A pesar de todo el tiempo transcurrido, aún puedo recordar mis primeras citas, no sin antes esbozar una leve sonrisa. Bueno, en realidad, tengo que confesar sinceramente que cuando sale una simple acotación sobre este tema, siempre me provoca grandes carcajadas; ya que por aquellos tiempos, era súper tímido y cada una de aquellas citas, era una verdadera tortura que ponía a prueba la resistencia de mis nervios.
Con el
tiempo eso lo fui superando y por supuesto, porque con los errores, uno siempre
aprende. Fui progresivamente puliendo mis primitivas técnicas, tanto de
abordaje como del correcto comportamiento que se debe tener durante el primer encuentro.
Convengamos en que no hay que olvidarse de una cosa fundamental; todo lo que
uno haga mal durante esa primera vez, quedará grabado por siempre, en la
memoria del otro y este hecho, será por lo tanto muy difícil de revertir. Casi
imposible.
Ahora bien,
la cita bien pudo haberse concretado por medio de dos alternativas principales.
La primera, es haber conocido eventualmente a alguien y entonces se la invita a
tomar algo, como un punto inicial de
conocimiento.
Y la segunda posibilidad y esta es la más problemática de
las dos, consiste en la presentación por parte de un amigo/a, de alguien
totalmente desconocido; con lo cual se transforma en una verdadera cita a
ciegas.
Por
desgracia he tenido muchas citas de este tipo y generalmente, siempre me fueron
bastante mal. Quizás porque uno tiene demasiadas expectativas puestas en el
otro, pero cuando llega la confrontación, nos encontramos con que por desgracia
no tenemos nada en común con aquella o aquel ser extraño, que hubiéramos
querido que no lo fuera, por lo que la decepción junto con nuestro infortunio
podrá desanimarnos un poco, pero no mucho.
Piensen que
en este planeta hay un poco más de 7 mil millones de seres, y uno de ellos será
finalmente, el que estamos buscando. Por eso nunca debemos desesperar. Como
dijo alguna vez un sabio: “La paciencia es la madre de las virtudes, no
sabiendo precisarles quien es el padre”.
Pero sea
como sea, siempre debemos intentar quedar bien parados, aunque la persona que
tengamos enfrente, no cumpla en lo más mínimo, nuestros requisitos; ni fuera lo
que esperábamos de ella. No tenemos que dejar de ser gentiles, inclusive hasta
si nos resulta desagradable a nuestra vista o su trato es demasiado tosco,
áspero e inclusive agresivo.
Porque la
vida tiene esas intrincadas y misteriosas vueltas que a veces hace que por
fortuitas circunstancias, se vuelvan a reunir, en situaciones muy diferentes y
entonces ahí sí que la desgracia se puede enseñorear en sus vidas.
Para muchos
estas citas resultan demasiado traumáticas y no son pocos los que prefieren
enfrentar mil veces, las traumáticas garras de la soledad, que las dramáticas
mieles de un encuentro. Pero como yo pertenecía a este mismo grupo, no puedo
bromear con sus sentimientos y sus impotencias, porque sería como burlarme de
mi mismo.
Tuve
porcentajes iguales de suerte, al encontrar
quien me diera los elementos para salir de semejante pozo. De fuerza de
voluntad para romper ese inmundo cerco que no solo nos aísla del mundo, si no
que nos hiere profundamente al no poder demostrar nuestros sentimientos a
aquellas personas que si nos gustan y cierta dosis de capricho para encarar
dicho tema como un desafío personal.
Entonces,
para evitar una salida que no sea elegante, les incluyo un par de
recomendaciones, tanto para varones como mujeres, de las cosas que nunca se
deben decir y mucho menos en un primer contacto, cuando ambos se encuentran
demasiado nerviosos y sumamente sensibles en cuanto a su expectativa
personal.
De hombres a
mujeres:
·
“Por
la foto que me mostraron, parecías mucho más joven”
·
“Yo
me llevo muy bien con todas mis ex”
·
“¿Esto
tiene picante? Entonces no lo puedo comer, porque le hace mal a mis
hemorroides”
·
“¿Vas
a llevar ese vestido?, no te parece que todavía falta para carnaval”
·
“Ahora
mismo no quiero tener novias, me siento muy a gusto macaneando de aquí para
allá”
·
“¿Cómo
que ya no tenes novio?, ¿Qué le hiciste al pobre?”
·
“Un
momento, me llama mi mamá para saber a qué hora vuelvo”
·
“No
estás gorda, pero no te vendría mal vacunarte contra la aftosa”
·
“Mi
ex novia las tenía mucho más grandes”
·
“No
he tenido sexo desde que me agarró “kype”
·
“Esta
cita fue un verdadero desastre, pero si
queres, todavía podemos acostarnos… ¿qué te parece?
·
“Qué
lindo peinado que tenes, ¿Cómo se llama?, ¿rebelión en la granja?”
De mujeres a
hombres:
·
“Mis
tres hermanos mayores ya estuvieron presos, por
robo a mano armada”
·
“¿Te
importa si viene una amiga?”
·
“Si
supieras que tengo unas ganas increíbles de quedarme embarazada”
·
“En
realidad no se cocinar, ni ninguno de los quehaceres domésticos, prefiero pagar
para que alguien los haga”
·
“¿Te
gusta ver la novela de las 22?”
·
“No
tomo más tequila, porque la última vez que lo hice, acabe con un pedo enorme y
el pelo lleno de vómito”
·
“Según
mi "plan, en un año me caso, dentro de dos tengo el primer niño y de ahí
uno cada año hasta tener tres… ¡como mínimo!”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario