Desde el mismo momento que una pareja concibe a un nuevo ser, planificado o no, se crea una enorme responsabilidad, por parte de los futuros padres.
Desde ya que no todos están preparados para serlo, ni espiritual ni desde el punto de vista económico.
Sin embargo y por desgracia, ya que no habiendo una Escuela para Padres, no queda otra solución que hacer camino al andar.