sábado, 17 de septiembre de 2011

Fuentes de trabajo, prioridad número 1


El nuevo gobierno que vendrá, a partir de agosto del 2008, debe tener como prioridad número 1 la creación de fuentes de trabajo. A raíz de la falta de empleos, miles de compatriotas tuvieron que emigrar a diversas partes del mundo en busca de un mejor horizonte, tanto para ellos como para sus familias. La crisis socio económica cada vez es más aguda en el Paraguay y no se avizora mejoría muy rápida en ese contexto.

El presidente Nicanor Duarte Frutos cuando tomó el poder tenía en agenda, como una materia pendiente para buscar corregir, la carencia de empleos. Pero a más de 4 años de gestión, tampoco pudo paliar este gran déficit, quizás tuvo buenas intenciones, pero le fallaron las piezas.

No fue consciente que la paz social se puede perder por la falta de desarrollo y empleo en el país, que provoca incertidumbre, desesperanza, temor y un clima de violencia por el crecimiento de la delincuencia en gran parte del territorio nacional. 

Es más, en este gobierno, de acuerdo a las estadísticas, es donde se produce la mayor fuga de personas al exterior, en procura de trabajo. Las mayores concentraciones de connacionales actualmente se dan en Buenos Aires, Argentina y en España. 

En tercer lugar se encuentra Estados Unidos, países donde existen una importante legión de paraguayos, que desencantados con la crisis económica y la falta de oportunidades para progresar, dejaron sus tierras. Quizás, para cualquier gobierno de turno es el reto más difícil e importante la de crear fuentes laborales. 

La necesidad urge. Solamente en el sector educativo terciario, anualmente están egresando centenares de jóvenes en las distintas carreras. Pero con el título a cuesta se encuentran con una triste realidad, la falta de oportunidad de trabajo. ¿De qué le sirvió tanto esfuerzo y por tantos años? 

En esta nación con tan sólo 6 millones de habitantes, con una naturaleza extraordinaria y materia prima abundante, es un contrasentido que se encuentre en la situación en que está. El paraguayo debería ser feliz en esta tierra, encontrar su bienestar aquí y estar orgulloso del país donde vive. 

Este panorama debería ser construido, pieza por pieza, por las autoridades, infelizmente los mismos carecen de voluntad política, y continúan con el clientelismo barato y chabacano, priorizando lo personal ante lo colectivo. 

Por eso, un vasto sector de la ciudadanía ya se ha vuelto incrédulo con los discursos de los políticos, que prometen el oro y el moro durante las campañas electorales, pero una vez sentados en el trono, se olvidan de lo asumido ante el pueblo. 

Y este mal no es un patrimonio exclusivo de los colorados, sino también se puede apreciar en los distintos partidos de oposición, y especialmente, en los gobiernos departamentales, donde existen gobernadores e intendentes con pésima gestión administrativa. 

Por tanto, esta querida nación guaraní irá adelante cuando llegue al poder personas con vocación de servicio hacia su semejante, lo cual pasa, primeramente, por una equitativa distribución de la riqueza, que a su vez equivale a profundos cambios en la política económica y principalmente tributaria, que ya no pueden seguir siendo instrumentos que sirvan únicamente a los intereses de los privilegiados. 

Por eso el desafío es tan grande para quien tome el mando del país, a partir del 2008, porque los compromisos son múltiples, y tiene sólo 5 años de tiempo para tratar de ordenar la casa. El pueblo paraguayo con una renovada esperanza espera dar la bienvenida al nuevo gobierno que vendrá, augurando que traiga nuevos vientos y que soplen en el sector de los menos favorecidos.

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