miércoles, 9 de marzo de 2011

QUINIENTOS “MESITEROS” SE OPONEN AL FUTURO



Los "mesiteros" nacieron en Ciudad del Este al mismo tiempo que su fundación. Han tenido buenos, malos, regulares, muy malos y súper buenos momentos. Algunos aprovecharon su oportunidad, en aquella época de oro, cuando ganaban 500 dólares por día y otros que viven precariamente lamentan haber dejado pasar esa circunstancia. En cuanto a la piratería fueron sus defensores e impulsores más fanáticos y en realidad lo único que hicieron fue “escupir al cielo”.


Si se hace un poco de memoria, los primeros "mesiteros" nacieron junto con una ciudad pujante que todos los días ampliaba sus límites y no paraba un segundo de crecer. Era la época de oro en que los negocios cerraban después de medianoche. Para cubrir las necesidades de mano de obra venían familias enteras desde los puntos más lejanos de la geografía nacional. 



Quizás los ovetenses, guaireños y asuncenos sean los más numerosos. Aquí en la ciudad había todo por hacer y muchos sueños para concretar. Como no había locales suficientes, quienes primeros los ocupaban eran los chinos y árabes, en ese orden. El paraguayito no podía competir con el dinero del extranjero, sin embargo también quería hacer buenos negocios con los compradores brasileños y argentinos preferentemente. 


Ocaso y caída de los dioses 

En la escala social de aquella época, el mesitero no era mal visto, no era su culpa que no hubieran locales disponibles en una ciudad con ritmo vertiginoso. Es más, ya lo alquilaban los extranjeros desde el momento mismo del replanteo del terreno. Un detalle a tener en cuenta, toda la mercadería ofrecida tanto en los negocios como en las mesitas, eran originales. Nadie osaba falsificarlas. 


Era un tiempo en que se amasaban grandes fortunas de la noche a la mañana. Cualquier carretillero tenía un grueso fajo de dólares en su bolsillo. Los mesiteros también hacían sus buenas diferencias. Unos invertían su dinero, comprándose un terreno, construyendo su casa, accedían a un automóvil y equipaban su hogar. Otros más inteligentes, dejaban esto de lado y compraban un local en el centro y con las ganancias venía luego el resto. 

Otros, la mayoría, creyeron que su futuro estaba comprado, de por vida y despilfarraban cerca de 500 dólares por día, en el casino o en las casas de póquer electrónico que nuevamente se han puesto de moda. Hoy día esa misma gente está arrepentida de haber obrado tan impulsivamente, pero ya es tarde. 

Luego vendría aquel septiembre negro, cuando el presidente Collor de Brasil congeló los depósitos y a partir de allí, donde comienza la curva descendente. La piratería se enseñorea en la ciudad y son los "mesiteros" quienes la impulsan y la alientan, debido a la gran brecha existente entre lo legal y lo “trucho”. Al ser tan barato sus ventas se triplican, se quintuplican, se elevan astronómicamente así como sus ganancias. 

Sin embargo la piratería no nace de la mano de los paraguayos. Son los malos extranjeros que imponen estas prácticas tan comunes en sus respectivas tierras. Malos chinos, malos coreanos, malos árabes se unen en un destructivo sistema que incorporado a otras variantes, terminó por darles la razón a nuestros hermanos brasileños cuando se quejaban hasta de la falsificación de sus propias estampillas fiscales. 

Con los continuos operativos de la aduana brasileña, los controles salvajes en las rutas, hoteles, bares y la Terminal de Foz, hizo que paulatinamente el comercio fronterizo disminuyera. No fue un golpe súbito, al contrario, fue una especie de agonía lenta y jadeante. Cada tanto unos manotazos de ahogado, estremecen el Puente de la Amistad. 

El final es previsible, pero algunos no se resignan a perder algo que consideran adquirido con el tiempo. Sin embargo no se puede adquirir algo que nunca fue de ellos. El tiempo se les acaba y persisten en seguir dándole suero a un moribundo. 


