Desde la época, de ávido lector infantil, siempre me gustó el cuento, como género literario.
Luego cuando comencé a escribir, ya adolescente, lo seguí prefiriendo por encima de la novela y los ensayos, mis otros dos géneros predilectos.
Pero cuando me torné escritor profesional y corrector de estilo, hubo un cambio radical en mi óptica de apreciación.
Y esto se debió en gran medida, a que por el camino, fui animado a dictar un Taller Literario con soporte técnico, en la Biblioteca Municipal de Ciudad del Este.
Y esto se debió en gran medida, a que por el camino, fui animado a dictar un Taller Literario con soporte técnico, en la Biblioteca Municipal de Ciudad del Este.
Con lo que me llevó a un constante replanteo de mis conocimientos, y la forma de darle, a mis alumnos, las herramientas necesarias para iniciar su maravilloso viaje al mundo de la literatura.
Pero lo más interesante del caso era que al final era yo quien más aprendía, ya que a medida que se desarrollaba el Taller, debía actualizar todo lo que una vez y hace tiempo aprendí.
Pero lo más interesante del caso era que al final era yo quien más aprendía, ya que a medida que se desarrollaba el Taller, debía actualizar todo lo que una vez y hace tiempo aprendí.
Pero hubo tres puntos que cambiaron mi rumbo literario. Primero, comencé a crear humor gráfico. Segundo, un colega me dijo que el chiste es el mejor ejemplo de un microcuento. Tercero, empecé a revalorizar dicho género como se ha hecho en su momento con la historieta, a la que se creía que era un sub género cuando es prima hermana de la novela y merece todo nuestro respeto.
Por lo tanto intentaré darles un muy comprimido extracto de lo que es, a mi entender, el más difícil género literario que existe, ya que como todos ellos, posee sus propios códigos y aunque muchos intentan desvirtuarlo, como otros menoscabar su excelencia, yo les diría que no sean tan despectivos y los desafío a que compongan unos cuantos y verán que no es soplar y hacer botellas.
Pero ahora mis vayamos directo al asunto en cuestión.
Existen varias definiciones, sin embargo hice una mezcla de varias de ellas y las comprimí en: “El microcuento es un relato llevado a su mínima expresión.
Existen varias definiciones, sin embargo hice una mezcla de varias de ellas y las comprimí en: “El microcuento es un relato llevado a su mínima expresión.
Es el resultado de una condensación narrativa, donde se ha eliminado todas las palabras superfluas, sin que afecten el sentido del relato.
Casi siempre, lo que se narra, tiene un giro insospechado, constituyéndose así, un excelente ejercicio de lectura comprensiva.
A su vez desarrolla la imaginación y la creatividad en todos aquellos que la cultiven
Ahora bien, el microcuento o micro relato, como también es llamado, tiene sus propias características, que lo distinguen perfectamente de sus hermanitos mayores como el cuento, la novela, la fábula o la biografía.
Es así que las iré enumerando pero sin un orden en particular, si no a medida que me vaya acordando”.
1.- Extensión: Es una narración sumamente breve que no debe pasar de un máximo de 200 palabras.
Apenas unas líneas, unos cuantos párrafos, o bien, media carilla de un tamaño Carta, como límite tope.
2.- Condimentos: El escritor debe usar como imán, a la ironía, el humor punzante y el sarcasmo, como ingredientes esenciales para atraer al lector.
Es así, que teniendo tal brevedad, deba usarse un vocabulario muy preciso, para que la intensidad de este relato conmueva al lector.
3.- Sorpresa: Otra característica es que la historia tome un giro inesperado.
Para ello el suspenso es el mejor aliado que tiene el escritor/a al redactar un microcuento.
La idea central debe confundir al lector, que solo se revelará al final del relato.
Se sugiere que la línea argumental elegida sea abierta y de doble sentido, que es otra manera de atrapar a quien lo lea.
Dejarlo pensando por un largo rato, es el éxito tan buscado que persigue todo escritor.
4.-Título: Es fundamental que su título sea bien impactante, para que tenga un buen anzuelo.
