Por desgracia, las normas de conducta han pasado a retiro y deben ser expuestas únicamente en un museo. Y esto se puede ratificar con hechos puntuales, que han ocurrido la semana pasada en nuestro país y que refuerza claramente, el porqué del título de este editorial.
El primero, tiene que ver con los desvergonzados auto-aumentos de las dietas que pretenden otorgarse los legisladores, que de por si ya eran altas y gozaban de ciertos privilegios, como el hecho de no dar cuenta de los gastos diarios que cada uno de ellos efectúa. No bastando con ello, uno de los legisladores, en forma muy descarada, se quejó amargamente que 20 millones de guaraníes mensuales, no le alcanza.