A pesar que confieso públicamente, que mi boca es una verdadera letrina, juro solemnemente no hacer ningún tipo de apología de ellas, pero si buscar los motivos por el cual las decimos y todas las variantes que ello tenga.
En principio, no existe ninguna persona sobre la faz de la Tierra, que no las haya pronunciado, un par de veces en la vida. Así sea santo o demonio. Son palabras cotidianas, generalmente utilizadas con dos propósitos bien definidos.
En principio, no existe ninguna persona sobre la faz de la Tierra, que no las haya pronunciado, un par de veces en la vida. Así sea santo o demonio. Son palabras cotidianas, generalmente utilizadas con dos propósitos bien definidos.