Aunque no lo crea, siempre habrá unos cuantos, revoloteando a su alrededor. Usted a simple vista no los podrá detectar, solo conversando un par de minutos, recién podrán tener la autentica certeza que es uno de ellos.
Podrá verlos camuflados como uno de sus amigos, o dentro de su propia familia, o tal vez en su misma oficina, donde usted desarrolla sus actividades comerciales.
Con gran astucia se acercan a nosotros, pero nunca con buenas intenciones, intentando por lo general, de ganarse nuestra confianza.