Por lo general, siempre estamos rodeados de mucha gente, que por algún motivo especial, tienen algunos puntos de contacto con nosotros.
También es cierto que, si llegan a caernos bien, rápidamente buscaremos cierta afinidad con ellos.
Y teniendo como meta, una amistad que sea duradera y no ocasional como la mayoría de las veces ocurre.
De aquí se desprenden tres tipos de vínculos sociales. La primera es la que se dice “amistad verdadera”, es aquella con quien se tiene la mayor afinidad, aunque no siempre piense igual en la mayoría de los temas.
Es una persona confiable y siempre dispuesta a darnos una mano cuando la precisamos. La segunda, es el vínculo por simple interés.
Alguien se te acerca fingiendo querer tu amistad, pero busca algo tuyo que aquel carece. Abarcando una muy amplia gama de ítems, que van desde dinero, contactos, referencias hasta tus conocimientos en alguna materia especifica.
Y la tercera es el llamado “vampiro emocional” que es esa persona que siempre está muy cerca de ti.
Pero que en determinados momentos nos tira muy mala onda o nos satura con su negro pesimismo.
Que hace que ese día sea realmente insoportable. Ellos no sorben tu sangre sino que extraen toda tu energía vital y la usan para alimentar su ego y su baja autoestima.
Pero que en determinados momentos nos tira muy mala onda o nos satura con su negro pesimismo.
Que hace que ese día sea realmente insoportable. Ellos no sorben tu sangre sino que extraen toda tu energía vital y la usan para alimentar su ego y su baja autoestima.
A diferencia de un buen amigo que nos libera de toda la tensión diaria con sus bromas, sus simpáticos delirios o su constante transfusión de optimismo; el vampiro emocional hace exactamente todo lo contrario.
Estos individuos van mellando poco a poco tu voluntad o tus deseos de proyectarte y te inoculan su propio estado negativo. Que con el correr del tiempo, se puede volver crónico y dar pie a caer en un montón de graves enfermedades de tipo somáticas.
Ellos se mimetizan entre las personas normales y aunque uno los tenga muy cerca, confundiéndolos, muchas veces, con un buen amigo, pero que en definitiva no lo son.
Ellos nos hipnotizan totalmente con su falsa forma de ser. Son muy amables y de una calidez que emociona, sin embargo, cuando se rompe ese hechizo, por lo general ya es demasiado tarde.
Es ese mismo encandilamiento que irradian, hace que sea muy difícil individualizarlos, así como también saber, a ciencia cierta, lo que ellos realmente están pretendiendo de uno.
En esa misma relación de “amistad”, siempre será uno quien dé mucho más de lo que recibe a cambio. Cuando nos hayan sorbido todo lo que les sea de provecho, es muy probable que desaparezcan de nuestras vidas, así como llegaron.
Mientras que nosotros sentiremos un enorme vacío interior, con un acentuado sentimiento de tristeza combinado de frustración con decepción.
Es por este motivo que siempre sugiero no acumular amigos como si fueran estampillas o cajitas de cigarrillos. Porque se corre el riesgo de salir siempre perjudicado.
Es por este motivo que siempre sugiero no acumular amigos como si fueran estampillas o cajitas de cigarrillos. Porque se corre el riesgo de salir siempre perjudicado.
Muchas veces uno se entrega a una relación de amistad como quien se tira a una piscina sin agua.
Por lo que inevitablemente saldrá herido en lo más íntimo de su ser.
Esas relaciones tan nocivas pueden crearnos un buen conflicto, que incluso llegue a quebrantar nuestro delicado equilibrio emocional.
Todas las relaciones de amistad que tengamos a través de nuestra vida, deben nutrirse de afecto, tratando que sean siempre equilibradas, eso significa que daremos en igual medida que lo que recibamos a cambio. Caso contrario, nos encontramos con una relación tóxica que no nos conviene.
Hay gente que a propósito les encanta vernos deprimidos, apesadumbrados e incluso acorralados a la hora de enfrentar a ciertos problemas cotidianos. Es en estos momentos cuando el vampiro emocional se siente a sus anchas y con aires de triunfador.
