Todos conocen aquella vieja y sabia frase que dice: “El vivo vive del sonso y el sonso de su trabajo”.
Pues bien, existen grandes villanos en la Historia, que valiéndose de mañas muy arteras lograron apoderarse del trabajo de sus subordinados o amigos cercanos.
Y por lo tanto lucir unos laureles que no lo merecen mientras que los verdaderos dueños intelectuales de la obra siguen permaneciendo en las sombras.
A raíz de una lectura que me conmovió e indignó al mismo tiempo, decidí dar a conocer una pequeña lista de algunos, que gracias al trabajo de otros, lograron acumular una enorme fortuna, cuando injustamente el verdadero creador, sobrevive con las pocas monedas que se les ha tirado, como una mísera limosna.
Del mismo modo que la frustración al haber dado todo de sí, durante la creación, para recibir como premio una soberana traición.
Aquí les dejo una pequeña lista de ejemplos, para que vean que no todo lo que reluce es oro.
Félix el gato: Si bien el famoso gato Félix salió de los estudios del empresario y caricaturista australiano Pat Sullivan, el verdadero creador fue el dibujante Otto Messmer. Dicho esto por sus propios compañeros del estudio.
Pero también por John Canemaker, uno de los historiadores de la animación, más creíbles y confiables de la industria cinematográfica.
Existe un gran porcentaje de seguridad que Sullivan haya plagiado a Messmer, como lo hacían todos los dueños de los estudios de aquella época.
Durante 1919 a 1921, llegaron a arrasar en todos los cines en donde se lo proyectaba. Pero su fama fue decreciendo hasta llegar a 1930.,
Resurgiendo con la llegada del color y el sonido, pero ya nunca fue como el de antaño. El mayor mérito de Pat Sullivan fue darle una promoción, con gran estilo, a este gracioso y pícaro gato.
Ratón Mickey: Luego de 60 años, se pudo saber que el verdadero creador del simpático roedor fue el holandés Ub Iwerks, quien era el compañero de habitación y primer socio, de Walt Disney, en los comienzos.
John Canemaker asegura que, Walt apenas sabía dibujar y mucho menos al personaje que lo llevaría a la fama.
Mickey Mouse vio la luz en 1928 y en 1931, el holandés se lo vendió a los hermanos Walt y Roy Disney, en U$S 3000, de aquella época. Estos de inmediato lo patentaron como marca registrada.
Con esto nadie robaría o plagiaría a su ratón insignia, sin embargo Disney se hizo multimillonario con todo aquello que no tuviera que pagar absolutamente nada.
Como “La Cenicienta”, “La bella durmiente”, “Pinocho”, “Alicia en el país de las maravillas” o “La sirenita”.
Siempre acompañadas por música clásica, también gratis como el caso del corto de Mickey en “El aprendiz de hechicero” donde utilizó la partitura de Paul Dukas.
Así como Disney nunca les dio un centavo a los herederos legítimos de Eisner, los Grimm o Carroll.
Y por último “El rey León” sería un plagio descarado del animé japonés “Kimba” o “Jungle Taitei” de Osamu Tezuka, también creador de Astroboy.
Quico y la Chilindrina: Todos conocen al “Chavo del 8” el personaje más famoso de Roberto Gómez Bolaños.
Este escribía íntegramente los guiones de la serie, que alcanzó números altísimos de audiencia. Sin embargo dicha exitosa serie, comenzó en 1971, y terminó en 1992, en medio de grandes peleas entre Bolaños y sus integrantes.
Gómez Bolaños siempre vio a sus compañeros de elenco como empresario y no como amigo y quizás allí radica el gran problema.
Este dictó las pautas generales de los personajes de dicha serie, y prohibió terminantemente que lo interpretaran fuera del estudio.
Pero Carlos Villagrán, “Quico” el chico de los cachetes, que lloraba recostado contra la pared y María Antonieta de las Nieves, la “Chilindrina” la niña de las colas, las pecas, los disparates y el llanto irritante, le imprimieron características únicas y muy particulares.
Ambos coinciden en que sin ellos, estos personajes jamás hubieran tomado la dimensión que aquellos lo hicieron. Entonces uno se pregunta, dos cosas.
Primero, hasta donde el personaje le pertenece al autor y hasta donde al actor, que le da vida.
Y segundo, habiendo Gómez Bolaños ganado tanto dinero, no tenía ningún sentido prohibirles a estos dos actores, seguir explotando el personaje, una vez que la serie hubiera terminado su ciclo. ¿Eso es realmente maldad o es avaricia?
McDonald´s: En 1940, los hermanos Richard y Maurice McDonald crearon un restaurante de hamburguesas asadas en California, comprobando que lo que más se vendía eran las hamburguesas, papas fritas y refrescos.
Por lo que idearon un menú de comida rápida y un sistema para agilizarlo. Su éxito fue tan grande que muchos empresarios les hicieron ofertas de compra.
En 1954, Ray Kroc, un verdadero oportunista, vio que aquel negocio estaba pesimamente explotado, pero que podía llegar a ser muy rentable.
Visitó a los hermanos y les propuso abrir sucursales, más ellos se negaron. Kroc les dijo que correría el riesgo por ellos y abrió el primer restaurante con la mítica M, en Chicago. En 1961 compró los derechos de McDonald´s por 2.7 millones de dólares.
Kroc pensó que el restaurante original en San Bernardino estaba incluido. Muy enojado, Kroc decidió vengarse.
Al tener los derechos del nombre, obligó a los hermanos a renombrar su local como The Big M. Kroc con toda alevosía, abrió un nuevo McDonald´s, a sólo una cuadra. Y así comenzó el gran imperio internacional que hoy todos conocemos.
Facebook: En febrero de 2004, el por entonces estudiante Mark Zuchenberg, presentó su proyecto Facebook.
Solo que, en menos de una semana después, los hermanos Cameron y Tyler Winklevoss y su amigo Divya Narendra, acusaron a Zuckenberg de haberles plagiado la idea de la construir una red social.
Del mismo modo que luego Eduardo Saverin, su compañero de cuarto, también lo acusó de robarle la misma idea.
En realidad nadie sabe donde está la verdad y donde la mentira, solo podemos deducir que algo de verdad tiene que haber en aquellas acusaciones.
Ninguna persona regalaría una pequeña fortuna si no fuera cierta dicha imputación. En 2008, todos los que se sintieron defraudados obtuvieron grandes beneficios.
Eduardo Saverin logró el 5 % de las acciones de la red social. Y los hermanos Winklevoss y Divya Narendra, una indemnización de 50 millones de euros, por parte de la compañía.
Moraleja: si tienen una idea por más loca que sea; cuidado a quien se las comentan, no sea que creen un millonario, mientras que usted, siga pedaleando en el barro.
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