conservará durante la vida adulta. Si le sumamos el bombardeo mediático que exalta los valores masculinos y femeninos, potenciándolos al beber determinada bebida alcohólica que lo hará sentir un ganador/a total o fumando cigarrillos "Mengano" será un "Macho Man" o una terrible vampiresa devoradora de hombres. 
 
Un adolescente no entiende que debe ejercitar su cuerpo, para prevenir los infartos en la vejez. A esa edad se piensa que uno es inmortal. Además, las clases de Educación Física son aburridas. 
 
Esta generación hace culto del sedentarismo y la cibercultura. El alcohol y el cigarrillo forman parte de un escudo para protegerse de las agresiones, ya que en el código adolescente, la aceptación o el rechazo juegan un papel vital en su vida.

En la mayoría de los jóvenes, existe un alto grado de irresponsabilidad cuando afronta sus primeros pasos en la vida sexual. Antes era el varón quien no se cuidaba, ahora, muchas adolescentes no quieren usar condón, por alegar que "raspa" o no siente nada "con esa goma". Los embarazos pre-adolescentes se multiplicaron por 7 en la última década. El Sida por 50. También no se deben de olvidar que estamos criando una generación de ciegos y sordos prematuros. 

Hasta aquí solo hemos hablado de la parte física, pero en cuanto a la parte psicológica y espiritual, también los jóvenes han sufrido un grave retroceso. La insatisfacción, el consumismo, los problemas de adaptación social, el temor exagerado al rechazo, los cientos de complejos y fobias que los atacan en esta etapa de la vida, ha hecho que la timidez, la inseguridad, la falta de comunicación con sus padres, desembocara en una ola imparable de suicidios.

¿Cómo se solucionar este desfasaje? No es sencillo responder, pero siempre la solución comienza cuando los padres se acercan a sus hijos y se interesan por sus cosas, por saber quienes son sus amigos, compartir tareas y diversiones juntos, iniciar una línea de dialogo permanente y conocer fundamentalmente las ideas que sus hijos tienen con respecto a todo.

No será esta una solución integral, pero se habrá dado un importante primer paso para evitar que sus hijos sigan cayendo libremente como por un tobogán.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario