miércoles, 2 de marzo de 2011

¿A QUIEN DEFIENDE DEFENSA DEL CONSUMIDOR?


Parecería el titulo de una película, pero no lo es. Es sólo un grupo de empleados municipales, encargados de defender los intereses de los ciudadanos del distrito de aquellos comerciantes inescrupulosos, que lucran, engañan o sacan ventaja, tanto con mala fe como por ignorancia. Estos mismos comerciantes son los que se olvidan que comen gracias a sus clientes y como pago de ello atropellan sus verdaderos derechos.


Aunque parezca mentira, existe en Ciudad del Este un lugar a donde se puede recurrir en busca de ayuda cuando se lo sorprende al ciudadano común en su buena fe. Ese sitio es la Dirección de Defensa al Consumidor, un grupo de estudiantes avanzados en Derecho, que se encuentran totalmente capacitados para asistir y encaminar las denuncias que se les haga llegar.


Sin embargo cuando le toca responder a denuncias concretas que involucre a los amigos del intendente, chocan contra un sólido muro. Tal es lo que le pasó al abogado Diego Hernán Duarte, quien se desempeñaba como sub jefe, hasta que tuvo la osadía de intervenir la Farmacia “Las Perlas”.

Dicha farmacia es propiedad de uno de los mejores amigos de Zacarías: el ex administrador de la aduana de Ciudad del Este, Elio Cabral. No importaba que vendieran productos vencidos o en mal estado. Es amigo del intendente y punto. Por lo tanto el abogado Duarte fue echado sólo por querer hacer bien su trabajo. Cuántas denuncias de este tipo quedaron encajonadas por temor a perder el pan de cada día.


Un ejemplo que muchos jóvenes deberían imitar 
 
Al comando de este compacto grupo de jóvenes, de un promedio de 23 años, se encuentra María Basilia Ayala Mongelós, quien según su propia confesión, comenzó muy tarde sus estudios terciarios, recibiéndose posteriormente de Ingeniera en Informática.

Sus compañeros de entonces tomaban a burla, el hecho de ir con sus cuadernos, no siendo ya una jovencita. Luego de recibirse, continuó estudiando, para obtener dos títulos más. Pasó por varios departamentos, hasta recalar en la Dirección de Defensa al Consumidor. Tras 32 años de servicios, aún lo sigue prestando en un área bastante difícil, ante la gran cantidad de reclamos que recibe, sin embargo la precariedad de medios es ostensible.

Para hacer su trabajo deben hacer magia

Con un trabajo a cumplir y sin ningún presupuesto contemplado para este departamento, todos se debaten como pueden en un hacer que a veces da lástima y pena verlo. No tienen vehículo propio, ya que el que tenían a su cargo fue “carneado” por quien sabe que manos anónimas. Por lo tanto para realizar un operativo, deben hacer una colecta entre todos y pagar el combustible a un compañero que aporta su propio vehículo.

De la misma manera, solventan otros gastos menores con el dinero que obtienen de su magro salario. A veces las intervenciones duran más que las horas de su permanencia en la institución, pero por ello no cobran horas extras. El local es demasiado pequeño por lo que el personal debe ocupar el korredor jere, de otra manera es imposible su permanencia en él. 

El grupo cuenta con una química experta, lo cual es importante para poder verificar si los compuestos y proporciones que rezan los envases realmente coinciden. Sólo que la esforzada profesional no cuenta con un laboratorio, ni elementos técnicos, ni espacio físico suficiente como para desarrollar su importante tarea.

El paraguayo no aprendió todavía a defender sus derechos. 
 
Según palabras de María Basilia, ya sea por timidez, o por ignorancia, desconoce cuales son sus derechos y obligaciones como ciudadano. Eso genera que muchas veces los malos comerciantes se aprovechen de sus clientes, conociendo de sobra esta característica nativa.

Aún así existe un promedio entre 30 a 90 denuncias mensuales, que según sea el caso, interviene la propia Dirección o bien son derivados a otros departamentos. Todos los funcionarios están ultimando su carrera de Derecho, por lo tanto no le es totalmente desconocido hacer el seguimiento de cualquier trámite dentro de los intrincados vericuetos de la fiscalía.

¿En qué caso ellos actúan?

Especialmente tiene su competencia en aquellas pequeñas cosas que generalmente la gente no toma en cuenta y también se olvida de observar, quizás a veces por una cuestión de confianza o falta de tiempo. Balanzas tocadas, productos falsificados, mercadería a granel de dudosa calidad, menos unidades en un envase, stock vencido o en malas condiciones sanitarias.

El primer lugar en reclamos se lo lleva la compañía telefónica estatal Copaco, quien acostumbra a facturar consumo mínimo cuando su servicio es interrumpido por su mal mantenimiento de líneas o cuando se le han robado los cables a los usuarios. Le seguiría en el ranking, en caso de confeccionarse uno, los celulares comprados en Jebai, a donde tuvieron varias veces que constituirse con la GEO, para vencer la intransigencia de algunos inescrupulosos comerciantes que suelen tener su comercio en dicho edificio.

Muchas veces derivan las denuncias hacia los departamentos de Obras o de Salubridad e Higiene. Como podrían ser las imputaciones contra ciertos comerciantes que sacan su mercadería para exponerlas en la vereda, dificultando no sólo el libre paso, si no poniendo en peligro al peatón que debe descender por consiguiente al pavimento.

Obras en construcción, copetines callejeros que ocupan toda la vereda, algunos “mesiteros” que piensan que las veredas fueron hechas sólo para ellos, o barcitos que sacan sus mesas, sin importarle nada si les corresponde o no. Baños sucios e insoportables para ser usados, cocinas de copetines o restaurantes llenas de cucarachas, ratones y demás alimañas. Comidas en mal estado, recalentadas, o del día anterior.

Que les falta para ser más efectivos

Materialmente todo, ya que no cuentan con ningún tipo de infraestructura para que pudiera potenciar su acción. Un móvil le otorgaría cierta autonomía, sin tener que andar pidiendo favores a otros departamentos. Un espacio físico más apropiado y cierto presupuesto para concientizar a las personas a defender sus derechos cuando son atropellados o no considerados.

Evidentemente una instancia mucho más favorable sería muy conveniente para la comunidad. El empeño puesto por estos funcionarios, quizás vaya más de lo que le corresponde hacer, sin embargo prima la profesionalidad ante todo para este escuadrón de valerosos que van en su ayuda al rescate.

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