miércoles, 23 de marzo de 2011

EL CASO MADELEINE

El “secuestro” de Madeleine McCann, se ha constituido en uno de los más apasionantes de los últimos 30 años. Parece que hubiera sido escrito por Agatha Christie o Sir Arthur Conan Doyle, el creador de Sherlock Holmes. Nadie vio nada, no hay pistas, pero parecería que después de 5 meses, se va cerrando el cerco en torno de los mismos padres, que durante toda la investigación tuvieron muchas contradicciones y omisiones.

Todo comenzó el 3 de mayo de este año, cuando Madeleine McCann, una niña de tan solo 4 años de edad, desapareció misteriosamente por la noche cuando dormía en la habitación un hotel del complejo turístico Ocean Club, de Praia da Luz, en el Algarve portugués, junto a sus dos hermanos gemelos de dos años, mientras sus padres Kate y Gerry McCann, cenaban en un restaurante cercano.

Apenas hecha la denuncia del secuestro, tomó intervención el responsable de la Policía Judicial portuguesa, Olegario Sousa, quien a instancias de las presiones de la cancillería lusitana, puso en el caso a los mejores agentes disponibles. Sin embargo no existían sospechosos, ni muchas huellas, ni pistas a seguir. Nadie había visto o notado nada anormal ni extraño, tanto en el hotel como en las cercanías.

Era como si los secuestradores se hubieran evaporado en el aire. Pasado los primeros tres angustiosos días, sin ninguna novedad, comenzó a llamarles la atención a la policía, el hecho de no haber recibido hasta ese momento ninguna nota de rescate o algo parecido. Gerry McCann era un médico cardiólogo, con un buen pasar, pero carecía de una fortuna, con lo cual despistaba a los investigadores ya que teóricamente nunca serían un blanco de cualquier grupo secuestrador.

Comienzan las primeras investigaciones

Sin embargo, no podían darse el gusto de desechar las más mínimas pistas o posibilidades. A los diez días, toda Europa se vio empapelada con los afiches que decían “Mira mis ojos”, que terminó sensibilizando al continente y al mundo, la desaparición de “Maddie”, como empezó a llamarla el público a la niña británica.

Comienza una de llamadas a las emisoras de televisión y agencias de noticias, dando cuenta de la seudo aparición de pequeñas Madeleine en los puntos más insólitos del planeta. España, Marruecos, Italia, China, Rusia e inclusive fue detectada una llamada proveniente de Buenos Aires, pidiendo rescate. Todos fueron falsa alarma.

Todos los medios masivos de comunicación europeos se unieron en una intensa y desesperada campaña de localización de la pequeña niña británica. Inclusive una de las primeras voces que se unió a esta iniciativa ha sido Laura Bush, la esposa del presidente estadounidense, quien dijo: "Todos los que somos padres, sabemos lo que es perder a un niño por un minuto en un centro comercial. El tiempo se detiene hasta que uno encuentra a su hijo o hija", ha manifestado la primera dama.


A partir de allí, se generó una búsqueda internacional sin precedentes para dar con ella, que contó con el apoyo de celebridades, políticos, deportistas, compañías multinacionales y firmas comerciales.

Los padres de Madeleine McCann, iniciaron, a raíz de las diversas llamadas telefónicas, una gira europea por España, para reunirse con políticos y activistas, para que ayuden en la campaña para encontrar a la pequeña.

Siendo los McCann, devotos y fervientes católicos, dijeron sentirse espiritualmente reconfortados, tras una audiencia pública, al visitar el Vaticano, y agregaron que las palabras de Benedicto XVI les dieron mucha fuerza para seguir con su búsqueda. En dicha reunión, el Papa bendijo la fotografía de Madeleine y oró por la familia. Luego de ser recibidos por el Papa, iniciaron otra gira europea de 10 días que incluirá visitas a Madrid, Berlín y Ámsterdam.

Los primeros sospechosos

Mientras los McCann estaban de viaje, y chequeando posibles pistas, la Policía portuguesa no quiso revelar, en una rueda de prensa, por qué había sido detenido Robert Murat, el único sospechoso hasta ese momento. Robert Murat, un hombre de unos treinta años, de nacionalidad británica, que vive con su madre, en una casa próxima al alojamiento turístico de Playa de la Luz, fue sometido a un largo interrogatorio y a pesar de su condición de "implicado", fue puesto en libertad, después que su casa fuera sometida a un largo y minucioso registro, en donde nada se encontró.

Posteriormente, fueron interrogadas otras dos personas, una de nacionalidad portuguesa y otra al parecer alemana, aunque nunca se hicieron comentarios oficiales sobre ellos. Los medios portugueses y británicos tejieron diversas especulaciones sobre Murat, su vida y sus actividades, aunque la policía se limitó a confirmar su condición de sospechoso y llevarse de su domicilio diversos efectos, entre ellos una computadora. Murat se ofreció a ayudar a los padres de la niña, pero de un modo sospechoso.

En tanto, el ex director de la Policía Judicial, Francisco Moita Flores, y actual alcalde de la ciudad portuguesa de Santarém, acusó a la Policía británica de "manipular" la investigación lusa y admitió que existe "interferencia diplomática" de las autoridades de Gran Bretaña "para proteger a los McCann". Agregó Moita Flores, que la prensa británica sólo quiere saber de noticias sobre el eventual secuestro y que todas las demás "son especulaciones".

Poco tiempo después se lanzó una sección en YouTube. El sitio (uk.youtube.com/user/DontYouForgetAboutMe) lleva el nombre "Don’t You Forget About Me" (No te olvides de mí) pretende ayudar a otras familias en la misma situación que los McCann, según dijo la BBC. En ese espacio existen vídeos de otros pequeños desaparecidos, con la intención de que la población preste colaboración.


Demasiadas contradicciones y omisiones

Recientemente un grupo de perros entrenados de la Policía detectó rastros de un cuerpo muerto en las llaves del auto alquilado por el papá de la nena británica, cinco semanas después de la desaparición. La prensa portuguesa afirma que los animales también hallaron rastros de sangre en el baúl del vehículo. Cada vez suenan con más fuerza las sospechas contra los padres de Madeleine.

Los testigos Russell O'Brien y su esposa Jane Tanner también, amigos de los McCann, cayeron en serias contradicciones al dar a la policía dos horas distintas de aquella cena cuando ocurrió el secuestro. Un testigo ocular protegido por la policía da cuenta que la niña sí cenó con sus padres esa noche y por lo tanto sería falso que la hubieran dejado dormida en el cuarto, mientras cenaban con la pareja testigo.


Hasta la fecha, aún no terminó y posiblemente tenga derivaciones insospechadas, ya que se habla de protección desde las altas esferas del gobierno británico, quien obstruyó en todo momento las investigaciones de la policía portuguesa.

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