Existe un claro denominador común para todos los países integrantes del llamado “primer mundo”. Es algo totalmente desconocido en nuestro país y que a través de toda su historia, jamás se la tuvo en cuenta o bien bastante difícil de implementar: la planificación.
Pero
antes de esto, que sería el punto culminante de un consenso general; algo que
jamás ha sucedido. Es que los representantes del pueblo, los productores de
bienes y servicios y las mismas fuerzas vivas se reunieron en torno a una mesa
y se pusieron de acuerdo en el tipo de país que todos pretenden.
Por
lo tanto, sin consulta previa ni políticas de estado de corto, mediano y largo
plazo, ningún país deja de navegar por las aguas de la ignorancia, el atraso y
la pobreza extrema. Dejar todo a la improvisación o que el tiempo lo cure es
simplemente la esencia de la filosofía del gobernante mediocre.
Ahora
bien, todos los países que optaron por un tipo de vida mejor para su gente,
planificaron su futuro y acordaron las variantes, en caso de fallar en el intento. Sin embargo,
todos coinciden que ello es fundamental para el crecimiento de cualquier nación
y esto nunca fue tenido en cuenta en Paraguay, porque jamás fue su prioridad.
Luego
que Japón perdió la
Segunda Guerra Mundial, el país quedó totalmente arrasado.
Tuvo que reinventarse nuevamente ya que todo había sido destruido. Pero también
necesitó tragarse su antiguo orgullo y arrogancia y pedir ayuda justamente a su
propio verdugo a quien estaba subordinado militar y políticamente.
La
diplomacia de EEUU, dejó que el general Mac Arthur, hombre hábil, manejara los
hilos de la reconstrucción. Fue uno de los primeros que planteó un plan de ese
tipo, que luego tomaría el nombre de “Plan Marshall”. El general siempre
respeto la figura del Emperador Hiroito, quien a pesar de todo, seguía siendo
la verdadera autoridad moral del país.
Tras
una consulta, de Mc Arthur a los japoneses, sobre lo que necesitaban con más
urgencia, estos respondieron que precisaban únicamente dos cosas. La primera
era restablecer las comunicaciones, fundamental para unir de nuevo a la Nación , reconstruyendo las
vías férreas, las autopistas y los aeropuertos.
Lo
segundo, llenar de escuelas todo su territorio. El resto caería solo por simple
gravitación. Hoy en día, nadie discute su poderío industrial y la calidad de
sus productos, aún siendo castigado frecuentemente por numerosos terremotos y
tsunamis, logra sobresalir porque sabe lo que quiere y hacia adonde se dirige.
Con
la terminación de la
Revolución Cultural , China decidió entrar en el mundo
capitalista, pero sin admitirlo, desde ya, y envía al Banco Mundial una pequeña
delegación.
Son recibidos por un ejecutivo
de 2da línea. Los asiáticos estaban muy interesados en construir una gran red
de rutas y autopistas, al estilo norteamericano.
El
funcionario, burlándose de ellos, les dice que en los 9,5 millones de
kilómetros cuadrados de toda China, no existían ni siquiera 100 mil vehículos.
Los orientales, sin inmutarse le contestan al funcionario que primero era
necesario construir las autopistas y luego fabricar autos. Estos se pueden
producir en apenas unos minutos, pero las autopistas tardan décadas.
A
instancias del Banco Mundial, este mismo funcionario se radica en Pekín, con el
fin de supervisar la construcción de 25 mil kilómetros de caminos y autopistas
de excelente calidad. En el año 2005, China tenía sus vías de comunicación
terminadas y circulándolas unos 40 millones de vehículos.
Según
previsiones en base al crecimiento anual, en el 2020, los chinos contaran con
170 millones de vehículos. En los últimos años, no han dejado de crecer y sus
índices de dos dígitos, asustan a sus competidores europeos, norteamericanos y
japoneses. Es que ellos saben exactamente lo que quieren y hacia donde se
dirigen.
Alemania,
mucho antes de la
Segunda Guerra Mundial, ya había construido la red de
carreteras más importante del mundo. Sin embargo pierden la guerra. Pero
resulta que el comandante de las fuerzas aliadas era el Gral. Eisenhower, quien
sería luego Presidente de EEUU. Y este
aprendió la importancia de contar con una red vial que conectara a todos los
puntos de un país.
Apenas
Eisenhower asume el cargo de Presidente, recuerda lo observado en Alemania y
pone manos a la obra. Durante toda su permanencia en el gobierno lo dedicó a
construir rutas de buena calidad. Fueron 68 mil kilómetros y 55 mil puentes. El
costo fue fabuloso, para su época y
comparable a un viaje a la Luna.
Sin
embargo hasta hoy en día, se la sigue considerando como la inversión más
rentable de todas las obras hechas en los EEUU. Mientras tanto en Paraguay
cuenta, hasta el mes de mayo de 2011, un total de 29.500 kilómetros
de carreteras, con un 50% pavimentado.
No
tenemos ni 100
kilómetros de autopistas y las demás rutas nacionales
tienen un ancho que varía entre 7,20 y 9 metros . La mayoría carece de banquina donde
estacionar en caso de emergencia. La
señalización de las mismas es mínima, si es que no fue dañada o robada. Con ese
ancho miserable es lógico que ocurran desgracias.
El
mantenimiento de las rutas, generalmente
depende casi siempre de la presión que hagan los parientes de las
víctimas de accidentes ruteros. En año 2007 perdieron la vida 845 personas, en
el año 2008, la cantidad aumentó a 1.073 mientras que en el 2009 a 1.024. Aquí no figura
el costo social que representa la rehabilitación total ni los que queden
inválidos de por vida.
El
50% de los puentes son de madera y hace rato que venció su vida útil. La
corrupción existente en todos los estamentos conspira para que estas vías sean
realmente seguras. Ministros, funcionarios, fiscales de obra y empresas
contratistas se han aliado para delinquir sobre el patrimonio estatal.
Da
por resultado que sean usados materiales de 2da o 3ra categoría, sin compactar
y ni estudio previo de suelo. Se pasa apenas una fina película de asfalto, como
simple terminación. Antes de los 6 meses se presiente el descomunal negociado. Con esto los productores no pueden
llevar su cosecha a los centros de consumo, ni distribuir los suministros por
los distintos puntos del territorio nacional ni los turistas conocer paisajes
maravillosos.
Como
dije al comienzo, hasta que todos juntos no definamos que tipo de país deseamos
para nuestros hijos y nietos, esto no avanzará y solo seguiremos navegando
dentro de la supervivencia. Es que ellos si saben exactamente lo que quieren y
hacia donde se dirigen. Nosotros no y por eso estamos como estamos.
Lo veo como una enseñansa de los logros de la perseverancia y programar los sueños en realidad proyectarse en el futuro pensando en el presente con la intencion de no ser afectado por el mundo moderno cuando aun no se a explotado en el pais de cad uno de nosotros .
ResponderBorrarPara mi en Chile son unos de los graves errores no pensar en el el FUTURO que todos podemos tener en esta TIERRA