Muchas cosas suceden a nuestro alrededor y no siempre nos damos cuenta de ello. Nuestras preocupaciones cotidianas, por lo general nos tiene la cabeza sumergida en un sinfín de problemas domésticos, que si bien no nos asfixian, son realmente incómodos y molestos.
Por lo tanto, resulta lógico que no veamos lo obvio, por culpa de la infaltable venda que produce el estrés.
Aprovechando uno de estos últimos fines de semana, fui con una de mis alumnas y su esposo, a la vecina ciudad de Foz de Iguazú, para dar una vuelta y probar una pizza, en uno de los tantos shoppings de allí.