lunes, 30 de mayo de 2016

LOS ESCRITORES Y EL DEPORTE

Por lo general, la gente común tiene algo estereotipado al escritor. 

Piensan que es un ser misterioso, casi un semidiós griego que permanece encerrado la mayor parte del día. Huraño y malhumorado, que no quieren que los molesten por ningún motivo aún siendo valedero. 

Creen que siempre se encuentra ensimismado en sus oscuros pensamientos creativos y que por ningún motivo se los debe interrumpir.


Nada más errado y ridículo, ya que el escritor es solo una persona igual a todo el resto de sus congéneres, la única diferencia es que tiene el don de manejar palabras y tiempos. Necesita comunicarse como cualquier otro ser humano.

Es más, de aislarse, puede llegar a perder su poder de observación, que es lo que lo mantiene alerta a cualquier cambio social, político o económico. 

El escritor es básicamente, un observador de todo lo que nos rodea y aún en los relatos fantásticos, siempre parte de un hecho real, maquillándolo según su conocimiento del vocabulario.

Son muchas las horas donde estos creadores pasan sentados, digitando sus computadoras, y eso trae consigo graves problemas físicos. 

Como los provocados por la mala postura con fuertes dolores de espalda y molestias en la mano con la cual se manipula el mouse.

A veces también se siente un hormigueo en las piernas, por la mala circulación, consecuencia de permanecer muchas horas quieto en la misma posición.

Por eso los escritores, que son gente muy inquieta, se planifican para trabajar y luego hacer algún deporte de su preferencia. Como el caso de estos creadores. 

Ernest Hemingway (1899-1961) Fue un gran deportista, en varias disciplinas como el atletismo, el tiro deportivo, el waterpolo, la pesca y el fútbol americano, sin embargo fue en el boxeo donde se destacó.

Sin descuidar su obra literaria viajó a Cuba y España, en donde aprendió a jugar jai-alai o pelota vasca.

También se comenta que aprendió los rudimentos de la tauromaquia, que lo fascinaba, pero solo como aficionado, con toros de madera.

Pero el boxeo era su deporte favorito, quizás por tener un carácter provocador y belicoso.

Llegó a retar a otros famosos de su época a pelear, como el escritor John Dos Pasos, al pintor catalán Joan Miró y al novelista canadiense Moerly Callaghan.

Y así fue también su forma de escribir: cruda y violenta. 


Agatha Christie (1890-1976) La escritora inglesa reina del misterio, escribió unas 85 novelas de su género predilecto y obras de teatro tan exitosas como aquellas. Fueron traducidas a más de 80 idiomas y llevadas a la pantalla grande y a la televisión.

En 1922, mientras visitaba Sudáfrica, se enamoró del mar y también de sus olas.

Pero estando su marido destacado en Hawaii, ella aprendió los rudimentos del surf, deporte que nunca más dejó. Siendo entonces, la primera mujer británica en practicarlo. 

JR Tolkien (1892-1973) Fue un escritor, poeta, filólogo y profesor universitario británico.

Sin embargo muy pocos saben que este gran intelectual fue un gran tenista aficionado, hasta que se lesionó un tobillo.

A partir de allí, su vida cambió totalmente, ya que le prestó más atención a dos libros, que por muchos años, siempre postergó escribir. Hablamos de “El Hobbit” y “El Señor de los Anillos”. 

Virginia Woolf (1882-1941) Fue una estupenda novelista, ensayista inglesa que también abrazó al feminismo.

Era hija de una familia burguesa acomodada, en un ambiente de intelectuales, con un nivel mental más alto que el de los aristócratas.

Por lo tanto era normal que entre la gente de sociedad se jugara al criquet. Fue su padre, Sir Leslie Stephen quien le dio las primeras lecciones, siendo su hermana Vanessa su mejor compañera de juegos. 

Haruki Murakami (1949- ) Es un premiado novelista y traductor japonés, de gran originalidad en el tratamiento de los temas que él aborda. Una muestra de ello son sus libros “Tokio blues”, “Sputnik, mi amor” y “1Q84”. Pero Haruki comparte su pasión por la literatura con las corridas de fondo.

Como en un típico ritual, le dedica dos o tres horas por día para correr y aclarar su mente. Fue sobre el asfalto, donde encontró la inspiración para sus mejores obras. Ha corrido en las más exigentes competencias del planeta. Un placer que ya lleva casi 30 años. 

Arthur Charles Clarke (1917-2008) Escritor y científico británico. Pionero en la divulgación popular de la ciencia, permitiendo que fuera menos acartonada y llegara hasta las mentes más apagadas.

Su obra “2001: Una odisea en el espacio” fue traducida a 150 idiomas y llevada a la pantalla. Fue un gran amante del deporte. En la década del 60, Clarke se convirtió en un consumado esquiador y submarinista, deporte este que lo llevó, en 1956, a trasladar su residencia a Sri Lanka. 

Mark Twain (1835-1910) Fue un gran novelista, orador y humorista estadounidense. De una gran agudeza y poder de observación para describir todo lo que lo rodeaba, agregándole una buena dosis de cinismo.

El autor de “Las aventuras de Tom Sawyer” durante sus viajes como piloto de los barcos a paleta del Mississipi, adoptó al billar como su deporte favorito.

Tal es así que su casa en Hartford, no muy lejos de Boston, tenía en el primer piso una mesa de pool que alternaba por la tarde con su pasión por la escritura. 


Ray Bradbury (1920-2012) Escritor de novelas de misterio y ciencia ficción, conocido por sus “Crónicas marcianas” y “Fahrenheit 451”.

Debido a problemas económicos, debió conseguir un trabajo de repartidor de periódicos, lo que lo conectó con la bicicleta como medio de transporte. Esto ocurrió entre 1938 y 1942. Luego sería una afición apasionada que duraría hasta su muerte. 

Stephen King (1947-     ) Escritor norteamericano mundialmente conocido por sus novelas de terror y llevadas, casi todas, al cine y a la televisión. Sus novelas “Carrie” y “Cementerio de animales” fueron traducidas a 180 idiomas, consiguiendo varios records en la venta de sus ejemplares.

Pero fue el beisbol quien ayudó a sacarlo de las drogas duras durante la década 70 y su rehabilitación luego de ser atropellado mientras caminaba a la vera de la ruta.

En la película “Stand by me”, inspirada en un cuento casi autobiográfico, hace alusión al amor que siente por este deporte. 

Jorge Luis Borges (1899-1986) El escritor argentino más conocido universalmente, es la excepción dentro de esta lista. Él jamás fue amante de los deportes y mucho menos los llamados masivos como el futbol, del que fue un acérrimo enemigo.

Tiene varias frases al respecto como “Futbol, esa cosa estúpida inglesa” o “El fútbol es popular porque la estupidez es popular”. Esto generó muchas polémicas y también algunos enemigos velados. 

Como se ha visto claramente, deporte y literatura son compatibles y complementarios. Son tan necesarios para el cuerpo y mente del escritor como la inspiración para su espíritu.

2 comentarios:

  1. Muy interesante. Desde la introducción hasta todos los ejemplos de escritores deportistas.

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  2. Claro, somos de carne y hueso, como todos los mortales...

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