miércoles, 16 de abril de 2014

“PORTILLEANDO” MENTIRAS

Como la mayoría de los grandes descubrimientos, estos siempre se realizan por simple casualidad y por lo general provocan una buena sacudida en todos los círculos de la sociedad. 

Estos acontecimientos a veces son realmente positivos, pero en otros casos demuestran cuan enferma se encuentran los habitantes de un país. 

Tal es el revuelo que ha promovido, el ahora muy conocido Diputado Nacional por Alto Paraná, Carlos Portillo. 

Todo comenzó de forma sumamente inocente en la red social Facebook, hasta que en un momento dado, del simple intercambio de comentarios se convirtió rápidamente en un tiroteo verbal, pasando finalmente a un incendio de grandes proporciones. 



Todo se centró alrededor de la figura del Diputado Nacional perteneciente al Partido Liberal Carlos Portillo, quien por un acto de total arrogancia, se puso a ostentar en dicha red, sus ya famosos “siete títulos” universitarios.

Pero fue su deplorable ortografía, lo que causó un colosal revuelo en las redes sociales, donde prevaleció la burla, la ironía y todo tipo de broma relacionada con su analfabetismo funcional y tocándole a los pobres burros, de rebote, aunque estos no tengan nada que ver con la ignorancia de algunos de los parlamentarios, que por desgracia, no nos representan. 

En realidad todo se disparó cuando Carlos Portillo, en un acto de total arrogancia y soberbia, afirmó contar en su haber, con siete títulos universitarios. Y que ellos figuraban en su Curriculum Vitae, el cual podía ser observado en la página web de la Cámara. 

Sin embargo los que pudieron leer sus comentarios, en su página de Facebook, comenzaron a compartir, a sus respectivos contactos, los groseros horrores ortográficos. 

El chisme sobre la forma tan espantosa de escribir del diputado, que decía tener siete títulos, corrieron como reguero de pólvora y en cuestión de pocas horas, las redes se saturaron de fotos arregladas con el “photoshop”, del diputado, y que ostentaban pesadas y groseras bromas. 

Al parecer estas críticas tan ácidas hicieron mella en el parlamentario, por lo que decidió eliminar su cuenta del Facebook. Del mismo modo que pidió que su hoja de vida fuera removida de la página web de Diputados. 

Pero el barullo no terminó ahí, ya que el desconocido diputado del interior ganó rápidamente popularidad a nivel nacional, siendo la figura de la semana en todos los titulares de las primeras planas de diarios y noticieros televisivos. 

Es así que los diferentes medios comenzaron a escarbar, no demasiado profundo, ya que la verdad muy pronto salió a la superficie. 

Carlos Portillo había mentido sobre sus famosos“siete títulos”. Los primeros en salir al paso fueron las autoridades de la UTIC y la UTCD de Ciudad del Este, quienes le comentaron a la prensa, que dos de las carreras mencionadas por Carlos Portillo, no existían en dichas instituciones. 

Por lo que rápidamente se podía deducir que dicho parlamentario había adulterado los datos sobre su formación académica. 

La responsable de la UTIC afirmó que solo pudo culminar la carrera de Derecho, ya que lo había hecho el probatorio y su primer curso en la Universidad Nacional del Este. 

También se supo que se recibió de abogado en el año 2004; luego cursó un postgrado en Didáctica Universitaria, por espacio de 11 meses. 

Mientras que la licenciatura en Ciencias Políticas que según dice, la obtuvo en el 2002, llegando a lograr una mención de honor con medalla de oro, como mejor egresado de su promoción. 

La carrera de Escribanía y Notariado Público también figuraba en su curriculum de la web de Diputados. Ante la avalancha de burlas, le encargó a un secretario para que la hiciera borrar definitivamente de dicha página.

Ninguna de estas dos carreras existen, en las sedes de Ciudad del Este, tanto de la UTIC como UTCD. 

Antes que Portillo borrara sus “carreras” de la web, se podía leer que el legislador contaba con una licenciatura en Ciencias Políticas, el título de abogado y una maestría y doctorado en Derecho. 

También figura un postgrado en Didáctica Superior Universitaria y el título de Escribanía y Notariado. Por si fuera poco aparece una licenciatura en Ciencias Ambientales y un título de Ingeniero Ambiental, todas cursadas en facultades de Ciudad del Este. 

A posterior, una autoridad competente de la UNINORTE, con sede en Ciudad del Este, le confirmó a un medio, que Carlos Portillo tampoco había realizado ningún doctorado ni cualquier otro posgrado en esa casa de estudios. 

Un dato interesante a tener en cuenta, es que, en su extracto académico de la Universidad Nacional del Este (UNE), en la carrera de Derecho, aparece que obtuvo en 16 oportunidades la calificación de uno (01) durante los tres primeros años de estudio, en dicha casa. 

En cuanto a su particular forma de expresarse, se puede observar a simple vista que su pobrísimo vocabulario mantiene una formidable pelea con la gramática y ortografía, cosa bastante común en la mayoría de los alumnos de todas las carreras universitarias. 

Lo lamentable del caso, es que eso se arrastra desde el ciclo primario y el secundario. 

Aún así, el mismo tiene a su cargo la cátedra de Derecho Penal, en la UNINORTE de Ciudad del Este. 

Sin embargo, a pesar que figura en su sistema como docente, el mismo no dicta clases actualmente. 

Además, el representante de Alto Paraná en la Cámara Baja, generó un anterior escándalo en las redes sociales, debido por su viaje a “Cartagena de India (sic)”, en Colombia, para una capacitación en cuanto a comunicación proselitista. 

Cosa que sus seguidores se preguntan en que los beneficia, haber pagado algo sin recibir absolutamente nada a cambio.  

En resumen, que lo sancionen o pidan su desafuero no soluciona el problema de fondo, que es la mala calidad de los representantes que tenemos en el Congreso. Carlos Portillo simboliza todo lo que el votante odia, a los mentirosos contumaces, manipuladores de la opinión, aprovechadores de su poder, en función de su propio beneficio personal. 

Egoístas que toman su puesto como botín de guerra, buscando catapultarse hacia cargos más altos y así perpetuarse en el poder, pero nunca, por desgracia, pensando en el bienestar de quienes ellos representan. 

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