Una buena manera de defenderse y tal vez de repeler las constantes agresiones de estos vampiros emocionales, seres tóxicos, manipuladores emotivos, depredadores anímicos o como ustedes quieran llamarlos; son tomar medidas muy simples pero que frenaran sus ataques.
No se dejen abatir por ellos, salga a dar una caminata solo o con otra persona que no sea aquella. Vaya a un baile o un cine, empiece clases de yoga o concurra a un gimnasio.
Conozca nueva gente o reverdezca viejas amistades perdidas por vaya uno a saber que motivos.
Pinte un cuadro, escriba sobre su niñez, comience una nueva afición, o retome viejos proyectos varias veces postergados, pero por favor, cambie su vida rutinaria y hágalo infeliz al vampiro.
Todo esto los pondrá, a ellos, en alerta roja; haciéndoles saber que su hechizo se ha roto y que ahora ya no tienen el poder para manipularlos. Claro, esto no soluciona su problema, pero al menos no se encontrará tan indefenso ante el enemigo solapado que tiene a su lado.
Todo esto los pondrá, a ellos, en alerta roja; haciéndoles saber que su hechizo se ha roto y que ahora ya no tienen el poder para manipularlos. Claro, esto no soluciona su problema, pero al menos no se encontrará tan indefenso ante el enemigo solapado que tiene a su lado.
Pero en verdad, la solución definitiva a este problema es apartarse de ellos, apenas usted pueda llegar a identificados.
Esta tarea es la más difícil, ya que estos logran mimetizarse como buen amigo, gracias a su gran sociabilidad innata que poseen.
A continuación les paso unos datos muy interesantes para que los compare con la gente que lo rodea y así elimine a todos los vampiros emocionales que tenga cerca.
A continuación les paso unos datos muy interesantes para que los compare con la gente que lo rodea y así elimine a todos los vampiros emocionales que tenga cerca.
Son sordos: Solo quieren contarnos sus dramas pero rechazan de plano cualquier solución que le podamos ofrecer. Ellos no buscan resolverlos sino endosar sus pesares.
Son quejosos: Se queja por todo, se lamenta porque gana poco pero si le dan un aumento le es insuficiente.
Todos sus dramas serán mayores que los tuyos. Siempre serás su apoyo pero no puedes contar jamás con él.
Son criticones: Para ellos, nada de lo que hagas está bien. Siempre le encontraran la quinta pata al gato. Gozan con hacerte sentir todo un mediocre. Su escala de valoración siempre nos resultara inalcanzable.
Son pesimistas: Es la principal característica del vampiro emocional, ver todo gris, sombrío y triste. Para luego trasmitírtelo y hacer que la vida te parezca miserable y que no vale la pena ser vivida. Todos sus argumentos intentaran siempre convencerte de eso.
Son irónicos: Constantemente nos gastan bromas hirientes que al final resultan ser ofensivas y muy crueles. Y no te puedes ofender ni enojar, porque entonces pierdes. Tu irritación es parte del juego de arrasar con tu autoestima. Con ellos estarás siempre al borde de los puñetazos.
Son apocalípticos: Es decir que llegan al ultra pesimismo. Un granito de arena movido por el viento ya les parece que una montaña que se nos viene encima. Le encanta hablar de enfermedades, epidemias, terremotos y cualquier tipo de cataclismo natural. Solo profetizan desgracias y peligros próximos a ocurrir.
Como una consideración especial, les diré que el vampiro emocional estudia detenidamente todos los puntos débiles de su ocasional víctima y cuanto más estrecha sea la relación, más tiempo tendrá para hacerlo.
Pero también será mucho más difícil para dejarlos al descubierto. Al tener un enorme complejo de inferioridad, quieren humillar al “amigo” a fin de no sentirse menos que nadie.
Y finalmente les encanta hacerse las víctimas cuando en realidad son los verdaderos verdugos. Ahora ya están prevenidos, y les deseo que jamás se tope con uno de ellos, pero si esto sucede ya saben muy bien como defenderse.
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