Desde la instalación del gobierno de Fernando Lugo, se acentuó un tipo de ideología que tiene ciertos visos de izquierda, pero se asemeja mucho más, a una mala copia del tan criticado, por ellos mismos, sistema capitalista.
Es una extraña
forma de pendular entre la lucha de clases y ser otro socio del Club
Centenario; de enfrentar a los viles sojeros, pero ganando los jugosos sueldos
de la Itaipú
Binacional ; defendiendo la llamada soberanía alimentaria
mientras se usa ropa de primera línea totalmente original.
Desde
ya que no es un modelo propiamente paraguayo, ni siquiera estaría adaptado, es
simplemente parte de una malévola alianza estratégica con el grupo
Chávez-Morales-Correa, concertada por Lugo, durante sus más que numerosos
viajes al exterior.
Es por eso que, no debería llamarnos la atención que
durante estos últimos tiempos, se haya desatado una furibunda pulseada entre los
senadores y los ministros de la Corte Suprema de Justicia. Esto sería apenas la
punta de un témpano de hielo, de un espinoso tema, sobre uno de los tantos
oscuros y ambiguos artículos de nuestra Constitución Nacional.
La
raíz principal en la cual radica este tipo de ideología, es que precisa
necesariamente generar caos como un medio infalible para sacar siempre una
buena ventaja. Así ha sucedido en todos los países donde fue implantado. Esto
ha ocurrido ya en Venezuela, en Bolivia y en Ecuador.
Y esta misma gente
pretende que pase exactamente lo mismo aquí, en Paraguay. El tira y afloja
entre los dos poderes del Estado, es la mejor excusa, ya que sirve para generar
confusión. Esta es solo una pequeña anécdota en el medio de un gran bosque
donde solo los desprevenidos de siempre alcanzan a ver únicamente al árbol.
Si
nos remitimos a los hechos, en reiteradas oportunidades, el mismo gobierno se
encargó en desinformar a la población, entregando noticias totalmente
contradictorias entre lo dicho por el Ejecutivo que se contraponía a la de
algún ministro. La confusión siempre genera intranquilidad y esta a la
constante preocupación.
Desde el mismo momento en que se diluyó la posibilidad
de la reelección, de Fernando Lugo Méndez, el primer anillo del Presidente se
encargó de buscar afanosamente un sucesor, cosa que aún, a pocos meses de las
elecciones presidenciales, nadie asomó como un candidato potable. Todos los
aspirantes que fueron sacados de la galera, ninguno, hasta el presente ha
cuajado.
Nadie
dice que el Senado no tenga razón o en su defecto que esté totalmente
equivocado, en su apreciación. El problema es que ese no es el método ni el
camino más indicado para desbancar a tales ministros.
Porque si bien la Corte Suprema se ha
tomado atribuciones desmedidas, que no le corresponde, aprovechando el
laberinto jurídico muy del gusto “Nicanoriano”, el tema se podría solucionar de
una forma distinta.
Esta
Corte Suprema que ha querido perpetuarse a través del tiempo y que con una
dosis muy fuerte de arrogancia, se auto concedió aumentos de salarios realmente
abusivos, en un país donde debe predominar la austeridad, ya que por un simple
acto de solidaridad para con sus compatriotas, ya que la mitad de la población
viven en la pobreza o por debajo de la línea de esta. Estos son los siete
personajes que usaron la ley en su real beneficio, en vez de distribuirla hacia
todos los ciudadanos del país.
El
Senado también se ha constituido en un poder omnipotente que hace y deshace a
su gusto y antojo y no permite ser controlado ni llamado al orden, por lo que
su arbitrario fallo no merece ni siquiera ser comentado, pero si tenido en
cuenta, ya que es parte de un esquema en el cual, la gente que tiene el poder
actualmente, en sus manos, no quiere de ninguna manera dejarlo y está decidido
a no entregarlo, aunque tuviera que defender su curul, con uñas y dientes.
Una
forma de lograr su objetivo es mediante un quiebre institucional y eso no está
muy lejos, ya que esto fue apenas un pequeño ensayo. Es de esperar que en cual
momento vuelvan a intentarlo, porque así funciona el sistema.
Atacan a fondo,
retroceden, estudian las consecuencias, se reorganizan y vuelven a atacar,
sobre aquellos puntos que antes no lo hicieron. Pura astucia egoísta, ya que
los réditos serán compartidos por un pequeño y selecto grupo que no lo
compartirá absolutamente con nadie.
Si
bien todo esto parece un increíble relato de “política ficción, es notable ver
como las piezas de este gran rompecabezas, por separado no tiene ningún sentido
ni coherencia, sin embargo, poniendo un poco de atención, es notable como una
encaja con la otra.
Por ejemplo, hasta hace no demasiadas semanas atrás, los
revoltosos “carperos” aparecieron de la nada, azuzados por don José “Pakova”
Ledesma y se instalaron, con un total “caradurismo”, en el departamento de Alto
Paraná.
De
allí se catapultó la grotesca figura de Victoriano López, hombre con un pasado
no claro, que lidera a gente que no tiene tierras, pero él si tiene una
propiedad y se sospecha de algunas más, aprovechando las bondades de no contar
con un catastro como la gente manda.
Sin embargo este hombre que en la
actualidad se encuentra prófugo de la Justicia , por un supuesto caso de violación de
una menor, sigue por la zona, protegido por la impunidad que le otorgan los
correligionarios suyos, empotrados en el poder luego de agosto del 2008.
Lugo
intentó sacarle toda la presión, restándole importancia a las invasiones e hizo
instalar en las tierras invadidas, contra toda lógica y como dándole razón a
los usurpadores, lo que se dio luego en llamar
las “escuelas carpas”.
Le pidió al ministro de Educación que instalara
unas improvisadas aulas, a fin que los niños no perdieran días de clases. Así
que se colocaron unas carpas donadas por el Ejercito los Estados Unidos y se
trajeron maestros.
Era de esperarse que eso fracasara. Nadie puede estudiar en un ambiente hostil y de permanente tensión. Otra cosa llamativa es que José Rodríguez, presidente de la Liga Nacional de Carperos (LNC) y también mandamás de Patria Libre, rama política del EPP.
Por lo tanto Patria Libre más invasiones de tierras más EPP, da por resultado que hasta un ciego se da cuenta. Todos en la misma zona y al mismo precio. El EPP tan consentido por el propio gobierno, se han llamado a silencio. Esos son espanta votos y ahora es momento de ganarlos no de perderlos, según reza en estos casos la macabra filosofía bolivariana del Siglo XXI.
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