Si los números no mienten, desde la caída de Stroessner, hasta la fecha, crecieron todos los índices de desigualdad social. Es el país latinoamericano que menos invierte en programas sociales (U$S 3 millones al año) o sea el 25% de lo que se gasta en sueldos para los parlamentarios. Si bien los indicadores son contundentes, no se necesita ser un genio para darse cuenta que en los últimos 19 años, hemos caminado hacia atrás como el cangrejo.
Es una verdadera desgracia para este país que no haya habido una política económica coherente, eficaz, valiente, radical y progresista en estos últimos 19 años.
Coherente porque cada uno de los 5 gobiernos, desde Stroessner hasta Duarte Frutos incluido, se ha seguido políticas diferentes. El que venía borraba todo lo poco hecho por el anterior. Es como la rotonda de Monalisa de Ciudad del Este, cada intendente la remodela, en vez de mejorarla siguiendo un mismo patrón.
Eficaz significa ver los resultados a corto y mediano plazo y obtener logros que permitan seguir planificando pero ya con un relajamiento de la tensión social. También de rodearse de un equipo de personas con profundos conocimientos que planeen una política económica por más lejos de un periodo constitucional.
Valiente por tener que enfrentar intereses contrarios a los del bienestar nacional. En toda sociedad existen grupos retrógrados que impiden o dificultan los cambios que permitan un posible despegue tanto económico como social. Para atacar a una minoría poderosa y conservadora buscando defender a una mayoría postergada y sumida en la pobreza, se necesita mucho valor.
Radical porque una línea política-económica que funcione con parches solo sirve coyunturalmente para paliar o dilatar la solución de los problemas. Estos deben erradicarse de fondo y no de forma.
Tal el caso de la reforma fiscal. La medida es correcta pero a la inversa. Primero se crea las fuentes de trabajo o Pymes o se incentiva la maquila, que es una buena alternativa.
Resultado, la recaudación ha crecido, sin embargo tiende a estabilizarse en un mismo nivel y puede ser que descienda ya que se mantiene sobre los hombros de los mismos contribuyentes.
No hay nuevos “clientes” para la voraz e insaciable bolsa sin fondo que representa el Estado. De haber hecho las cosas de manera más ortodoxa, las cientos de compañías que se hubieran creado, solamente con el blanqueo de las empresas dedicadas a la piratería, las recaudaciones fiscales no tendrían jamás techo.
Las políticas progresistas son aquellas que derrumban viejas estructuras de poder para comenzar una modernización en todos los estamentos. Ser progresista significa no casarse con planes de integración regionales, si no buscar nuevas alternativas para nuestros productos en el exterior. El Mercosur debe quedarle chico al Paraguay y ser más ambicioso.
Si debemos unirnos al ALCA, ¿por qué no?, ¿Cuál sería el problema? Ya se ha dicho en notas especiales anteriores, que no existen países hermanos, solo intereses que proteger. Por lo tanto existen 200 naciones independientes que necesitan lo que nuestro país produce y nos están esperando.
La clave es saber elegir
Sin embargo el paraguayo con tantos años de transición, todavía no aprendió, que no debe aferrarse a un color, o a un movimiento si lo mata de hambre. No tiene la madurez cívica para castigar a los malos políticos y pareciera estar ya resignado a su suerte y cree que castigando a su candidato es traicionar a su color. Para rematar su poca civilidad, al vender su voto por un período electivo a cambio de unas simples monedas termina por cerrar el círculo vicioso.
Según un informe proporcionado por Cipae, que es el Comité de Iglesias para Ayudas de Emergencia, que es una ONG que aglutina a varias iglesias de distintos credos, Paraguay está ubicado en el puesto número seis, en corrupción, solo superado por Haití, y 5 países africanos. Otro organismo de Derechos Humanos, como es Transparencia Internacional, coloca a nuestro país entre los que tiene enquistada al cáncer de la corrupción en todos los niveles de poder.
Hay números que dan ganas de llorar
Actualmente, solo el 25 % de la gente con gran poder adquisitivo concentra el 75% de toda la riqueza de Paraguay. Unas 423 mil familias no tienen tierras propias donde cultivar. En total existen 2.600.000 personas que apenas cubren sus necesidades básicas y generalmente están ocupadas en negro o bien sub-ocupadas.
Si se descompone esta cifra tenemos que existen en Paraguay, en pleno siglo XXI, de 1.600.000 pobres que no ganan ni el 75 % del sueldo mínimo. Otro millón viven en condiciones infrahumanas bajo la línea de la pobreza. No consiguen trabajo, ya que no cuentan con ningún tipo de preparación y estando mal alimentados, no pueden afrontar trabajos duros que es lo único que conseguirán.
Los analfabetos de más de 15 años llegan al 7 % a nivel nacional, hecho que se repite desde hace una década. Otro hecho también preocupante es que el 65 % de los habitantes del campo carece de cédula de identidad, y un 18 % en la ciudad, especialmente entre los jóvenes.
Es la nación latinoamericana que menos dinero invierte en programas sociales, U$S 3.000.000. Para el año 2007 solo se utilizaron unos 350.000 dólares para el combate a la desnutrición a nivel nacional. En el 2007 existen 40.000 niños desnutridos y 150.000 en vías de serlo. O sea que Paraguay destina unos 135 dólares por niño cuando en el resto de los países latinoamericanos es de 700.
Este cuadro confirma el paso del cangrejo
El siguiente cuadro fue confeccionado con datos provistos por el Banco Central del Paraguay al Comité de Iglesias para Ayudas de Emergencia (Cipae) y corresponde al período 1998-2005.
Existe una aclaración, los datos de los años 2006 y 2007 no fueron proporcionados por el BCP, posiblemente por estar en época de elecciones y al encontrarse los índices en alza, podrían causar una mala imagen al partido gobernante. Sin embargo hecho un ponderado entre las cifras muy distintas, suministradas por PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), la UNICEF, Fondo de Naciones Unidas para la Infancia y la OMS (Organización Mundial de la Salud), se consiguieron los datos.
AÑO | POBRES | +POBRE | TOTAL |
1998 | 14,8 | *17,3 | 32,1 |
1999 | 18,2 | *15,5 | 33,7 |
2000 | 18,3 | *15,6 | 33,9 |
2001 | 21,1 | *18,4 | 39,5 |
2002 | 24,6 | *21,7 | 46,4 |
2003 | 21,3 | *20,1 | 41,4 |
2004 | 22,1 | *17,1 | 39,2 |
2005 | 22,7 | *15,5 | 38,2 |
2006 | 24,9 | *14,2 | 39,1 |
2007 | 26,5 | *16,6 | 43,1 |
* Bajo la línea de pobreza |
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