miércoles, 29 de junio de 2011

EL PELIGROSO AVANCE DE LAS SECTAS PENTECOSTALES (PARTE II)

Estructura mental de los falsos pastores

Existen pastores muy bien preparados mental y espiritualmente, sin embargo no todos son así. La mayoría carecen hasta de la más mínima instrucción de enseñanza primaria. Por lo tanto, son simples autodidactas, que están totalmente convencidos, que con solo leer y memorizar unos cuantos versículos, pueden predicar sobre un púlpito. 


Su capacidad no les permite entender que la lectura comprensiva de la Biblia no es broma, ya que tergiversando una palabra, puede desviarse de las buenas intenciones.



Según Peter Frienshipps, titular de la Cátedra de Psiquiatría de la Universidad de Ohio, quien se especializó tanto en predicadores como fieles rescatados de varias peligrosas organizaciones religiosas. Este tipo de personas, desarrollan síntomas tales como inmadurez psicológica, personalidad dependiente, delirios de omnipotencia, estados de confusión, estados de híper vigilancia, estados hipomaníacos, dificultades de concentración, tendencias a la auto mutilación, razonamientos de tipo paranoide, etc.

Es común que violen leyes nacionales sin importarles

Con el correr del tiempo, los pastores, debido al creciente número de fieles que se le acercan, se les crea el llamado Síndrome Mesiánico, que consiste en creerse omnipotente. Sus falsas curas llamadas “sanaciones sobrenaturales” o de “liberaciones demoníacas”, poco a poco lo van convenciendo que es así. Finalmente de lo que puede ser un divertido “show” inofensivo, el sacerdote termina creyendo su propia mentira.
El caso más conocido de evasión fiscal involucró a la Iglesia de la Unificación (Secta Muon), siendo su fundador y actual líder, Sun Myung Moon, encarcelado solo por algunos meses.

Con tanto dinero, que para velas y agua bendita sobra, decidieron nombrar un concejero financiero integrado por creyentes que voluntariamente la asesoran en materia de contabilidad, seguros, inversiones y otros. En este consejo, el pastor tiene solo un voto entre muchos.

Es muy común que violen las leyes de inmigración, ya que la permanencia clandestina de los miembros, es normal, una vez vencidos los plazos de residencia, como de actividades laborales, teniendo solo visa turística y no residencia definitiva.

Es por eso que los dirigentes pueden entrar y salir de un país, casi sin ser “vistos”, y aprovechando esto, es que sacan grandes cantidades de dinero, en todos los países donde radican sus iglesias. Algunas organizaciones religiosas recaudan fondos y venden prácticas, ambas engañosas, abusando del status de organización caritativa, solo para conseguir dinero con fines lucrativos y otros propósitos no tan caritativos.


Entre otros movimientos que incurren en estos delitos son: Los Niños de Dios/La Familia, que intentan vender sus afiches, sus Cd o Dvd, diciendo que juntan fondos para una escuela, un hogar de ancianos, etc.

También la Fundación Nahual, la Fundación Engelmajer, la Asociación Dianética, la LBV, y cientos de grupos insertados en la New Age o Nueva Era. Todas recurren a importantes estudios jurídicos para hacerse asesorar y saber en dónde ellos pueden pisar en falso.

Los numerosos casos de lavado de dinero

Algunos falsos pastores, alrededor del mundo, se han aprovechado vilmente de la buena fe y las necesidades de los creyentes, además de la regulación legal especial, con que diferentes gobiernos benefician a las iglesias, independientemente de cuál sea la religión que estas profesen. Basta con hacer un breve recuento de los titulares de los periódicos internacionales y se podrá leer sobre sacerdotes acusados de actos lascivos o violación contra monaguillos, religiosas actuando como narco-mulas o pastores investigados por la apropiación indebida del dinero de la iglesia.

La forma como se “lava dinero” o se legitima capitales, es usando a la religión como pantalla y ocurre cuando el pastor o sacerdote mezcla el dinero “efectivo” proveniente de los “diezmos” de los creyentes, con el que recibe las contribuciones de los narcotraficantes, secuestradores, corruptos gubernamentales y otro tipo de delincuentes que dan dinero venido de actividades ilícitas a cambio de compartir la protección moral y legal que disfruta la iglesia.

Como no hay control de lo que entra por el lado de los diezmo (dinero en sobres) ni por el lado de las contribuciones delictuosas (dinero en maletines), ambos aportes son mezclados en un todo y se dice que es dinero proveniente de los diezmos. Sin un control oficial, es difícil precisar cuánto alcanza el dinero que ingresa, por qué vía y cuando entró y mucho menos a adonde va este a parar.


De este fondo perverso, se pagan los gastos de funcionamiento de la iglesia, pero con lo que resta, se adquieren bienes suntuosos como casas, aviones, yates, etc., que nunca se saben a quién pertenecen y menos aún, quienes lo disfrutan.

Existe un ejemplo que contrarresta el fraude: la iglesia luterana de Woodbury, en Minnesota (USA), recolecta una cantidad semanal que supera los U$S 34.000, o sea U$S 136.000 mensuales de la misma moneda.

Con tanto dinero, que para velas y agua bendita sobra, decidieron nombrar un concejero financiero integrado por creyentes que voluntariamente la asesoran en materia de contabilidad, seguros, inversiones y otros. En este consejo, el pastor tiene solo un voto entre muchos.

De manera que, antes que un solo centavo de ese dinero sea gastado, el consejo concilia los gastos presupuestarios fijos de mantenimiento de la iglesia y luego discute y decide acerca de cómo invertir el dinero restante.


Los creyentes de las diferentes congregaciones, están más inspirados a dar. Solo en el 2005, los diezmos religiosos norteamericanos alcanzaron los 93,2 billones de dólares, el 20% de los cuales se reciben en Navidad. Las iglesias han dejado de ser centros religiosos para convertirse en mega iglesias (algunas con 10.000 creyentes por semana) ofrecen cuidado de niños, sala de computadoras, patios de comida y hasta tienda de regalos.

La fe se ha convertido en un negocio, contradiciendo las Sagradas Escrituras, ya que los predicadores deben concentrarse en su labor de predicar y libres de preocupaciones financieras. O estos hombres de Dios se han olvidado de: “Esos hombres son fuentes sin agua y nubes empujadas por la tormenta, para quienes la más densa oscuridad está reservada para siempre…Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su último estado viene a ser peor que el primero (II Pedro, Cap. II, 17-20).

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