La idiotez es la plaga más aterradora que azota a nuestro planeta, por encima del cáncer, el dengue, o las gripes venidas del lejano Oriente.
Sencillamente porque los segundos pueden ser tratadas farmacológicamente y de no ser curadas, por lo menos atenuar sus efectos. Pero con lo primero ya no se tiene ninguna solución.
Sencillamente porque los segundos pueden ser tratadas farmacológicamente y de no ser curadas, por lo menos atenuar sus efectos. Pero con lo primero ya no se tiene ninguna solución.
Existen idiotas de todo tipo, como los que leen algo e interpretan lo que se les da las ganas; el que es siempre ayudado y cuando una sola vez se le niega algo, se enoja.
También están los que cegados por su fanatismo absurdo, quieren imponer sus ideas, cueste lo que cueste.
Son esa gente que ridiculiza tus argumentos, pero para el idiota, el suyo es el único válido. Este sub-tipo de idiota se clasifica como ideológico, religioso e incluso hasta deportivo.
Todos los idiotas son gente muy tóxica y se recomienda alejarse inmediatamente de ellos, ya que discutir con estos, de cualquier tema, es perder miserablemente el tiempo.
Su negativismo llega a ser, por momentos, irritante. Sin embargo existe una clase especial de idiota al que me quiero referir, es el idiota xenófobo.
Esa clase de imbécil que piensa, (no tiene cerebro para eso) que ser patriota es odiar a todo lo extranjero. Que todo lo que viene del exterior es malo o que atenta contra la soberanía cultural de un país.
Estos pensamientos retorcidos existen y es alarmante enterarse de las cifras que muestran la cantidad de imbéciles o idiotas que así lo piensan.
En realidad estando en un mundo cada vez más globalizado, con los medios de comunicación presente en el lugar preciso de los hechos, el Internet y las redes sociales de por medio; hablar de soberanía cultural a esta altura de la civilización es tan ridículo como encontrar un país aislado del resto de las naciones.
Muchas cosas de otros países nos han aportado elementos y costumbres que enriquecieron y complementaron las nuestras.
Un ejemplo de la idiotez humana es decir que con el dinero empleado en ir a Marte se podría alimentar por diez años, a todos los niños desnutridos del planeta.
El problema no es tan simple, porque envuelve a sociedades totalmente analfabetas como las del centro del continente africano.
Los adelantos tecnológicos que ha aportado la carrera espacial, son incontables. Comenzando por la miniaturización de los aparatos informáticos, la comida dietética envasada, el GPS, la telemedicina, la zumba o algo similar que forma parte del entrenamiento de los astronautas y la realidad virtual, hoy usado en infinidad de videojuegos. Todo esto ha revolucionado a la ciencia, incorporándola luego a la vida cotidiana.
Pero fue precisamente cuando estaba comentando con un amigo, en Facebook, cuando vi una foto que me pareció idiota y que decía que no festejáramos Halloween porque esa era una fiesta “gringa”.
Me dio tal rabia que sin perder tiempo le contesté que si era por ser gringa, tampoco había que festejar la Navidad ya que ni siquiera se tiene certeza que Jesús haya nacido un 25 de diciembre, cuando bien pudo ser en octubre.
El pino o abeto se usaba antiguamente por los paganos nórdicos y los adornos vienen del centro de Europa.
Esas comidas tan pesadas no son de nuestras tierras, si no de climas bien fríos. Se enojó tanto esta persona conmigo, que además de borrarme, también me bloqueó.
Típica reacción de un idiota xenófobo que no tiene argumentos para debatir.
Por ende, con enojo o sin él, todos usamos en el día a día, cosas que no son autóctonas de nuestras tierras, pero igual las hemos incorporado a nuestro quehacer cotidiano.
Porque nos gusta o nos facilita la vida. Si hacemos una lista así rápida, tendremos que el 99% de las supersticiones que podemos creer o no, vienen de Europa, Asia o África.
Los hombres-lobos, vampiros y zombis provienen de la Europa central y fueron recreados en América, del mismo modo que las brujas y los hechiceros.
Nuestra vestimenta, tanto formal como informal viene de Italia, Francia, Reino Unido y EEUU, en ese orden.
Está demás agregar que los accesorios también, como pañuelos de tela o descartables, paraguas, sombreros, bufandas.
Así como los trajes de baño. La sorpresa más grande se la pueden llevar en cuanto a gastronomía, ya que la mayoría de las recetas que comemos provienen de los “gringos” pero que les hemos hecho algunas adaptaciones.
Los fideos son un invento chino que fue llevado a Italia por Marco Polo, donde plantó sus raíces.
El helado que a todos nos gusta es un invento italiano, de un tal Procopio en el año 1600, quienes luego lo fueron mejorando con más sabores y en su calidad.
Las salchichas son de origen alemán, teniendo una variedad muy grande de longitud y de grosor. Italia y España, son sus competidores más cercanos en embutidos.
La pizza tal como la conocemos es un invento del panadero napolitano Raffaele Espósito hecha para homenajear a los reyes Umberto y Margarita.
A partir de allí salió de Nápoles y rápidamente se difundió por toda la bota, donde cada región le introdujo su sello característico.
Las famosas milanesas también son de Italia, pero allí las llaman “cotoletta”, pero fue en el Río de la Plata donde se le puso tal nombre.
La variante “Milanesa a la Napolitana” sí es invento del argentino José Nápoli quien tenía un bar frente al famoso Luna Park de Buenos Aires.
Quien luego, la patentó a su nombre. En cambio, las papas fritas es un invento del chef norteamericano George Crum en 1853.
Sin embargo se las conoce más como “papas a la francesa” en el mundo de habla inglesa.
El tan común “sándwich”, fue inventado por un inglés llamado Lord Sandwich un terrible obeso que no podía parar de comer, pero también le gustaba jugar a las cartas, con sus amigos nobles.
Así que le pidió a su cocinero que le trajera una pechuga de pollo desmenuzada, dentro de dos mitades de un pan. Eso evitaría levantarse e interrumpir la partida de naipes.
El origen de la hamburguesa es incierto, pero se sabe que la gran inmigración alemana llevó la receta de una albóndiga con carne picada entre dos mitades de un pan.
El primer registro que se tiene es de 1885, donde Charlie Nagreen instaló el primer “Hamburguer” que se conoce.
El “hot dog” o perro caliente en castellano, era la principal comida de los empleados y vendedores callejeros en EEUU a comienzo de 1900.
Pero es indudable que existe una conexión muy fuerte entre este alimento y el beisbol, su deporte nacional.
Celebrar el cumpleaños viene de los egipcios, griegos y romanos, así como la vela en la torta, es griego.
El Día de San Valentín comenzó a festejarse en el 1600 en Francia y Gran Bretaña, pero recién cruza el océano en 1842, cuando empiezan a venderse las primeras tarjetas de Cupido en EEUU.
El famoso jean o pantalón vaquero fue el invento de Levi Strauss, quien usando la lona de las carretas que iban al Oeste, confecciono unos pantalones.
Usarlos en la década de los 50 y 60 era símbolo de rebeldía. Hoy no existe población en el mundo que no los haya usado al menos una vez.
Ya no existen razas puras y probablemente todos hayamos venido de otro lado, los apellidos los delatan, Por lo tanto, las mentes abiertas tienen el camino abierto para grandes cosas y los que no, los espera el abismo de la ignorancia.
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