Charlando con varios amigos, días pasados, llegamos la triste conclusión, que todos los gobiernos del mundo, en mayor o menos medida, son verdaderamente hipócritas.
Es decir, pregonan una cosa y hacen otra muy, pero muy diferente. No vayamos muy lejos, aquí mismo, en Paraguay, nos encontramos con gente que prometió en su campaña política un cambio, una forma más transparente de hacer las cosas. Terminar de una vez por todas con la injusta asimetría que sufre nuestro pueblo.
Sin embargo, a casi dos años de la asunción del mando, nos encontramos con que no existe ni la más mísera señal, que eso se pueda revertir. No hay transparencia en la gestión, ya que en la mayoría de los casos, siempre existe una sombra permanente de sospecha, que los fondos destinados para un santo propósito, son derivados hacia otros negros destinos.
En cuanto a la disminución de la brecha entre ricos y pobres, hasta el momento ha sido una simple utopía, ya que antes de asumir este gobierno, teníamos una marcada diferencia solamente a nivel económico, pero ahora, gracias a los queridos apologistas del famoso socialismo del siglo XXI, tenemos entre manos un serio problema ideológico, que estimula a la retorcida lucha de clases.
Por lo tanto sigue funcionando Paraguay como una fábrica de pobres; el dinero de las dos hidroeléctricas desaparece como en el Triangulo de las Bermudas; los “popes” de la izquierda acomodan a todos sus parientes, con sueldos nada despreciables; no todos los “kits” escolares facturados, llegan a destino; en fin, estamos como cuando vinimos de España, es decir, que Lugo sigue exactamente los mismos pasos que Nicanor. Ni más ni menos.
Pero este gobierno de “ñembo” izquierda es tan hipócrita como cualquier otro gobierno del mundo. Porque ninguno se salva, como ya lo he dicho anteriormente y por estas mismas líneas. El problema no es la ideología llevada a cabo, si no el espíritu egoísta y mezquino del ser humano, que lleva en sus genes desde la época en que se mecía en los árboles y almorzaba bananas.
Y como las cosas se demuestran con ejemplos, acá les doy unos cuantos como para que se diviertan un poco.
Lula da Silva: presidente de Brasil, ha “cepillado” a Hugo Chávez diciendo que es el mejor presidente de Venezuela en 100 años. Solo que olvidó decir que su “cuate” habla de la democracia pero nunca de libertad de prensa, ya que eso no existe en Venezuela. También recibió como a un héroe a Mahmud Ahmadineyad, presidente de Irán, quien es sospechado de fraude electoral, protector de la guerrilla de Al Qaeda, y de torturar y matar a sus opositores.
Desde Mandela hasta Zuma, primer y cuarto presidente negro de Sudáfrica, se ha hablado de un nuevo país, sin odio racial y todos tirando del mismo carro. Sin embargo esto no es así, ya que ahora los negros sudafricanos están tomando revancha de tantos años de sojuzgamiento y humillación.
Han empujado a los blancos al mismo “apartheid” que ellos repudiaban. Resumen: en los últimos diez años un millón de blancos altamente capacitados y con capital, han huido de la violencia y la venganza. El panorama se vuelve oscuro ya que entre los negros no existe el recambio de los que se han ido.
Evo Morales, gran admirador de Chávez; fue un gran desestabilizador en su país. Trabajó codo a codo con los grandes “cocaleros”, que a la manera de los “piqueteros” argentinos, provocaban la ingobernabilidad boliviana. Adoraba crear conflicto y es el culpable directo de los 70 muertos en la masacre de Octubre, en motines por él instigados. Hizo renunciar a Sánchez de Lozada en el 2003. Conste que este tampoco era un bebé de pecho.
Los hermanitos Castro, los únicos amos y señores de Cuba. Quienes gobernaron durante 50 años y un solo partido político en el poder. Toda división de los poderes resulta tan divertida y grotesca como si fuera una republiqueta bananera al estilo Woody Allen. Hablan de libertad y democracia en un país donde se puede ir preso solo por respirar fuerte. La igualdad de clases queda rota al figurar los Castro Brothers, en la revista Forbes del 2008 con una fortuna de 1200 millones de los verdes, cada uno. ¡Muera el capitalismo!
Dubai y Abu Dabhi, que se consideran metrópolis muy modernas, al menos para los turistas del “jet set”, porque para el resto de los habitantes de estos dos emiratos, su radicalizada religión los tiene encadenados a la Edad Media. No existen derechos humanos y mucho menos libertad de prensa. A las mujeres no se les permite conducir automóviles ni beber alcohol. Manifestar su condición homosexual, equivale a la pena de muerte. Que a Ricky Martín no se le ocurra cantar “Livin la vida loca” por allí.
Hugo Chávez, el gran dictador bolivariano, quien en 1992, intentó matar al legítimo presidente Carlos Andrés Pérez, mediante un golpe militar. La revuelta regó con cientos de cadáveres las calles de Caracas. Esto nunca quiso asumirlos. Hoy día, acosa a cualquier persona que piense diferente. Mantiene un constante tiroteo verbal con los yanquis. Tiene grandes pretensiones de liderazgo a nivel sub-continental. Otros locos ya lo intentaron, ahora le toca a él.
España, cuyos sucesivos gobiernos, han criticado el famoso plan Cóndor, también tiene sus esqueletos en el armario y está intimando al juez de la Audiencia Nacional , Baltasar Garzón, uno de los pocos magistrados que se ha animado a destapar la corrupción de su patria. Está siendo procesado por el Tribunal Supremo por un presunto delito de prevaricación. Lo real es que pretende investigar los crímenes franquistas, y por esto se ha levantado una polvareda que sacude a todo el país. El franquismo allí es intocable y los muertos, muertos están. Garzón tiene que pagar por su osadía.
Barack Obama, a quien en el 2009, le dieron el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos en pro del desarme nuclear, la paz en Medio Oriente y la lucha contra el cambio climático. Sin embargo no esperó ni que se le enfriara su premio, cuando decide enviar 30.000 soldados a Afganistán, que por supuesto no van para jugar ajedrez. Esto le ha ganado mucha pérdida de popularidad, aún entre los de su mismo partido.
Europa en su conjunto se ha mostrado bastante hostil con nuestros compatriotas sudamericanos, a pesar de ser ellos, la cuna de la democracia y los paladines de los derechos humanos. Pero a la hora de la verdad, sean del partido que sean; todos son unos farsantes.
Hasta aquí intenté hacer un breve resumen de los gobiernos “tova mokoi”, no importando su concepción ideológica e intentando demostrar que a todos ellos, la hipocresía los une, tanto como a nosotros, nos quieren seguir engañando.
Hasta aquí intenté hacer un breve resumen de los gobiernos “tova mokoi”, no importando su concepción ideológica e intentando demostrar que a todos ellos, la hipocresía los une, tanto como a nosotros, nos quieren seguir engañando.
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