martes, 11 de febrero de 2014

LA SEAM ES COMPLICE DEL VANDALISMO

Desde el mismo momento de la creación de la Secretaría del Ambiente (SEAM), mediante la Ley Nº 1561/00, siempre se caracterizó por su ineficacia e ineficiencia a la hora de cumplir la función para la cual se la había creado. 

Esta repartición tiene muchos nobles objetivos como la preservación y la conservación de especies animales y vegetales autóctonas, la recomposición y el manejo de los recursos naturales. 

También plantea el ordenamiento ecológico y del medio ambiente en general, intentando la mejora permanente de las condiciones de vida de los distintos sectores de la sociedad paraguaya. 

Todo esto nunca ha pasado solo de los buenos deseos que han sido incluidos dentro de la misma ley, pero que hasta el momento, poco o nada se ha llegado a cumplir. Hablamos ya de 14 años. 

En realidad toda la dependencia estatal no pasa de una simple burla a la naturaleza paraguaya, pero muy costosa ya que su asignación al presupuesto anual de la SEAM es de unos. 30.000 millones de guaraníes.

Desde ya que todo este dinero no les alcanza para encarar sus planes ya que el 75 % se evapora en sueldos de funcionarios que conocen animales y plantas solo por fotos y cuya dudosa capacidad viene de ser recomendados por algún gran “padrino” cuyo pedido es imposible rechazar. 

En los últimos 36 meses, la SEAM pudo atraer fondos del exterior que oscilan los U$S 25 millones. Este dinero ha sido obtenido por medio de varios Programas de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). 

Y que no ingresan al Presupuesto General de la Nación, debido a que son administrados por dicho organismo internacional. Aún así tampoco se notan grandes cambios, por lo que se presume que esta secretaría semeja un pequeño Triángulo de las Bermudas, ya que todo lo que allí entra, se pierde para siempre, en un gran misterio. 

Ya desde el mismo momento en que se inicia la gestión del primer secretario, comienzan a hacerse bien notables todas las irregularidades allí cometidas. Entre la más conocida y evidente transgresión figura la canalización de los humedales del departamento de Ñeembucú, donde tal hecho provocó un serio impacto ambiental al ya muy frágil ecosistema de la zona.

Esto fue hecho por varios terratenientes del lugar, quienes creyéndose amos feudales, taponaron a su antojo, aprovechando la impunidad con que estos señores gozan en la zona. 

La caza comercial, transporte y exportación de especies autóctonas, otro de los atroces crímenes ecológicos que soporta nuestro país, son pocas las denuncias y mucho menos los que son severamente punidos.

Cientos de tucanes, jaguaretés, loros, cotorras, serpientes de todo tipo, traspasan diariamente nuestras fronteras, sin que la SEAM haga oír su voz de protesta. Su efectividad en este punto es prácticamente de cero. 

Otra de sus atribuciones es el control de los recursos hídricos y de su calidad, siendo el lago Ypacaraí el más claro ejemplo de la total negligencia e incapacidad de esta repartición estatal para evitar su colapso. 

Tal es su grado de contaminación que ni siquiera está permitido su uso recreativo. Catorce años es mucho tiempo como para que no se hayan puesto firmes con las empresas y particulares que derraman los residuos, en su cuenca. 

Por lo que las sospechas de permeabilidad hacia los “incentivos” siempre están muy presentes dentro de los funcionarios. La empresa Europea Gold, que realizó un plan piloto para descontaminar el lago y que según la ministra, Cristina Morales, los resultados han sido muy pobres. 

Posteriormente la empresa mencionada desacreditó contundentemente el informe del laboratorio de la Universidad Nacional de Asunción. 

Según el asesor jurídico de dicha empresa, comentó que poseen certificados de prestigiosos laboratorio de la comunidad europea donde queda demostrado la efectividad del tratamiento, contradiciendo totalmente lo afirmado por la ministra. Pero Ypacarai es el más notorio y conocido de todos, pero no el único.

Por estudios locales, prácticamente ningún afluente hídrico se salva de la contaminación, como que son contado con los dedos, quienes purgan por este cargo en las cárceles paraguayas. 

El despiadado y salvaje desmonte que ha sufrido nuestro país en estos últimos 14 años, equivalen prácticamente a todo el departamento de Alto Paraná. Miles de camiones transportando rollos dentro de nuestras rutas y también carreteras de Brasil, con la anuencia de funcionarios de distintas dependencias, y en donde la SEAM, brilla por su ausencia. 

El talado indiscriminado no solo de propiedades particulares es preocupante, sino de Parques Nacionales donde la vigilancia debería ser mucho más confiable, pero que es lo mismo que nada, en la práctica. 

Tal grave ha sido la tala de árboles, en Alto Paraná y Canindeyú, que saliendo desde Ciudad del Este hasta Salto del Guairá que pueden ser contados con los dedos de ambas manos. Lo único que se puede observar por la ventanilla de cualquier vehículo que recorra dicha zona, es un mar de soja, hasta donde se pierde la vista.

La pantalla viva que separa los plantíos de la ruta, y que debería proteger a los vecinos de las constantes fumigaciones, es una verdadera utopía, que muy pocos dueños respetan. 

La inutilidad de su fiscalización mueve a risa, no cuando a burla, pero la última perla para agregar a su collar de aberraciones cometidas, ha sido habilitar la temporada de caza del teju guasu hũ y del teju guasu pytã y fijando en 210 mil la cantidad de ejemplares que se permite cazar. 

Dentro de esta enorme cifra, se permite que 4 mil ejemplares para el vil comercio de las mascotas. De inmediato las redes sociales detonaron en protestas y los medios digitales igualmente se hicieron eco de esta aberración. 

Un cosa es mantener el equilibrio ecológico, ya que estos lagartos no tienen enemigos naturales a no ser el ser humano, por lo que en caso de superpoblación, podrían canjear estos animales por otros exóticos para nuestros zoológicos, que es lo que la SEAM, debería haber hecho, sin embargo, optan por la vía más fácil y cómoda que es dictar masacres, sin necesidad de salir de su cómodo aire acondicionado. Lo cual la hace sospechosa de vandalismo.

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