Sin embargo debe sugerir muy someramente algo de la historia a contar, pero nunca permita que el lector pueda entrever el final o remate del microcuento.
Ya que sería una lástima, que por un simple descuido se perdiera parte del encanto que le da el misterio.
Tampoco es mala idea incluirlo dentro del relato, eso puede darle una cierta ventaja.
5.- Sin explicación: El microcuento nunca explica lo que ocurre en un suceso, solo lo sintetiza e insinúa otros acontecimientos a partir de éste.
6.- Libertad absoluta: No importa el género que uno aborde, ya que todos están permitidos.
6.- Libertad absoluta: No importa el género que uno aborde, ya que todos están permitidos.
Desde el romance hasta la ciencia ficción; de lo infantil hasta el suspenso o el mismo terror. Del policial hasta lo fantástico. Pero eso sí, siempre siguiendo, claro está, el mínimo de pautas aquí comentadas.
7.- Protagonistas: No es conveniente que el microcuento tengo muchos personajes.
Uno o dos son realmente suficiente; tres representan una manifestación de protesta.
Lo mismo que manténgase siempre en un solo lugar, ya que el cambio solo complica más. Y hasta diluye el efecto pretendido en el lector.
8.- El desarrollo: A diferencia del cuento, el microcuento elimina totalmente al desarrollo, contando con el inicio o presentación y el remate únicamente.
8.- El desarrollo: A diferencia del cuento, el microcuento elimina totalmente al desarrollo, contando con el inicio o presentación y el remate únicamente.
Busca más que nada el impacto en el lector y por eso descansa todo su andamiaje en el suspenso que provoca su texto. Para luego sí, darle un violento cambio de timón y terminar sorprendiendo a quien lo lea.
Antes de terminar este comentario, me gustaría dar una consideración final a este tema.
Siempre al microcuento o microrrelato, como algunos también lo llaman, fue tratado como un sub-género, y por eso no tenía toda la divulgación que este auténtico género merece.
En muchas ocasiones se lo confundía con el aforismo, por lo que desgraciadamente pasaba uno por otro.
Aun así, y a pesar de su poca fama, desde hace unos 20 años a esta parte, hubo una revalorización de este género, por parte del grueso de las nuevas generaciones de escritores, que no se han dejado influenciar por la vetusta, ridícula, tiránica y arbitraria Real Academia Española o simplemente RAE.
Aun así, y a pesar de su poca fama, desde hace unos 20 años a esta parte, hubo una revalorización de este género, por parte del grueso de las nuevas generaciones de escritores, que no se han dejado influenciar por la vetusta, ridícula, tiránica y arbitraria Real Academia Española o simplemente RAE.
Quien jamás lo ha tenido en cuenta, dándole un tratamiento menor que a un sub-género y ni siquiera se ha interesado en definirlo.
Cosa que los mismos escritores jóvenes se han encargado no solo de darle una forma y una estructura ágil, si no que se han unido para difundir su uso mediante concursos en todos los países de habla castellana.
Por lo que este género reverdecido ha comenzado a ocupar el puesto que siempre le ha correspondido pero al que se le había reiteradamente negado.
Aquellos que no les interesa las estupideces que la RAE comete a diario, al blanquear palabrejas inmundas, casi todas dichas por gente ignorante, no nos interesa sus reglas y nuevas acepciones.
Aquellos que no les interesa las estupideces que la RAE comete a diario, al blanquear palabrejas inmundas, casi todas dichas por gente ignorante, no nos interesa sus reglas y nuevas acepciones.
Del mismo modo que el maravilloso escritor mexicano Carlos Fuentes o el mismo Gabriel García Márquez, se rebelaron en su momento, yo también he tomado ese mismo camino.
Redactar un microcuento tiene un alto grado de dificultad y dependiendo de la originalidad y el buen gusto de su creador puede tener el mismo impacto que una novela, un cuento o un ensayo. Por eso merece nuestro total respeto.
Redactar un microcuento tiene un alto grado de dificultad y dependiendo de la originalidad y el buen gusto de su creador puede tener el mismo impacto que una novela, un cuento o un ensayo. Por eso merece nuestro total respeto.
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