domingo, 24 de septiembre de 2017

LOS MALOS VECINOS

Hay un dicho muy conocido que dice que vecinos y parientes no se pueden elegir y esto es totalmente cierto.
 
Uno ya los encuentra y tiene que defenderse de ellos como pueda. Existen muy pocos vecinos que sean realmente solidarios.

 
De esos que están allí firmes, justo en el momento en el que más se precisan de ellos.
 
Por lo general abundan los otros, aquellos que agazapados detrás de los ligustros, esperan pacientemente, hacerles una maldad, con premeditación y alevosía.


Un amigo mío, ya fallecido, me decía que los malos vecinos tenían que ser declarados como la Octava Plaga de Egipto. 

La fauna de los malos vecinos es demasiado amplia y sumamente variada. Se los encuentra tanto en plena ciudad, en los edificios de altura, como en las casas de los suburbios.
 
Sin contar con aquellas casas de inquilinato, donde encontrar un buen vecino es más difícil que sacarse el Gordo de Navidad. Según mi experiencia personal, agregada a la consulta hecha a varios de mis amigos/as más cercanos, pude confeccionar una lista. Y creo que seguramente aquí, podrá encontrar el tipo de vecino que más lo molesta. 
 
1.-Vecinos espiones: Son aquellos que usted no los ve, pero presienten que ellos están allí. Detrás de unas cortinas, o disimuladamente cortando el cerco; sentado despreocupadamente, mientras toma alguna bebida, paseando con su perro o cualquier otra forma de acecharlo.
 
Esto lo hacen simplemente debido a su curiosidad compulsiva. Pero si a esto se le suma con lo de contar lo que ve, a quien se cruce en su camino, pasamos a… 
 
2.- Vecinos chismosos: Ellos están siempre pendiente de lo que usted hace o deja de hacer, e inevitablemente, sienten la necesidad imperiosa y malsana de divulgarlo a los cuatro vientos.
 
En los inmuebles de departamentos, por lo general, es el portero o encargado del edificio.
 
Mientras que en los suburbios, es la almacenera, la agente receptora de todos los chismes del barrio, para luego clasificarlo en su poderosa memoria. 
  
3.- Vecinos musicales: Para ellos cualquier momento es bueno para poner sus equipos de música a todo volumen.
 
No les importa que sea a la madrugada o a la siesta. Le es indiferente que haya enfermos delicados o bebes insomnes.
 
No, su aberrante egoísmo les impedirá bajar el volumen. Y aunque no son sordos, jamás escuchan las súplicas de los vecinos que desean descansar o simplemente deben levantarse muy temprano para ir al trabajo. 
 
4.- Vecinos humeantes: Los designo así, porque son los que queman su basura en el fondo de sus viviendas o las hojas secas de sus árboles, justo cuando el viento sopla hacia nuestra casa.
 
A pesar de los reiterados pedidos, no dejan de hacerlo, una y otra vez, a menos que llueva, caiga granizo o se venga un tsunami. 

5.- Vecinos puercos: Llamo de ese modo, a un tipo de vecino que acostumbra a barrer su basura siempre hacia nuestro lado.
 
También la acumula en fondo de su propiedad, con el consabido peligro de atraer todo tipo de alimaña. Al parecer no escucha o no le interesa saber que estamos en constante peligro de dengue.
 
Pero hay una sub-clase más peligrosa; la de los dueños de los terrenos baldíos, que tarde o temprano se trasforman en insalubres vertederos. 

6.- Vecinos y perros bravos: Estoy totalmente de acuerdo que un vecino tenga un perro bravo, en su propiedad, como una buena defensa contra los posibles delincuentes.
 
Sin embargo me opongo terminantemente a que estos lo dejen libres, para que recorran las callecitas del barrio. Es un verdadero peligro encontrártelos de buenas a primera
 
 La inconsciencia de estos dueños hace que muchas veces, víctimas inocentes salgan en los titulares de la primera plana de los diarios. Lo triste del caso es que este tipo de vecino, siempre responden lo mismo. “son mansos mientras no los provoquen”,
 
Las miles de víctimas de ataques con alguna parte de su cuerpo mutilada, dicen todo lo contrario. 
 

7.- Vecinos músicos: Todos hemos tenido por vecino, a un músico talentoso. Sus melodías nos agradan y nos traen hermosos y gratos recuerdos.



Pero cuando la música se vuelve repetitiva, por los continuos ensayos, ya deja de ser agradable.

 
Si a esto le añadimos que pareciera que el músico tocara más fuerte en las horas que ya no debería hacerlo. Nos encontramos con que nuestra paciencia llega a su fin. 

8.- Vecinos explosivos: Son aquellos vecinos que sin motivo alguno, tiran petardos o lanzan cohetes al espacio sideral. No les importa la hora que sea ni todo el estruendo que estos hacen.
 
 
Su placer infantil nos saca de quicio y ellos como si nada. Pareciera que sienten un placer orgásmico al manipular algo tan peligroso.

Allá ellos, si los hicieran explotar en el medio del Sahara, pero a 20 metros de mi puerta de entrada, resulta desesperante. 
 
9.- Vecinos escandalosos: Son los que se la pasan todos los días gritando, peleando y tirándose cosas. Sus gritos e insultos son la comidilla del barrio o la “city”.
 
Con ellos, continuamente se aprenden malas palabras e insultos nuevos. Sin embargo, siempre se los ve sonrientes y abrazados.

Algunos son golpeadores y otros, los menos solo escandalosos de por sí. Pero sean lo que sean, siempre es muy problemático meterse con ellos. 
 
10.- Vecinos rateros: Cada vez que regresas del trabajo, encuentras que algo te falta, no son cosas de valor, pero con el tiempo llegan a molestarte.
 
Pinzas de la ropa, alguna zapatilla usada, un silloncito, dos o tres macetas con flores. Todo lo que está afuera, va a tender a desaparecer.
 
No hay pruebas para acusar, pero nada desaparece mágicamente. Las medianeras, aún con vidrios rotos, son igualmente violadas. Una plaga más en la convivencia urbana. 
 
11.- Vecinos pedigüeños: Es esa clase de gente que no puede verte, si no te pide nada. Ya sea una azada, un rastrillo o una tijera de podar. Ellos prácticamente piensan que sos su almacén privado de préstamos.
 
Ser solidarios con los vecinos es ser noble. Pero lo malo es cuando tenes que ir muchas veces a reclamarle que te devuelva algo que estas necesitando con urgencia. Muchos de ellos hasta se ofenden por ser requeridos.
 
12.- Vecinos borrachos: Son aquellos que se los encuentra siempre borrachos y que nadie les da trabajo, justamente por eso. Por lo general es mantenido por su mujer o sus hijos.
 
Pegado a la botella, se sienta frente a su casa, bajo la sombra de un árbol. Quiere hacerse el hombre galante con todas las mujeres que pasen cerca de él.

Y casi nunca lo logra. Otros son gritones y escandalosos, cuando no demasiado agresivos.   
 
13.- Vecinos zombies: Es el vecino con el que nunca se puede contar. Está pegado a tu lindero, pero es como si no existiera. Si tenes un apuro, ni te tomes la molestia de llamarlo.

14.- Vecinos mala onda: Cualquier cosa que se le propongas, siempre encontrará lo negativo.


Por eso ya no lo invitan a las reuniones para los proyectos comunitarios. Ya conocen de memoria su respuesta. Y esto ha sido una pequeña muestra de la gran variedad de malos vecinos, es probable que entre estos, se sientan identificados con alguno.  

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