viernes, 20 de febrero de 2015

CON EL CERRO LEON NO SE JUEGA

Según los números de la WWF (World Wildlife Fund for Nature o en castellano, “Fondo Mundial para la Naturaleza”), una de las mayores organizaciones conservacionistas del planeta, Paraguay está entre los 4 países más deforestados en los últimos 50 años. 

Con decir solamente que en dicho período, se ha perdido casi el 75 % de los bosques y corren aún muy serio peligro, el Pantanal paraguayo, 175 humedales, y lo poco que resta del grandioso bosque atlántico paraguayo. 
Es por eso que la gente se indigno, cuando salió a la luz, el tema del Cerro León. Fue gracias a la prensa, que divulgó el sutil y turbio manejo entre la SEAM (Secretaría del Ambiente) y algunos parlamentarios, quienes ansiaban abrir una puerta para una inocente prospección. 

Para luego, convertirse, no solo un gran negociado para unos pocos, si no en una depredación más, de otro cerro. 

Como sucedió con el Cerro Ñemby, que fue salvajemente depredado con la extracción de piedra, solo que en 1999, fue declarado de valor histórico comunal, sin embargo la empresa Concret Mix (del ex presidente Wasmosy) aún sigue haciendo de las suyas. 

Cerro Perõ o Cerrito-Capiatá son otros ejemplos claros, que los ciudadanos con conciencia, no quieren que vuelva a suceder. Amén de las explosiones que podrían ahuyentar a miles de animales, muchos de ellos en vías de extinción, como así también romper el delicado equilibrio del micro sistema ecológico.
 
Es por esto mismo que, como muy pocas veces en mi vida, he visto defender con tanto fervor y tenacidad al Cerro León, uno de los últimos bastiones de verdadera vida silvestre que aún quedan en Paraguay. 

Este es uno de los tantos atractivos que ofrece el Parque Nacional Defensores del Chaco. Tanto ha sido el ímpetu puesto en su defensa, que uno debería ser de madera para no sensibilizarse con tal cuestión. 

Las redes sociales fueron clave para la organización espontanea de manifestaciones que hicieron temblar a los popes de la Secretaría del Ambiente (SEAM). 

Quienes debieron dar marcha atrás, en su postura de permitir la explotación de una cantera sita justo en el centro del Parque. 

Por lo que se tendría que construir caminos interiores, que resultan fatales para la vida silvestre del ecosistema. 

Se pueden rescatar estos comentarios, extraídos de la red social Facebook: “Siento orgullo junto con toda esta gente maravillosa que se levanta contra las injusticias; juntos se consigue el objetivo”.

“El 90% de los que están, no saben dónde queda el cerro, y mucho menos lo que quieren hacer con él”. 

“No solo por el Cerro León se tienen que manifestar, en cuantas reservas se está deforestando, y nadie dice nada o nadie se acuerda”. “La ley protege al Cerro León, y si es violada por personas que están queriendo lucrar, pues tienen que ir a la cárcel, sea quien sea”. 

“Fuerza, compatriotas, les felicito y apoyo desde la distancia”. “No se juega con la naturaleza”. 

El cuidado y defensa de nuestro medio ambiente no se remonta más allá de los años 70 del siglo pasado, cuando varios naturalistas nacionales y extranjeros comienzan a tomar conciencia de proteger a las áreas silvestres. 

En aquella época coincide con la construcción del Puente de la Amistad y del camino que faltaba cubrir, para llegar desde Asunción hasta la entonces Ciudad Presidente Stroessner. 

Pero la tala indiscriminada comienza ya, en la época de la colonia, cuando enviaban madera al Río de la Plata y otros lugares del virreinato. 

Pero fue en la década del 20, del siglo pasado cuando comienza a enviarse directamente las grandes jangadas a través del río Paraná a los puertos argentinos de Rosario y Buenos Aires, donde luego sería manufacturado. 

Para proteger a nuestra flora y fauna se crean los parques nacionales siendo el Parque Nacional Defensores del Chaco uno de los primeros. 

Fue creado por Decreto del Poder Ejecutivo Nº 16.806 del 6 de agosto de 1.975. Posee una superficie de 780.000 hectáreas, y se encuentra localizado en los departamentos de Alto Paraguay y Boquerón. 

El macizo Cerro León es el punto culminante del parque y tiene unos 40 km de diámetro, con una altura de 600 metros sobre el nivel del mar. Presenta la geografía típica del Chaco árido, con algunas lagunas donde se concentran los animales característicos del Chaco. 

Una de las grandes controversias es que fue creado con 780.000 hectáreas, sin embargo, una mensura judicial hecha en el año 2011 arroja una superficie de 719. 722 ha. 

De esta superficie se le debe descontar dos propiedades privadas que tienen un área en conjunto de 11.105 ha y la Unidad Militar Mayor Lagerenza con una superficie de 12.376 ha, titulado a nombre del Ministerio de Defensa Nacional. 

Además está identificada dentro del polígono del Parque, la Colonia San Alfredo con una superficie de 10.337ha. Restando estas áreas superpuestas en el Parque, queda una superficie libre de 685.953 ha. 

Lo llamativo del caso, es que no tiene mucho sentido que los militares posean una superficie tan grande y mucho menos dentro de un Parque Nacional. 

Del mismo modo que resulta muy extraño que existan esas dos propiedades privadas dentro de un predio estatal y supuestamente en un área protegida. 

Y es por eso que la gente se indignó, cuando se enteró que el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) tiene un proyecto de extracción de rocas del Cerro León para pavimentar las carreteras del Chaco paraguayo, pese a que el Gobierno lo desmiente. Con lo cual se abriría el lugar para maquinaria pesada y el lugar sufriría continuas explosiones. 

El Parque tiene características únicas, que lo convierte en una especie de corredor biológico. Allí también convive con la naturaleza, una importante comunidad indígena. 

Los animales están adaptados exclusivamente a ese lugar, y cualquier cosa que se modifique, ocasionará un desequilibrio que los obligará a migrar, pudiendo ellos desaparecer por falta de adaptación. 

El Parque Nacional Defensores del Chaco, donde se ubica el Cerro León, se encuentra próximo a la frontera con Bolivia y pertenece al Gran Chaco Suramericano, un área de 7 millones de hectáreas declarada, por las Naciones Unidas, como reserva de la biósfera.

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