A días de terminar 2011, creo que estoy en condiciones de hacer un pequeño balance bien resumidito de lo más importante que ha pasado en nuestro país, y pensando en voz alta, algunas cosas que pasaron conmigo, si es que no los aburro. Como en años anteriores, las promesas hechas durante la campaña proselitista de nuestro señor presidente, tampoco fueron cumplidas.
A pesar que los números hablan que
nuestro país creció un 14,5%, durante el 2010, eso no se vio reflejado en la
famosa distribución de la renta ni de la riqueza, ya que según cifras
oficiales, solo un 10% de la población acapara el 40% de los ingresos. Un 35%
de los 6 millones de habitantes carece tanto de vivienda o en su defecto de
tierra propia.
Un 45% vive en una construcción
hecha en el mismo terreno que el de sus padres. Con lo que da una somera idea
de lo grave que es la falta de viviendas y la gran dificultad que se tiene,
para acceder a una. La oferta de trabajo
no aumentó y el Estado sigue constituyéndose en el gran tomador de mano de
obra. No siempre la más eficiente ni calificada, pero eso es tema para otro
comentario.
Se cambiaron algunos ministros, que
teóricamente hacían las cosas menos mal que los anteriores, pero por discordar
con el presidente, fueron enviados a sus cuarteles de invierno.
Las inversiones
que llegaron fueron muchas menos que las que se fueron. Las condiciones
jurídicas, el temor al EPP y las invasiones de tierra hicieron su efecto.
El parlamento tampoco ayudó
demasiado. Frenó varios proyectos interesantes y es responsable de aquella ley
retrógrada que permite fumar en lugares públicos contradiciendo a la sanción de
los parlamentos del resto del mundo. No se debe uno olvidar que la concesión de
los 3 aeropuertos más importantes del país, fue bloqueada, sin pensar que estos
son realmente de terror.
Más de una aerolínea extranjera se
abstuvo de venir por lo primitivas y anticuadas que son nuestras terminales
aéreas. Lo lamentable son los millones de dólares no invertidos en infraestructura
ni la consiguiente fuente de trabajo directa e indirecta que están en
discusión.
Pero la ceguera de nuestros funcionarios no es nueva si no que se
inicia desde el mismo momento en que se asume la independencia.
Era de esperarse, que, con todas las
promesas hechas y no cumplidas, se desatara una verdadera ola de
manifestaciones de todo tipo, que hasta se ha llegado a calendarizar y dividir
por sectores para que estas no tropiecen ni molesten entre sí.
Médicos,
personal judicial, empresarios del transporte, maestros, alumnos
universitarios, campesinos “sin tierra”, movimiento de “sin techo”, “carperos”,
jubilados, enfermeras, taxistas, agricultores brasileros, entre otras. Todos
pidiendo reivindicaciones justas.
Todos están disconformes con este gobierno,
y la mayoría llora miseria; sin embargo en este año, he visto una gran cantidad
de vehículos de los llamados primer nivel y construcciones de nuevos shoppings,
casas suntuosas, enormes y despampanantes sucursales bancarias, así como
penthouses, condominios y barrios cerrados, que no condicen con nuestra
situación económica-financiera.
Los hospitales siguen aún con la
falta de los suministros más esenciales, para una correcta atención médica, lo
que si sobra es la mala educación por parte de la mayoría de las
recepcionistas.
Otra cosa muy llamativa en esta gestión, es que están empeñados
en construir más y más hospitales, sin embargo sería mucho mejor, arreglar como
la gente lo que ya están, para que no goteen en los quirófanos y reequiparlos en
serio.
El segundo puente con Brasil,
aguarda su torta por los 20 años de dulce espera. Tanto como el puente con
Argentina en Pilar.
Los caminos de todo tiempo no son muchos y es por esta
causa que la producción local se pierde, haciendo quebrar por consiguiente a
los esforzados hortigranjeros. Así es como se los desalienta, haciendo que sienta el vacio del Estado.
Según ´nuestro gobierno, casi no
existe la inflación en Paraguay, sin embargo esto contradice a los escuálidos
bolsillos de aquellos suertudos que por lo menos, tienen un trabajo fijo. Los
que no lo tienen, navegan irremediablemente entre la desesperación, la angustia y a veces lo ilegal.
En cuanto a la justicia, la
impunidad siguió tan campante como siempre. Ministros y parlamentarios hacen de
las suyas, gozando de una inmunidad no
merecida, pero que responde a las leyes no escritas de la corporación.
Lo mismo
pasa con los jueces, fiscales, ayudantes y
demás funcionarios del gremio. Mucho de los abogados también están
salpicados por el mismo barro.
En cuanto a la educación, esta sigue
estancada, siguiendo programas de estudio, anticuados y obsoletos. Ninguno de
ellos contempla siquiera una salida laboral, ni tampoco los prepara para una
vida de adulto autónoma de los padres. La mediocridad es patrimonio absoluto en todos los niveles.
Allí se les enseña a estudiar de memoria, a no usar la razón, y a repetir lo
que otros afirman sin estar seguros si es o no verdad.
Tanto en el secundario, como en la
universidad, se incentiva a sacar
fotocopia a los libros. Jamás se nombra al autor y los derechos a la propiedad
intelectual, son pisoteados. Pero este delito se agrava aún más, a la hora de
preparar tesis o pasantías, ya que los alumnos suelen pagar un dineral para no
hacer el trabajo.
Es más, nuevamente son robados de internet, con trabajos de alumnos de otros países. Y pensar que esos serán nuestros futuros profesionales.
Es más, nuevamente son robados de internet, con trabajos de alumnos de otros países. Y pensar que esos serán nuestros futuros profesionales.
Por lo tanto, viendo que no hay
muchas señales que las cosas puedan cambiar, he decidido fortificar mis
neuronas, descansar un poco más, previendo el duro años por venir, y continuar
con mis ejercicios, levantando dos palillos de dientes. Estoy convencido que
ejercitándome de ese modo, lograré adaptarme a los nuevos y difíciles tiempos
que vendrán y para ello Riste Recargado debe convertirse en un poderoso Riste
Xtreme, a prueba de todo.
PD: El dibujo que ilustra este comentario, pertenece al talentoso
caricaturista paraguayo Melki Melgarejo Valiente, y que me hizo emocionar hasta
las lágrimas cuando lo vi por primera vez. Por ese motivo, este humilde
comentario está dedicado a él.
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