A muchas personas de nuestro país les encanta manifestarse de una manera y actuar de otra muy diferente, es lo que comúnmente se denomina el doble discurso. Es decir que con la boca predica burbujas de jabón, que son hermosas y multicolores pero finalmente huecas. Y actúa de de un modo muy distinto, por lo general ocultando algunos esqueletos en el armario.
Un claro ejemplo de lo que estoy diciendo tiene que ver como nuestra izquierda, enriquecida durante el gobierno de Lugo, solo tiene ojos para la violación de los DDHH a todos aquellos que no compartan sus mismas ideas, sin embargo están totalmente ciegos cuando uno de los suyos, mata, secuestra y hasta tortura, como ciertamente ocurre en las dictaduras de Castro, Evo Morales, Correa y Maduro.
Esta moral hipócrita se nota cuando la izquierda trata el tema del EPP, en donde discrimina vergonzosamente a los participantes, ya que no habla de los 31 paraguayos muertos durante las diferentes refriegas, solo de los campesinos que son manejados como títeres por los líderes de la izquierda.
Jamás se refieren a los policías emboscados o disparados a traición por la espalda. Como si estos no fueran compatriotas y si como los villanos de la película.
Aún no estoy informado si esta misma gente de los DDHH le ha llevado consuelo a los familiares del suboficial 2° Solano Burgos, la última víctima de los delincuentes agrupados para delinquir, mal llamados guerrilleros del Ejército del Pueblo Paraguayo.
Tampoco visitaron Tacuatí para instruir a la policía local sobre lo que pueden o no hacer en democracia, durante la lucha contra estos piratas ideológicos.
Otro oscuro personaje de nuestra política criolla, el diputado “liberal” José “Bananita” Ledesma insistirá que se investigue minuciosamente aquellos posibles abusos de policías y militares en el departamento de San Pedro, y eso está bien hacerlo, para que no exista ninguna mancha u ofensa a nuestra Constitución Nacional.
Como que tampoco, que se sepa, se acercó a los familiares de los ultimados por los terroristas.
Sin embargo “Don Pakova” no insiste con la misma vehemencia que en el caso anterior, cuando se habla de transparentar en todos los actos de su gestión, como gobernador antes y diputado ahora.
Parece que su pereza para confeccionar sus declaraciones juradas se hace muy visible y notoria justo en el preciso momento de coordinar los números que rigen sus entradas con los bienes adquiridos durante estos últimos años.
El mismo presidente Cartes prometió disminuir el alto nivel de la corrupción pública en la administración del Estado.
Sin embargo es tanto el dinero mal habido que corre por los pasillos del Congreso y del Poder Judicial, y donde se convive con el implícito juramento de mantener un riguroso silencio. Simplemente porque todos son cómplices en los infinitos delitos cometidos.
Es por eso que la ciudadanía debe hacerse oír con más fuerza, manifestando a viva voz su indignación por no saber el destino del dinero de sus impuestos. Este es otro ejemplo del doble discurso, porque sea el gobierno de turno que nos representa siempre nos intimará al pago puntual de nuestras obligaciones fiscales.
Sin embargo, no pone el mismo celo en el control de toda esa enorme masa de dinero, llegando hasta el colmo de apañar solapadamente este acto delictivo.
Algo similar ocurre con el IPS, quien constantemente se queja de la enorme evasión de afiliados por parte de los empresarios nativos, y esto se justifica plenamente por el simple hecho del gran despilfarro cometido por esta institución, a través de toda su historia.
Tal el caso del monumental complejo edilicio de Mariano Roque Alonso que nunca termina de adjudicarse. Nadie jamás se va a inscribir en una institución donde su servicio es una verdadera burla para el indefenso afiliado.
Tanto el diputado Juan Bartolomé Ramírez como su colega Karina Rodríguez han tenido la desfachatez de ampararse en el artículo 33 de la Constitución Nacional, que invoca al derecho a la intimidad.
Ya que según ellos, nadie debe conocer quiénes prestan servicio en el Legislativo, porque eso implicaría atentar contra la privacidad.
Y de salir a la luz dichos datos plagados de nepotismo y amiguismo, los elevaría a la categoría de delincuentes.
Para que el lector se oriente, tenemos unos 80 diputados, y según su cupo, cada uno de ellos puede contratar hasta 10 empleados, por lo tanto, no es nada extraño que no haya espacio en las oficinas y que ellos vagabundeen por los pasillos, ya que nunca hay suficiente trabajo ni una actividad especifica que cumplir.
Otros que saben muy bien emplear el doble discurso son los funcionarios de la SEAM (Secretaría del Ambiente), ya que ellos se ufanan de vigilar la calidad de nuestro medio ambiente, proporcionando un servicio que ellos dicen que es excelente.
Sin embargo, sus fiscales muy poco actúan, como en el caso del lago Ypacaray, o la tala indiscriminada de añosos árboles en todos los parques nacionales de nuestro país.
Es muy difícil encontrar a sus fiscales apostados en los conocidos lugares conflictivos, e incluso jamás se ha penalizado a ningún campesino por invadir tierras ajenas y talar a lo loco, decenas de árboles con el fin de financiar sus fechorías.
Pero basta que venga un inversionista extranjero, a invertir aquí su dinero, en alguna fábrica, para que los mismos fiscales lo persigan con el famoso estudio de impacto ambiental.
Y por ese bendito estudio, muchos empresarios son extorsionados para que “engrasen” determinados bolsillos con lo que la velocidad de la resolución que la aprueba se acelera mágicamente.
La mayoría no los denuncia simplemente por no querer tener problemas, ya que una demora los hará perder mucho más dinero que el de la misma coima.
Constantemente vemos con cierta sorpresa como estos y otros hechos repugnantes, del mismo tenor, se multiplican en todos los ámbitos.
Como uno más de los habitantes de este hermoso país deseo que el llamado “Nuevo Rumbo” no solo sea un mero eslogan de campaña sino, la meta impuesta de una Nación mejor.
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