Desde siempre el hombre tuvo grandes deseos de dominar el mundo y así lo hizo, solo que por poco tiempo. Jamás obtuvieron la dominación completa.
Porque aquellos que soñaban con la conquista de todas las tierras conocidas, no contaban que los dominados amaran a la libertad, por sobre todas las cosas, y eso hizo que sus sueños y castillos de naipes se derrumbaran.