El teniente coronel Hugo Rafael Chávez Frías, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, es un hombre que nunca podrá dejar de sorprender. Sus polémicos actos y sus deslenguadas afirmaciones causan escalofríos a los desprevenidos interlocutores que se presten a escucharlo con detenimiento.
Es un hombre controvertido, no solo por sus acciones y posturas incoherentes, si no por sus actos arrojados que no miden consecuencias y pareciera que tampoco le importara si están a destiempo. ¿Cómo definir a este personaje escapado del tablero de dibujo de Walt Disney?
No es muy sencillo, sin embargo a primera vista pareciera ser un seudo justiciero, encarnando a un Don Quijote, atacando sin piedad a los molinos de viento, que según el venezolano serían una versión del mal hecho Bush, con algunos rasgos del Hombre Araña, ya que va de un lado para el otro, siempre al borde del precipicio y enredándolo todo con sus telarañas.
Su comportamiento errático le ha granjeado enemigos, que debieran ser sus aliados. Incluso en Sudamérica. Sus amistades y aliados son irritantes y provocativos, llámese Fidel Castro, eterno jerarca de Cuba, el más antiguo trasgresor de los Derechos Humanos en esta parte del continente y el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, también se encuentra entre sus camaradas predilectos, en una osada muestra “anti-imperialista”.
Con una cantidad impresionante de “petro-chavez” intenta taparle las bocas a sus probables aliados faraónicos, proyectos de ingeniería de petróleo y gas a precio de banana, hasta para derrochar, siempre y cuando se mantengan a su lado sin llegar a contradecirlo. Parece una nueva versión de aquella película de Charles Chaplin:”El Gran Dictador”, pero en una adaptación hacia la izquierda y con ochenta años de atraso.
En rápido recuento de las más notables controversias figuran: En noviembre de 2005, Chávez, en la IV Cumbre de las Américas, declaró suelto de cuerpo: “Da tristeza que un pueblo heroico como el de México tenga un presidente que se arrodille al Imperio y cumpla un papel triste”.
El 29 de abril de 2006, Perú decidió retirar a su embajador en Caracas, por los insultos que Chávez le profirió al presidente Toledo y al candidato a la presidencia del Perú, Alan García.
En noviembre de 2007 el gobierno colombiano decidió terminar abruptamente con la mediación de Chávez y Córdoba, por lo cual el presidente de la “Vino Tinto” dijo haber perdido la confianza en Uribe, así como descartó seguir manteniendo relaciones con el país vecino mientras éste ultimo sea presidente de Colombia.[]
Pero la última, la que desconcertó al mundo entero fue cuando Chávez, pidió a la humanidad que retire a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y al Ejército de Liberación Nacional (ELN) de la lista de grupos terroristas, al catalogarlas como "verdaderas fuerzas insurgentes que tienen un proyecto político y bolivariano"."Que nadie se moleste por ello, por lo que voy a decir, pero las FARC y el ELN no son terroristas, sino verdaderas fuerzas insurgentes que tienen un proyecto político y bolivariano que aquí en Venezuela es respetado".
Aún resuena en nuestros oídos aquel estirón de oreja “¿Por qué no te callas?” que le lanzó el rey Juan Carlos de España y que a duras penas pudo hacerle cerrar su enorme boca, que al mundo ya constituye una verdadera afrenta. Tener la lengua larga, puede dejarle a alguien sin habla.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario