Según puedo recordar, la gran mayoría de las películas futuristas de ciencia ficción, nos cuentan de un mañana, no muy lejano, donde se observa a un planeta Tierra, desesperadamente muy cálido, árido y reseco.
En apariencia, aquellas macabras y nefastas predicciones se están cumpliendo. O lo que es casi lo mismo: el futuro nos está alcanzando.
La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) nos dice que actualmente, unas cinco millones de personas mueren anualmente por carecer de agua potable. Siendo el continente africano, el más castigado de todos.
La pobreza extrema que los azota debido a largos períodos de sequía se le suma que sus ríos más importantes, están altamente contaminados con agroquímicos y venenos que provienen de las minas.
Por lo que, con una población potencial de 400 millones de almas, repartidas entre Malí, Nigeria, Sudán, Kenya, Etiopía entre otros, siempre existe la sombra de la muerte por sed.
Y a todo lo ya dicho, se le suma el alto grado de corrupción que ostentan estos mismos gobiernos. Ya que reciben mucho dinero del exterior, para usarlo en infraestructura, pero que se desvía por el camino.
El tema parece muy simple pero en realidad no lo es. El planeta Tierra contiene aproximadamente unos 1.300 millones de billones de litros de agua, pero no se puede tomar.
Eso es porque el 97% de toda el agua del planeta es salada. Luego quedaría un 2 % que es de agua dulce y que se encuentra concentrada en los glaciares y en el hielo polar.
El 1 % restante lo tenemos en la superficie con ríos y lagos o bien en las distintas napas, cercanas a la superficie y en acuíferos subterráneos.
A estas proporciones tendríamos que descontarle un 15 % del total, que se encuentra con una muy alta tasa de contaminación. Por lo que deja bastante poca agua potable para la mayoría de los seres vivos.
Pero la población humana no solo la utiliza para apagar su sed; si no que esta participa en casi todas las actividades que involucra al ser humano.
Al ritmo actual de crecimiento de la población y por consiguiente de sus necesidades de agua potable, es probable que en 15 ó 20 años, la supervivencia del planeta esté muy comprometida.
El agravamiento de los efectos del calentamiento global, producto de fiscales muy benévolos para con los infractores de las leyes ambientales.
El ciclo comenzó con la revolución industrial y el nacimiento del consumismo irracional.
Este mismo contribuyó a consolidar una incipiente clase media, que al mejorar su condición económica, mandó cortar árboles para edificar sus casas, construir sus muebles y armar sus estanterías, en sus locales de venta.
Con el correr del tiempo las chimeneas se multiplicaron, en los cinco continentes, del mismo modo que lo hicieron los caños de escape de los automóviles y camiones.
Quienes arrojaban miles de metros cúbicos de humo tóxico, a la atmósfera. A partir de la década del ´60, se incorporaron millones de aparatos de aire acondicionados, que también ayudaron a contaminar al medio ambiente.
Y es en la década de los 90, cuando se conjugan todos los gases contaminantes que quedan retenidos en la atmósfera junto a las primeras desertificaciones, producto ya de la tala indiscriminada de árboles.
A este fenómeno se lo conoce como “efecto invernadero”, el más importante ítem del llamado Cambio Climático.
También merece nombrarse que los gases contaminantes abrieron una ventana en la atmósfera, permitiendo que atravesasen la protectora capa de ozono, los dañinos rayos ultravioleta.
Esto se nota perfectamente en los polos, donde se nota el rápido descongelamiento. Los osos polares son quienes más lo están sintiendo, ya que peligra su supervivencia. En las estancias de la Patagonia argentina, recostadas contra los Andes, 3 de cada 10 corderos, quedan ciegos.
Esto es debido a que ellos instintivamente miran al sol y los rayos ultravioleta les quema sus retinas.
Si bien en los últimos 25 años los países del Tercer Mundo han triplicado el servicio de agua corriente domiciliario, también no es menos cierto que su población se ha quintuplicado.
Por lo tanto, aún en muchos lugares del mundo, viven la diaria tragedia de la escasez del agua, su constante contaminación y el abusivo e irresponsable consumo excesivo.
A pesar de todas las campañas de concientización que promueven los distintos gobiernos del mundo, para reducir el derroche de agua potable, tanto a nivel domiciliario como comercial.
Hoy en día se precisa globalmente, unos cinco billones de litros al año, y la mayoría de las fuentes naturales del agua, ya se encuentran totalmente superadas.
Es necesario cuidar muy bien, el uso intensivo del agua en el hogar familiar, tanto como en las oficinas administrativas y centros comerciales.
En la familia promedio, la integran cinco individuos, en una casa de tres dormitorios y dos baños.
Allí, el consumo será muy alto, usando la mayor parte en la higiene personal.
El aseo significa el 70 % del consumo de agua en cada vivienda, donde una ducha rápida, emplea unos 125 litros, y esto es un 30 %.
Cada descarga de la cisterna del inodoro, se pierden unos 15 litros, dependiendo de su tamaño. En la preparación de los alimentos se pierden un 10% de consumo y en el lavadero el 20 % restante.
No está contemplada la limpieza de todas las habitaciones de la casa, incluyendo el cuarto de baño y la cocina, ni el consumo de agua para el riego de las plantas del jardín, mucho menos un lavado al automóvil de la familia. Y ni hablar de baldear la vereda o llenar la pileta de natación que se encuentra en el fondo de la propiedad.
Como todo lo que se termina perdiendo pero que nunca se ha valorado; es que recién ahora el mundo comienza tomar conciencia que ha derrochado el agua durante siglos.
Actualmente todos los gobiernos están percibiendo que el agua potable ha pasado a ser considerada como un arma estratégica.
Por lo que revertir esto va a resultar realmente bastante difícil. Será una tarea muy larga y con mucha paciencia. Solamente con alianzas a nivel de bloque de países que reforesten bosques con variedad de plantines y descontaminando los grandes espejos de agua potable, como un primer paso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario