jueves, 15 de noviembre de 2012

MODELAJE Y PROSTITUCIÓN

En una época no muy lejana a la actual, como ya dije en otras oportunidades, las cosas estaban mucho más separadas que en la actualidad. La línea que dividía dos conceptos, tenía la anchura de una calle. 

Era blanco o negro, sin tantos grises de por medio. Sin embargo ahora, la línea divisoria es tan delgada que permite que en determinado momento, se toquen tangencialmente. 

En aquel tiempo, el modelaje era el arte que tenían determinadas mujeres, para exhibir, sobre sus cuerpos, la ropa que las tendencias del momento, dictaban y que luego la caprichosa moda llegaría a imponer. Ellas prestaban sus curvas y su personal atractivo al servicio de las prendas que debían lucir, por encima de ellas. 

Es decir, que los códigos, del momento, no le permitían imponerse a lo que ellas debían resaltar. La ropa era mucho más importante que la modelo, de ser a la inversa, las prendas pasarían totalmente desapercibidas. Probablemente esto causaría grandes berrinches en los divos de la moda. 

Según se puede observar, las tendencias actuales, son totalmente opuestas a las ya anteriormente relatadas. La modelo que goza de una cierta fama; ya no le presta el cuerpo a la ropa que debe lucir; si no que esta le sirve a la “mannequin” para que se luzca ante la eventual concurrencia y los fotógrafos. 

Pero lo más destacable, en este punto, es que ellas usan a su propio cuerpo como anzuelo, para intentar pescar al pez más gordo que su sensualidad permita, así como su incondicional voracidad económica la lleve. Pero antes de esto, habrá una pequeña historia de transformación utópica-romántica hacia una compulsiva amante de la sociedad de consumo.
 
La pobreza y el encandilamiento por las luces de las pasarelas juegan un papel importante en la vida de muchas niñas, especialmente aquellas que tienen un rostro bonito y un cuerpo agraciado. Tampoco se podría descartar a la infaltable vanidad femenina, en todo este tema. 

Muchas veces, instigadas por sus propias madres, que buscan revivir la adolescencia a través de sus hijas y aprovechar todas las oportunidades que no tuvieron a esa edad; por lo tanto las chicas buscarán lucir su físico y tener dinero rápido, al mismo tiempo, sin importarles los medios en que lo obtengan. La verdadera actividad del modelaje como tal, por desgracia, quedó momificada, hace muchos años, en el baúl de los recuerdos. 

Como dice el conocido refrán: “el camino del infierno está sembrado de buenas intenciones”. Fueron estas adolescentes, las que una vez soñaron con ser las mejores modelos del país y si podían, del mundo entero. 

Pero haciendo camino al andar, tiran a la banquina los deseos de ser la mejor modelo para convertirse en una mujer-mercadería, usada por las personas que contraten sus servicios. 

Ellas son reunidas por elegantes agencias de modelos, pantalla de por medio, quienes harán las veces de intermediarias, tanto para colocar sus servicios, como el reconocimiento de mejores honorarios y la promoción constante e intensiva de “sus productos”, en todos los medios masivos de comunicación. 

En muchas oportunidades, es el mismo cliente quien pide el concurso de una de estas jóvenes modelos, para una “fiestita” privada, con posterioridad a la realización de un exitoso desfile. 

Todo está dicho muy claramente, con anterioridad, no habiendo lugar para ningún tipo de engaños. Dependiendo de la belleza y sensualidad de la niña; un salario mínimo o más, ganado en el curso de dos o tres horas, es demasiada tentación para cualquiera persona. 

Por supuesto que frecuentando el adinerado círculo de los grandes empresarios, políticos, deportistas y gente vinculada al espectáculo es muy factible ser seducida por propuestas económicas muy difíciles de rechazar. 

Y donde las palabras “prostitución de lujo” parecería tener mucho menos poder ofensivo y discriminatorio que las palabras “prostitución callejera”. Tal vez porque el dinero, al igual que el detergente, lava casi todas las manchas. Eso no quita que en ambos casos sea esto, totalmente lamentable. 

Lo llamativo del caso es que pareciera que cada día vemos a las modelos, que alquilan su compañía, cada vez más jóvenes y que se encuentran sedientas y enceguecidas por el vicio de las compras compulsivas. Desean poseer todo lo que esté de última moda, también un lujoso vehículo y muy posiblemente una mansión, totalmente equipada, en el mejor barrio residencial. 

Una muestra de lo que digo, es el caso del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, quien actualmente se encuentra en medio de uno de los tantos escándalos sexuales a los que nos tiene bien acostumbrado. Todo se inicio, tras la confesión que hizo una modelo marroquí, quien en el momento en que se realizó aquella famosa fiesta en cuestión, tenía tan solo 16 años. 

Ruby, que así se llamaba la mujer extranjera, y que fue detenida por robo; confesó que participó en varias fiestas realizadas en la Villa Arcore, la residencia privada de Berlusconi cerca de Milán. Ella aseguraba, haber recibido 30 mil euros en efectivo y varios regalos de las propias manos de él, por asistir a fiestas privadas, organizadas por el primer ministro italiano. 

Esta mujer juraba, bajo testimonio, que jamás tuvo relaciones sexuales con aquel, ni con nadie de esa o cualquiera de las fiestas a la que asistió. Solo que esto es algo muy difícil de creer, ya que por la cifra antes citada, nadie le daría tanto dinero por ir solo a jugar ta-te-ti, la batalla naval o el tutti fruti a una fiesta. 

Aunque parezca mentira, la prostitución es uno de los peores negocios que una mujer puede llegar a encarar. Eso es porque si tenemos en cuenta que es muy bien remunerado, pero solo en el corto plazo. Eso significa que bien solo hasta a los 25 años de edad y bastante mal hasta los 30, siendo esta fecha tope. 

Luego, si no ha sido previsora y no ha guardado algún dinerillo o en el peor de los casos no supo invertir ni se ha dejado asesorar por gente que conoce la materia; sus años futuros serán realmente negros. 

Sin mencionar el hipócrita desprecio tanto social como familiar que le generará esta actividad. Cada uno sabe lo que hace de su vida y puede ganarse el dinero con el sudor de la parte del cuerpo que quiera, pero luego no se queje si vienen las criticas. 

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