martes, 7 de junio de 2016

SUICIDÁNDONOS CON SUMO PLACER

Según estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas, entre el 60 al 70 % de la población mundial tiene algún tipo de enfermedad y aún así, no hace nada al respecto. 

Y esto es totalmente independiente a si se cuenta con o sin recursos para las consultas, tratamientos y sus respectivos medicamentos. 

Es probable que haya, en todo esto, una buena dosis de capricho y tozudez. Como en mi caso personal. He fumado durante 45 años, a un promedio de un paquete y medio por día. Lo que hace una buena inversión en volutas de humo. Esto me ha traído como consecuencia padecer de una nueva enfermedad llamada EPOC. 

Que son las iniciales de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, y que hasta la fecha, no tiene cura. 

Solo paliativos para poder soportar esta cruel dolencia. Pero tengo que hacer una aclaración y una confesión al mismo tiempo. 

La aclaración es que no culpo a nadie más que a mi capricho y confieso que cada vez que una persona de mi entorno o un simple desconocido me hacía alusión a dejar el vicio, lo insultaba de un modo grosero. 

Por lo tanto, lo que estoy padeciendo hoy, lo tengo bien merecido, aunque cueste decirlo. Lo mismo ocurre con la gente que tiene obesidad, algo mucho más grave que un simple sobrepeso. 

Unos hacen que escuchan, mientras asienten con la cabeza y otros se los ve molestos ante una sugerencia. A mis amigos y amigas en esta situación les digo siempre lo mismo: es por tu salud no por tu estética. 

Los obesos son sensibles ante cualquier indicación que se les haga sobre su figura. 

Ellos reaccionan igual que yo lo hacía, cuando me aconsejaban que me alejara del tabaco. 

Mientras que ellos no pueden resistirse a la comida. 

Por desgracia no solo es el volumen de sus platos sino la calidad de los alimentos que consumen. 

Aceite quemado luego de ser usado varias veces y grasas saturadas que con el tiempo pueden taponar sus venas y arterias. 

Por lo tanto el obeso se expone a la Hipertensión Arterial, a un Accidente Cardiovascular, Accidente Cerebro-vascular, Diabetes Mellitus tipo 2, distintos tipos de cáncer. 

También Artrosis Degenerativas, Insomnio, Disfunción eréctil y grave alteración del ciclo menstrual femenino, Cálculos biliares, Daño al Hígado, Depresión y otros trastornos psicológicos, entre los males más conocidos. 

El estrés es la enfermedad típica del siglo XXI y según su definición académica: “Es el estado de cansancio mental provocado por exigencias superiores a la normal, induciendo alteraciones en todo el organismo”. 

Entre las más conocidas se cuentan Enfermedades Coronarias y que elevan la presión sanguínea. 

Si se le suma el consumo de tabaco, los ataques cardíacos se presentan sin previo aviso. 

Problemas dérmicos como excesiva sudoración, con escozor, acné y abundante caída de cabello. 

El estrés altera los ciclos menstruales de la mujer, llegando incluso a la infertilidad u otros problemas ovulatorios. Así como problemas en los varones de erección, eyaculación precoz o dificultad para eyacular. 

Los problemas digestivos están a la orden del día, siendo el colon irritable y la gastritis los principales desordenes. 

También el estrés se relaciona directamente con la ansiedad y la depresión, que son la puerta para un sinfín de enfermedades mentales, especialmente en las mujeres; como el insomnio, ataques de pánico y neurosis. 

Todas estas tienen su origen en una vida acelerada y el estar bajo mucha presión tanto de uno mismo como del propio entorno. 

Desde la antigüedad se conoce los innumerables beneficios que trae a la salud, el hecho de beber alcohol moderadamente. 

Sin embargo estos desaparecen totalmente cuando se lo toma en exceso. Al hacerlo puede originar enfermedades, todas crueles y dolorosas, tanto en lo físico como en lo emocional. 

Entre las más conocidas figura la Anemia, que es la disminución de glóbulos rojos en la sangre. Y como son estos los que oxigenan las células, provocará la mengua de la fuerza física, rápida fatiga, mareos y jaquecas. 

El alcohol en exceso aumenta el riesgo de padecer Cáncer. Eso ocurre cuando el organismo ya saturado, transforma el alcohol en acetaldehído, que es un potente agente cancerígeno. 

Los cánceres más comunes en los bebedores son: de boca, faringe, laringe, esófago e hígado. Los riesgos se potencian, si también consume cigarrillos. Otro riesgo son las Enfermedades Cardio-vasculares al surgir coágulos de sangre, que generan ataques cardíacos o derrames cerebrales. 

El consumo excesivo de alcohol puede provocar cirrosis. Que básicamente es cuando deja de funcionar el hígado y si no se trata a tiempo, puede llegar a la muerte.

Con grandes cantidades de alcohol se producen graves alteraciones cerebrales, llegando a la Demencia o al Delirium Tremens como Edgar Allan Poe, que si bien no se tiene certeza sobre su muerte, si es claro que se lo encontró delirando en las calles de Baltimore, muriendo en un manicomio. 

Según los cánones de belleza dictados desde la mitad de la década de los 90 en adelante, toda persona debe ser moderadamente delgada, para ser aceptada en sociedad. 

Toda la publicidad gira en torno a modelos delgados (varones y mujeres).

Sin embargo este trastorno mental se da más en ellas que en los hombres. 

Quizás como una exigencia de las agencias de modelos y todas las empresas relacionadas con el mundo del espectáculo.

La Anorexia es una perturbación neurótica manifestada con un total rechazo de los alimentos, observándose vómitos provocados, adelgazamiento extremo y en el caso de las mujeres, desaparición de la menstruación. 

Las consecuencias pueden ser mucho más graves cuando ocurren durante la pubertad, ya que faltaran nutrientes para un crecimiento normal. 

Las consecuencias directas son las siguientes: Alteraciones cardiovasculares, gastrointestinales, sanguíneas, hormonales, óseas, renales y por supuesto psíquicas. 

Muchos no la toman en serio y piensan que nada pasará tanto como el resto de las otras enfermedades. 

Todos estos males sociales se podrían prevenir si se consulta periódicamente al médico de la familia o al del centro de salud más cercano y por supuesto si es que siguen sus indicaciones al pie de la letra. 

El capricho y la ignorancia todo lo entorpece, pero mucho más un sentimiento masoquista que nos acerca a un suicidio, aún sin quererlo.

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