Las cosas siempre cambian

Una ciudad tan dinámica y emprendedora como es Ciudad del Este, todo muda. Si se tiene en cuenta que desde que se la fundó, pasó mucha agua bajo el puente. Quizás los principales hitos fueron: 

· La llegada del hombre a la Luna.

· Caída del muro de Berlín.

· Fin del comunismo ruso y chino.

· Fin de las tiranías latinoamericanas.

· Transplantes de corazón, e implantes de todo tipo.

· Nuevas enfermedades de orden sexual y no sexual.

· Cambio de dos Papas

· Avances tecnológicos (celulares, computadoras etc.)

· Cinco presidentes de Paraguay.



Los ejemplos son incontables. Si tantas cosas sucedieron en todo este tiempo, es lógico que los "mesiteros" también acompañen a los nuevos tiempos que se avecinan. Nadie se encuentra atornillado al suelo tanto tiempo, ni los "mesiteros". 

No es el intendente quien se lo dice, ni sus dirigentes, ni siquiera este medio, son nuevas circunstancias, que hacen que ese tipo de comercio se extinga, poco a poco y reaparezca el verdadero comprador por menor, ese que compra una o dos unidades porque está mucho más barato que en su país. 

Si es así serán demasiados para subsistir, se necesitaran menos taxistas comunes y desaparecerán los alternativos. Se reducirá por lo tanto a la mitad o menos el número de cambistas, "carretilleros", "paseros", y todos los oficios inventados alrededor de aquel negocio que una vez hizo de Ciudad del Este, la tercera ciudad comercial del mundo. 

No hay peor ciego de aquel que no quiera ver

No se necesita ser vidente ni tarotista para darse cuenta que las autoridades brasileñas estaban empeñadas en doblegar y quebrar a una ciudad que tantos dolores de cabeza les ha traído. Es por eso que Brasil está decidido a construir 17 zonas francas en la frontera con Paraguay, con lo cual dará el golpe final a su maquiavélica obra. 


El resto es solamente un doble discurso que sólo puede convencer a aquellos que creen en hadas y duendes. ¿Cómo es que los dirigentes de las agrupaciones de "mesiteros" no han previsto esto?, ¿por qué se empeñan tanto en revivir a un muerto que ya no resucitará más?, ¿cuál es la causa que no busquen entre todos, otras nuevas alternativas? 

Es cierto que falta y escasea el trabajo, pero hoy en día, nadie se encuentra seguro en el suyo. Puede ser despedido en cualquier momento, o puede quebrar la empresa o simplemente desaparecer los dueños. Por desgracia el estado paraguayo no tiene las espaldas tan anchas y cada uno tiene que inventar su propio trabajo. 

Quinientos "mesiteros" se oponen a la tercera etapa, sin importarles los otros 300 mil ciudadanos con que cuenta la ciudad. Cincuenta años detrás de las mesitas quizás sea demasiado tiempo y ya sea hora de algunos cambios, como podría ser volver a su “valle” o seguir intentando nuevas aventuras.

1 comentario:

  1. Ha habido epoca en que estos malcriados y mal llamados mesiteros ganaban hasta 2000 dolares diarios sin aportar nada al fisco y sin invertir nada en la ciudad ni en sus propios puestos de trabajos. Deberia implementarse un mecanismo de tributacion aplicable a la actividad y de paso hacer que tributen los extranjeros que vienen a Ciudad del Este a llenarse los bolsillos sin aportar nada mas que el caos y explotar la pirateria y el que se queda con el mote de piratero es el pais... pero detras de este caos los Zacarias hacen su agosto, ya sea para cobrar coimas durante los embotellamientos por medio de sus "Zorros", ya sea para arrear a mesiteros y taxistas y usarlos como operadores politicos y votantes y asi mientras la ciudad queda estancada en cuanto a infraesctructura fisica, que pena..!

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