Ya he dicho reiteradamente, en mis escritos, que las cosas más bonitas, que se pueden apreciar, son gratis. Ver un amanecer en el mar; observar un anochecer en el campo. Divisar el horizonte desde un lugar bien alto. Percibir el perfume de las flores, en primavera; apreciar una arboleda con los lapachos florecidos.
Tenderse en el pasto, una calurosa noche de verano y mirar como una hermosa luna llena, te hace un guiño. Todo esto se puede gozar mucho más, con una buena compañía a su lado. Ya que todo lo antedicho no deja de ser romántico y el amor como todo sentimiento, también es gratis.