Desde siempre el hombre y la mujer han peleado, tratando de hacer prevalecer cualquiera de sus respectivos puntos de vista.
Mucho se ha hablado y escrito sobre el tema, pero nunca se ha llegado a nada concreto.
Mucho se ha hablado y escrito sobre el tema, pero nunca se ha llegado a nada concreto.
Ninguno de los dos cede y la cosa se pone cada vez más espesa.
Yo mismo lo he sufrido en carne propia y lo sigo haciendo, claro, que mucho menos, dado que la edad y la experiencia me han permitido transponer muchas endemoniadas tormentas.
Yo mismo lo he sufrido en carne propia y lo sigo haciendo, claro, que mucho menos, dado que la edad y la experiencia me han permitido transponer muchas endemoniadas tormentas.
Aún así, sigo cometiendo algunos errores básicos e imperdonables, olvidándome de mis propias sugerencias. Creo que lo fundamental para poder entenderse, es que la pareja debería hacer un cambio de roles, al menos por unos instantes, y pensar que sentiría estando en la vereda de enfrente.
Ceder no es ser menos varón o mujer, es un buen signo de tolerancia, siempre y cuando, no sea siempre el mismo quien ceda.
Ser comprensivo/a, es una de las claves para que la relación sea mucha más placentera.
Tanto como escuchar lo que el otro dice aunque no lo comparta. Ante cualquier conflicto en puerta, siempre adopte “el gran Salomón”, cosa que evitará grandes dolores de cabeza.
Tanto como escuchar lo que el otro dice aunque no lo comparta. Ante cualquier conflicto en puerta, siempre adopte “el gran Salomón”, cosa que evitará grandes dolores de cabeza.
Cuando el otro dude demasiado en tomar una decisión, solo haga razonar a su compañero/a. Nunca se olvide que si toma un compromiso con una relación, eso lo obliga a pensar por dos de lo contrario siga solo/a su camino.
Cuando asume una relación, tenga siempre presente que su pareja no vive en una isla, por lo tanto tiene parientes, amigos, colegas, compañeros de trabajo y muchos conocidos/as.
Ser celoso/a es una clara muestra del cariño que se siente, sin embargo como todo en la vida, tiene su justa medida, pasarse de la raya no solo muestra desconfianza e inseguridad, si no algún que otro trastorno psicológico que puede hacer naufragar todo lo lindo que se haya construido.
Jamás use frente a su compañera/o las palabras JAMAS, NUNCA, SIEMPRE, eso es demasiado tiempo y no siempre se puede cumplir lo que uno promete.
Tampoco lo haga si sabe que no podrá cumplir, pero si lo hace, deje tras de sí, su sangre pero salde su deuda. La falta de credibilidad mata definitivamente al amor de la pareja.
Como antes les dije, para entender lo que le pasa y siente el otro, juegue inocentemente con su pareja, al cambio de roles y quizás muchas cosas buenas pueden lograrse.
Hagamos juntos ese mismo juego, donde les nombraré cosas trascendentales para la mujer, siempre hablando en líneas generales, y que merecen su atenta consideración, pero que definitivamente al varón, muy poco le interesa o simplemente lo termina por aburrir.
Por ejemplo, el varón no sabe que el TPM no es algo inventado y que los dolores menstruales tampoco son excusas para tenderse en la cama. Que su peluquera le hizo un desastre en su cabello, y se encuentra totalmente insatisfecha.
El cabello para la mujer es una de las armas de seducción, con las que ellas cuentan. Ellos no entienden porque una se pone a llorar, en el medio de una conversación, sin que hubiera existido una pelea.
No comprenden que vayan de compras por un cepillo de dientes y regresen con una frazada. Jamás entienden que ella solo tenga deseos de besarse y abrazarse, pero hasta ahí.
Ellos no entienden porque las mujeres quieren saber al detalle, todo acerca de las antiguas novias, pero que no quieren conocerlas. Sin embargo ellas tampoco cuentan demasiado sobre sus ex novios y mucho menos cuantos fueron.
Ningún hombre entiende esa imperiosa necesidad que tienen las mujeres de ir al baño en grupo. Ni que pregunten todos los días si se las ve obesas, cuando realmente tienen en jaque a la heladera y nunca se las observa hacer gimnasia debido a su pereza.
Ellos no entienden esa extraña pasión, por arreglar encuentros amorosos a todas sus amigas, menos beneficiadas por la naturaleza.
No existe ningún hombre que entienda que una mujer no se lave la cara y el cuerpo con el mismo jabón o que exista una crema para cada parte del cuerpo.
No entiende esa inseguridad femenina de discutir y analizar la relación de pareja, en los momentos menos oportunos ni en los lugares indicados. Jamás ellos comprenden el motivo que tarden tanto en peinarse con secador y cepillo, si al final se pasaran la mano por el cabello y se despeinarán. Que usen algo solo porque está de moda y que critique ácidamente a otra mujer por verse igual que ella.
No entiende esa inseguridad femenina de discutir y analizar la relación de pareja, en los momentos menos oportunos ni en los lugares indicados. Jamás ellos comprenden el motivo que tarden tanto en peinarse con secador y cepillo, si al final se pasaran la mano por el cabello y se despeinarán. Que usen algo solo porque está de moda y que critique ácidamente a otra mujer por verse igual que ella.
Ahora pongámonos del otro lado del mostrador, las cosas que las mujeres no entienden de los hombres. Como que el varón suele tener una excelente memoria, pero que jamás recuerda los cumpleaños o aniversarios.
Que no piense en los pequeños detalles como traer una flor de vez en cuando, abrirle la puerta del auto, acomodarle la silla cuando van a comer afuera o no esperarla para comer juntos cuando ella sirve la mesa.
A ellas les encanta contar todo lo que ha hecho en la oficina incluso las aventuras de sus compañeras con sus respectivas parejas o las maldades del jefe. No escucharlas atentamente es una falta total de sensibilidad.
Para eso deben dejar de leer su diario o bajar el volumen de su estúpido futbol y escucharlas. Jamás ellas perdonarán una sola mentira, por más inocente que esta parezca ser y eso se lo harán saber, a cada rato, por el resto de sus vidas.
Ellas tienen que tener siempre el primer lugar en sus vidas, por encima de los amigos, el equipo de fútbol, el cuidado del auto y demás frivolidades.
Ellas tienen que tener siempre el primer lugar en sus vidas, por encima de los amigos, el equipo de fútbol, el cuidado del auto y demás frivolidades.
Ellas no entienden como los varones no se fijan en el nuevo corte de cabello, en su nuevo vestido, que están más delgadas ni que estrenan ropa interior erótica. Que el varón sea totalmente desconsiderado para con ellas y se apure en conseguir su propio orgasmo mientras que pareciera que no les importa que ellas tarden un poco más.
Las cosas seguirán mal entre ambos, hasta que no entiendan que no son enemigos si no complementos y como tal deben proceder, aprovechando las cualidades que cada uno de ellos posee.
Excelente reflexión!! si hemos de estar juntos hombres y mujeres, que sea para crecer y sumar, no para resta y dividir!
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