Si se hace un ligero paralelismo, entre las funciones del reciente presidente electo Fernando Lugo y el director técnico de nuestra selección nacional de fútbol, Gerardo “Tata” Martino, se podría apreciar que ambos tienen muchos puntos de coincidencia y que a pesar de sonar algo descabellado, no lo es tanto.
Martino, en base a pura motivación, ha demostrado cabalmente que cuando se quiere, se puede. La prueba contundente ha sido la innegable y aplastante derrota que se le ha inflingido al seleccionado brasilero. Fernando Lugo tiene ahora ya formado su equipo de trabajo y estaría haciendo la “pretemporada” para acondicionarse, cuando a partir del 15 de agosto, comience a jugar el verdadero partido.
Tanto Lugo como Martino tienen en sus cabezas, el esquema táctico a emplear y saben muy bien, en qué puesto poner a cada una de sus piezas, a fin de hacerlos rendir lo mejor posible. Ambos equipos de jugadores, están totalmente concientizados que deben “mojar la camiseta” y dar todo de sí, durante el tiempo que el juego dure; de lo contrario, saben que serán reemplazados de inmediato, por aquellos que se encuentran en la banca de suplentes.
Ambos equipos de jugadores están muy concientes, que cada día es un nuevo examen y que un público crítico y exigente, está esperando mucho de ellos, por lo que sigue muy atentamente todos los movimientos, es por eso que no pueden ni deben dormirse, de ninguna manera, sobre los laureles.
Ambos estrategas saben muy bien, que enfrente no tendrán a un rival nada fácil, por lo que están preparados para cualquier contingencia que les salga al paso.
Y así como aportarán triunfos resonantes, como aquel contra Brasil, y que llevó nuestro triunfalismo hasta las nubes, también debemos estar preparados para traspiés catastróficos, como lo sucedido con Bolivia, que nos tiró el alma por el suelo.
Eso significa que debemos conservar el equilibrio espiritual y anímico y por sobre todas las cosas armarse de una paciencia infinita. Y la paciencia se debe, a que ambos tienen como meta objetivos no tan fáciles de cumplir. Otros equipos, con similares propuestas, han quedado por el camino.
A ambos les queda un futuro muy promisorio, si es que siguen trabajando duro, con fe, con los mejores elementos con que se pueda contar, y por sobre todas las cosas, con humildad y en silencio. A los espectadores ya no le interesan los entretelones, quieren ver los resultados concretos, sobre el terreno de juego.
Por eso al “Tata” Martino, conociendo su toda su capacidad y conocimiento, se le brindó un espacio de tiempo razonable, para que concrete sobre el gramado toda su sapiencia y su don de excelente seleccionador de talentos futbolísticos.
Claro que en el medio, quedaron por el camino, muchos nombres históricos que ya cumplieron su ciclo. Otros más jóvenes, simplemente no se adaptaron al sistema.
A Fernando Lugo, también se le debe brindar la misma oportunidad que a Martino. También deberá estar muy atento, al desempeño de su equipo y buscar los reemplazos necesarios, en caso que alguno, no se adapte a la filosofía de quien los conduce.
Ya está el equipo titular en los vestuarios, listo para salir al campo de juego. Lugo creyó que los nombrados son los mejores, por lo menos para el primer tiempo. Luego con el andar de los minutos, lo veremos.
Ambos estrategas necesitan de todo nuestro apoyo, de nuestra paciencia y de toda la compresión.
Si así lo entendemos y los dejamos trabajar tranquilos, sin presiones ni expectativas cargadas de ansiedad, el éxito estará totalmente asegurado. Ya se demostró que cuando se quiere, se puede.
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