Es imposible que alguien se muestre totalmente indiferente ante ciertas noticias inquietantes que propalan los distintos medios masivos de comunicación. Sin embargo es tanto el bombardeo que el lector o el oyente recibe diariamente, que termina adormeciendo su sensibilidad.
Hubo
una noticia ocurrida el año pasado, que conmovió a toda una ciudad. Sucedió que
en la Escuela
Fulgencio Yegros, de la ciudad de Hernandarias, en el
Departamento de Alto Paraná, a cuatro criaturas, portadoras de Sida, se les
prohibió la entrada.
Estos
niños estaban a cargo del Hogar Revivir, quien prácticamente les solventa su
enfermedad, teniendo en cuenta que sus verdaderos padres no se encuentran en
posibilidades de hacerlo.
Los
mismos responsables de este hogar, al enterarse de la deprimente noticia, se
indignaron, más pidieron la urgente intervención de los profesionales del
PRONASIDA, para que no solo medien ante los padres y profesores, revirtiendo
tan arbitraria medida, sino también para asesorarlos en cuantos a los alcances
mismo que tiene esta horrible enfermedad.
Con
las caritas de susto y sorpresa, estos niños que tienen una edad entre los 5 y
10 años de edad, jamás podrán entender sobre la egoísta negativa a dejarlos
entrar a su escuela. Esa que se ha convertido en algo más que su segundo hogar,
teniendo en cuenta toda su necesidad de afecto, porque toda dosis de amor para ellos no es
suficiente.
Son
en realidad Edimir López y Josenilfa López, a quien los niños consideran como
casi sus padres, especialmente los chicos que viven en el hogar, y con los
cuales ellos están muy preocupados con las secuelas que el trauma les pueda
dejar. No es la primera vez que esto sucede, ni tampoco ser la última, pero
esta sin embargo, ha sido la más mortificante.
El
director de la
Escuela Fulgencio Yegros, prof. Aníbal Duarte, dijo a todos
los medios que se acercaron hasta ese establecimiento, que en un momento dado,
fue intimado violentamente, por un grupo de 30 padres, quienes lo presionaron
para que no aceptaras más, a los niños, de lo contrario, ellos no enviarían a
sus hijos.
Esta
forma de lavarse las manos, no lo exime de su culpabilidad, de la falta de
valentía e idoneidad para enfrentar este bochornoso problema.
Mientras
tanto, la titular regional del programa PRONASIDA, la doctora Mirian Godoy,
principal encargada de realizar una o varias charlas de concientización, ante
los padres, tardo mucho en dar señales de vida.
Varios
docentes han comentado que en reiteradas oportunidades, ellos intentaron dar
charlas con los mismos padres y alumnos de la institución; pero los mayores
jamás asistieron.
Sea
como sea, el tema no es Hernandarias, ni es el director ni los padres ni
siquiera los mismos cuatro niños portadores del VIH-Sida. El tema pasa
exactamente por la gran ignorancia existente no solo de conocimientos
enciclopédicos, que tienen los padres, y también los mismos profesores.
Si
no de la total ignorancia en el campo de los sentimientos y de la fe. Téngalo
por seguro que esta es la misma gente, que solo va hacer presencia, únicamente
los domingos, en las diferentes iglesias de la zona.
Seguramente
deber ser la misma gente que hipócritamente habla de amor, de hermandad, de los
valores que deben imperar en toda familia, de la solidaridad, y del amor al
prójimo, pero eso solamente lo hacen de boca para afuera, porque en la práctica
diaria, eso no se lo percibe.
Debe
ser esta la mismísima gente que siempre nos habla con palabras muy almibaradas,
sobre la caridad, la misericordia, el buen corazón y la pérdida total de la moral y las buenas
costumbres.
Sin
embargo son ellos mismos los que son los abanderados de la falsedad y la
mentira y quieren parecen unos santos, a la vista de todos, cuando en realidad,
no pasan de unos tristes demonios de cartón.
Como
se les puede explicar a unos niños, que apenas comprenden lo que les está
sucediendo, mientras que son castigados con saña, por unos adultos ignorantes y
prejuiciosos, que no saben lo que esas criaturas. Son tan atrasados, que antes
de emitir una simple opinión, o de sentar una postura no se informan primero.
El
tema no es solo informarse siempre antes de dar un parecer o sentar una
postura. Todo se centra en que se tratan de criaturas que van de los 6 meses
hasta los diez años. Niños que ni siquiera intuyen que su final del camino no
se encuentra tan lejos.
Que
aún la ciencia no ha encontrado la cura para su mal, lo único que puede hacer
es prolongar sus vidas hasta que el organismo ya deteriorado diga basta.
La
ignorancia no es disculpa para cometer un acto de discriminación, es todo lo
contrario, es una forma indigna de potenciar la imbecilidad humana hasta
límites insospechados.
Pero
en el caso de estos padres es realmente imperdonable. Ya que ninguno está
totalmente exento que algo así le acontezca. Puede ser un hijo, un nieto, un
sobrino o hasta un ahijado.
Tampoco
lo están los maestros, a quienes los alumnos, muchas veces, les tienen más confianza,
a ellos, que a sus propios progenitores, siendo, por lo general, los profesores
el blanco preferido de las confidencias de los mismos. Y estos mismos deben
impartir los conceptos básicos acerca del peligro o no de estar cerca de una
persona con esta terrible enfermedad.
Sin
embargo esto no ocurre con frecuencia, ya que muchas veces, los mismos
educadores no están lo suficientemente compenetrados en el tema, como que
tampoco les sobra mucho tiempo, porque existen demasiados días perdidos en el año
y es necesario recuperar el tiempo perdido. Considerándose que tener una charla
sobre Sida es algo de poca importancia.
La
discriminación se da de muchas maneras, con niños inválidos, o aquellos que
tienen las ropas más gastadas que los demás, o que no tienen dinero para el
cumpleaños de sus compañeritos porque sus padres apenas pueden sustentar el pan
sobre la mesa.
No
todos pueden comprar libros nuevos ni afrontar las absurdas exigencias de
directores y maestros al comienzo del año escolar. Pero también el mismo Estado
se encuentra totalmente ausente en todas estas cuestiones.
Los
funcionarios del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, así como el
Ministerio de Educación jamás le otorgaron la prioridad que el delicado tema
requiere, al visitar a las distintas instituciones educativas para impartir
charlas sobre todos estos temas tan
delicados de tocar. Por lo tanto son estos últimos junto con los profesores y
los padres de aquel colegio quienes nos llenan de vergüenza al discriminarlos
con su total ignorancia e insensibilidad.
Jamás podré entender la discriminación entre los seres humanos, tenemos capacidades diferentes a los animales, hablamos, pensamos, nos comunicamos... Pudimos hacernos autosuficientes, logramos inventar de todo para nuestra comodidad, pero no somos capaces de sobrellevarnos...
ResponderBorrarAún nos carcome la ignorancia sobre esta enfermedad que no se contagia por un abrazo...
Hasta cuándo seguiremos siendo cachafaces de alma y espíritu...?????