martes, 15 de febrero de 2011

EL FEMINICIDIO - PARTE I

Las estadísticas mundiales indican que el femicidio (muerte violenta de mujer) es la sexta causa de muerte entre las mujeres de 15 a 49 años, siendo siempre su asesino el marido, novio, amante o una ex pareja que no haya asumido la ruptura sentimental.

Semanas atrás, este medio presentó una investigación especial  sobre la mujer golpeada. Esta nota sobre el femicidio es un complemento de aquel primer trabajo (sobre la violencia doméstica), pero llevada a su punto más extremo. 

El femicidio es una mancha ancestral dentro de todas las sociedades. Es algo de lo cual se evita hablar, una especie de tabú, aún no afrontado y escondido debajo de la alfombra, porque solo el hecho  que esto ocurra es mucho más que una aberración.

Desde los años 80, y con mayor empuje a partir de 1990, las ONGs femeninas han hecho un enorme esfuerzo para obtener leyes más duras y programas de prevención por parte de los estados para sancionar y prevenir dicha  violencia. 


También han defendido la idea de  capacitar al personal policial, judicial y médico para que realicen, correctamente su labor, cuando les toque actuar. También han elaborado campañas de concientización a la sociedad y a las mujeres para que conozcan sus derechos y denuncien los actos de violencia.

Amnistía Internacional, una de las ONGs que más ha defendido la condición de la mujer, analizaba que, según los cálculos (2004), la violencia afectaba a una de cada tres mujeres en todo el mundo. Eso significaba que mil millones de mujeres habían sido golpeadas, forzadas a una relación sexual no deseada, o sometidas a abusos al menos una vez en sus vidas. Por lo general, el abusador es un miembro de su familia o un conocido suyo. El 70 % de las mujeres víctimas de asesinato mueren a manos de sus cónyuges o convivientes.  
  
Según los datos comunes de las denuncias presentadas en las diferentes comisarías de Paraguay, el perfil del agresor, en un  80%, es un hombre de 30-40 años, trabajador no calificado o sin empleo. El alcoholismo es el desencadenante en el 45 % de los casos, aunque en la mayoría no hay causas justificadas.

Cada intento de abandono es interpretado por el agresor como un fracaso e intenta volver a conquistarla por la fuerza o amenaza con suicidarse y simula enfermedades. Otra característica es el aislamiento emocional. Nunca habla de sus sentimientos y es reservado. Muchas veces después de asesinar a su pareja, el agresor intenta el suicidio.

Los estudios realizados en la Unión Europea y en Estados Unidos indican que la causa de los malos tratos está en la personalidad del agresor y no en el carácter o comportamientos de la mujer. "Casi el 100 % de los agresores repite su conducta con todas las parejas que tiene. Puede fingir una recuperación, pero siempre vuelve a maltratar. Puede que el abuso ya no sea físico, pero sí psicológico", explica la Lic. Ruth Goldenberg de la Oficina de DDHH de las Naciones Unidas.

En ocasiones los hombres se someten a una terapia psicológica para corregir tal situación. Sin embargo, el éxito en la recuperación es muy bajo "porque no reconocen que su conducta es mala, ni que tengan que cambiar nada. Creen que la mujer es la responsable de la situación, y lo principal para iniciar un tratamiento de este tipo es admitir las responsabilidades" afirma la misma profesional.

Paraguay es el número uno en Hispanoamérica

En nuestro país, que tiene una cerrada sociedad altamente machista y donde los números no son muy distintos al resto de los países sudamericanos, nos dicen que en Paraguay, una mujer es asesinada cada día, producto de la violencia doméstica.

Estos son cifras tentativas ya que los entes estatales encargados de las estadísticas, muchas veces no están informatizadas y de estarlo, sus datos se mantienen desactualizados, por lo tanto las cifras de este informes son tomados de datos obtenidos por ONGs y organismos internacionales como la ONU o la OEA.

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