miércoles, 18 de diciembre de 2013

CUANDO LA COMIDA PUEDE SER TU ENEMIGO

Siempre he dicho que todo es una cuestión de concepto con que cada uno evalúa personas, objetos o situaciones. Actualmente si uno llama “gordo” o “gorda” a una persona, puede ser tildado de discriminador e incluso ser demandado jurídicamente por este mismo motivo. Sin embargo si eso se lo mira desde otro punto de vista, es un llamado cariñoso de atención. 

Muchas personas se enojan u ofenden cuando se las tilda de gordos o gordas, pensando solamente que la gente se refiere a ellos solamente mirándolos desde el lado estético, y pocos lo ven como un signo externo de algo que anda mal dentro de su organismo, ya sea físico o psíquico. 

El tema de la obesidad es algo tan complejo que supongo no alcanzarían las pocas líneas que dispongo. 

Durante muchos siglos, la gordura fue tomada como un signo evidente de la belleza y también del gozo de la más perfecta salud, algo que se puede apreciar en las pinturas del Renacimiento. Allí se pueden observar a mujeres semidesnudas resaltando sus rollizos cuerpos y donde hasta los ángeles muestran sus adiposidades. 

Con el notable avance de la medicina esto quedó demostrado que no era cierto. Y eso fue debido a que en ningún momento la gordura fue tomada como una enfermedad, hasta que se comprobó fehacientemente que existía una clara relación directa entre la obesidad y las enfermedades de tipo cardiovasculares. 

Como adoro las estadísticas, a pesar que son índices fríos, pero que sirven para saber donde uno está pisando. 

Por ejemplo, desde la década de los 80 hasta la fecha, la obesidad se ha duplicado en todo el mundo. 

En el 2010, había aproximadamente, 1800 millones de adultos, entre 20 y 35 años, con sobrepeso. Se incluyen 650 millones de obesos entre ambos géneros. 

Las causas de tal aumento son innumerables y todas conspiran entre sí, en contra de la salud de la gente. 

La escasa o nula afición a los deportes, los trabajos donde no se requiera esfuerzo físico como los empleados administrativos o los que trabajan sentados en informática. 

La masificación de la comida rápida, también ha contribuido con alimentos saturados de grasas, fritos a temperaturas no aconsejables, conservantes de dudoso origen, excesiva cantidad de carbohidratos. 

La sana y fortificante comida casera tradicional ha sido reemplazada por las hamburguesas, pizzas, papas fritas, empanadas y milanesas que salen chorreando aceite, usado durante varios días y con ingredientes no siempre de primera calidad. 

Todo sea para abaratar costos y ganarle a la competencia. Al final de cuentas quien sea el responsable de controlar la calidad de lo que ingerimos, cuando no estamos en nuestra casa, en Paraguay, eso no existe. 

Según una clásica definición, se puede decir que el sobrepeso es el 10 % por encima del peso normal que nos corresponde por edad, altura y sexo. 

Obesidad sería todo aquello que exceda del sobrepeso y de esas medidas estandarizadas.

La obesidad es el quinto factor de riesgo de muerte en el mundo. Cada año fallecen por lo menos 3,5 millones de personas adultas como consecuencia del sobrepeso o la obesidad. 

Es el culpable de la agudización de la diabetes, el provocador directo de las cardiopatías isquémicas y algunos tipos de cáncer pueden ser atribuidos al sobrepeso y la obesidad. La obesidad es generada casi siempre por un desequilibrio energético entre las calorías consumidas y gastadas. 

Como antes dije, el ritmo agitado de vida actual produjo un desmedido aumento en el consumo de alimentos ricos en grasa, sal y azúcares pero pobres en vitaminas, minerales y demás nutrientes. 

Pero como todos los pecados, la obesidad trae tras de sí, sus trágicas consecuencias como las enfermedades cardiovasculares, trastornos del aparato locomotor como la osteoartritis, que es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que con el tiempo puede incapacitar a quien la padece. 

Con la obesidad infantil estas enfermedades pueden potenciarse y tener una muerte prematura o bien una discapacidad en la edad adulta. 

Además de todo esto, los niños obesos padecen frecuentes dificultades respiratorias, corren mayores riesgos de tener fracturas debido al sobrepeso y no es raro que a temprana edad tengan los primeros síntomas de hipertensión. 

Por lo general los niños con sobrepeso u obesos sufren ciertos trastornos psicológicos, debido a las constantes e hirientes burlas de parte de sus propios compañeros escolares o vecinitos. 

Tanto el sobrepeso como la obesidad, son prevenibles. Para ello se debe tomar la opción más saludable en materia de alimentos combinada con la actividad física periódica. 

Por lo que se debe limitar la cantidad de grasa, sal de sodio y azúcares, aumentando el consumo de frutas y verduras, así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos. Dependiendo la actividad emprendida, no sobrepasar la cantidad de calorías necesarias. 

Debido a la mala alimentación, el 57,6 % de la población paraguaya sufre de sobrepeso u obesidad, según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo realizada en el año 2011, por el Ministerio de Salud. Este flagelo ha permitido que nuestro país encabezara varias estadísticas. De este mismo informe se desprende que el 22,8 % de la población paraguaya es "netamente obesa". 

Aquí también se afirma que el sobrepeso y la obesidad son problemas exclusivos de los adultos, sin embargo, desde hace unos pocos años atrás, esta tendencia se ha ido modificando, invadiendo agresivamente a la franja infantil. La gran cantidad de lugares de comida rápida que han proliferado en estos 10 últimos años, ha influido en el cambio de alimentación. 

La publicidad engañosa y pegadiza de las grandes cadenas de restaurantes de hamburguesas o pizzas radicadas en nuestro país, ha logrado que ese tipo de alimentos ocupen hoy en día, un lugar importante dentro de la dieta. 

Una mala nutrición conduce a graves problemas de salud y ocasiona, con el tiempo, condiciones negativas en la calidad de vida de la población. Sin embargo prestando una mínima atención a lo que se come y al ejercicio, evitaremos lo que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha llamado la epidemia del Siglo XXI

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