lunes, 29 de septiembre de 2014

¿VAN AL CIELO TAMBIÉN LAS ABEJITAS ?

Este no es el primer comentario que hago sobre la lenta, pero inexorable degradación que está sufriendo nuestro pobre planeta Tierra. 

Es realmente desolador enterarse que desaparecen, en Paraguay, un promedio de 30 hectáreas de bosque por día. 

Que el antiguo, hermoso y cristalino lago Ypacarai se haya convertido en la mayor cloaca a cielo abierto de nuestro país. 

Que la saturación de agroquímicos utilizados en el ciclo de la soja y demás cultivos, terminen no solo por contaminar la tierra, sino todos los espejos y fuentes de agua potable, incluso las napas que tengan contacto con estas tierras. 

El maldito cambio climático que permite largas temporadas de espantosa sequía o desesperantes lluvias que traen consigo inundaciones que dejan tras de sí, enormes pérdidas económicas. 

La contaminación del aire por parte de millones de aires acondicionados, diversos aerosoles, millones de caños de escapes tanto de vehículos livianos como pesados, quema indiscriminada de pastizales. 

Y si a esto le agregamos, el ya famoso “calentamiento global”, del que mucha gente aún duda que exista realmente, pero que es utilizado por algunos pícaros, según dicen las malas lenguas, para llenarse sus bolsillos. 

Pero visto y considerando que las cosas está algo difícil, es mejor no dejar nada afuera, ni descartar absolutamente nada. Porque la naturaleza, se está rebelando contra tantas aberraciones cometidas por el mismo ser humano, hacia su propio hábitat. Y ahora viene el cobro de la factura ante tanta tropelía cometida. 

Sin embargo, pareciera que todas las campañas de concientización que se hacen al respecto, han fracasado porque se aprecia que a la gente le entra por un oído y le sale por el otro, todas las recomendaciones. 

Son muy pocas las personas sensatas que les importa la conservación de la naturaleza y se preocupa por ello, de una manera activa. 

Sin necesitar de ningún tipo de incentivo, emprenden su solitaria tarea, solo por amor al máximo bien que nos legó nuestro Creador.

Sin embargo, es imposible entender que aún haya seres insensibles que sigan depredando nuestros bienes no renovables.

Que no les importe, en lo más mínimo, lo que les quedará a las futuras generaciones. Les da lo mismo que maten a un animal cuya especie se encuentra en vías de extinción o que talen mil árboles en un solo día. 

Que vean pasivamente como arrojan residuos de un vehículo en marcha o que estos mismos taponen el alcantarillado. O simplemente que lancen toda su basura, en algún río o arroyo, que se encuentre en su camino. 

Son esta clase de individuos indiferentes que también se constituyen en cómplices silenciosos de la cruel degradación que sufre nuestro planeta. 

Pero, por si esto fuera poco, ahora viene a complicarse aún más nuestra supervivencia, con la desaparición paulatina e irremediable de todas las especies de abejas. Cosa que sería catastrófica, ya que en muy buena medida, dependemos de estos pequeños insectos. 

Son ellas las que realizan el mágico proceso de polinización o fecundación de las flores, con lo cual facilita el nacimiento del fruto, que es lo mismo que la perpetuación de la especie. 

Gracias a ellas existe la enorme diversidad de flores, así como muchos cultivos le deben su alta productividad. De no polinizar, la mayoría de las plantas se extinguirían irremediablemente. 

De pasar esto, los animales herbívoros que todos conocemos, dejarían de vivir, con lo cual los animales carnívoros se quedarían sin su alimento básico. 

Es decir que las abejas que parecen ser unos bichitos sin ninguna importancia, su ausencia provocaría el quiebre total de la cadena alimentaria. 

Sin cultivos suficientes, ni frutas de los árboles, ni animales herbívoros, la subsistencia del hombre se encontraría muy seriamente comprometida. 

Ese es un aspecto de la cosa, otra sería que sin las abejas, no habría miel, una substancia producida por ellas, que es un excelente alimento, que contiene diversos tipos de vitaminas, fósforo, hierro, vitamina A, complejo B, C, D, E y K. 

La miel tiene en sí, unos 75 compuestos diferentes. Otra sustancia que las abejas fabrican, es el propóleo, que tiene propiedades antibióticas y también combate la fatiga. 

Desde la antigüedad se conocen las propiedades reconstituyentes de la Jalea Real, la misma substancia con la que se alimenta la reina. Contiene vitaminas, minerales, ácidos grasos. Hasta el veneno de las abejas, tiene un uso medicinal. 

Es usado como antídoto ante las picaduras y bien dosificado, alivia el dolor de la artritis. Por eso es fundamental averiguar que es lo que las está matando. 

Existen muchas teorías, sin embargo todos los esfuerzos que se hacen para evitar su extinción son actos solitarios y totalmente privados. 

Hasta la fecha, ningún gobierno se ha manifestado, al respecto, ya que lo consideran como una gran exageración. 

Así que algunos científicos preocupados, han elaborado un par de hipótesis, dado que los apicultores han denunciado una alarmante disminución en sus planteles de hasta un 80 por ciento. 

Entre las probables causas que lo origina, pueden ser el abuso de pesticidas, fungicidas y herbicidas rociados en los cultivos. 

La gran cantidad de potentes antenas de telefonía, cuyas ondas electromagnéticas podrían obstaculizar el sistema de orientación de las abejas, provocando que se pierdan y al no saber regresar a sus panales, finalmente mueran de hambre y cansancio. 

Nuevas enfermedades como la Barrosis o el agente patógeno Nosema Ceranae, pueden incluirse entre las causas de su probable extinción. 

Con el cambio climático, se produjo un aumento de la sequía y la desertificación en muchos lugares del mundo, lo que obliga a que las abejas deban trabajar el doble, lo que acorta obviamente su período de vida. 

Es muy probable que no sea una única causa, sino a una combinación de ellas, la que provoca su exterminio. Y finalmente, se le atribuye una frase a Einstein que lo liga a las abejas, pero Abraham Joffe, su mejor biógrafo lo desmiente ya que dicha frase apareció 20 años después de su muerte. 

Sin embargo involucrarlo a él, significa que el tema deber ser grave y no debe ser tomado a la ligera, ya que el futuro del hombre depende de ello.

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