jueves, 3 de febrero de 2011

LA MUERTE RONDA CALLES Y RUTAS DEL PAÍS - PARTE I

En Paraguay 10 personas mueren por día a causa de accidentes de tránsito. Es el cuarto motivo de muerte y primero entre los jóvenes a nivel nacional. Los datos son alarmantes y va en incremento.

En los últimos diez años, Paraguay casi ha duplicado su parque automotor de cuatro ruedas y decuplicado el de dos. Eso nos ha llevado al crecimiento más rápido en toda Hispanoamérica, por cantidad de habitantes. Esto se debe a dos factores muy importantes.

El primero obedece a las excelentes formas de pago que han tenido que ofrecer al mercado, las concesionarias oficiales para poder competir con los autos usados traídos de Iquique, quienes venden vehículos que prácticamente en ningún otro país aceptan.

La segunda es la masificación en la venta  de motos, proveniente mayoritariamente de la China Continental, y que  permiten ser adquiridas con una ínfima entrada, siendo accesible a todo bolsillo. En contrapartida, con el desmedido incremento del parque automotor, las cifras de accidentes se han elevado hasta las nubes.

Una clara muestra de ello, es que en el curso de la década pasada, la muerte por accidente de tránsito, pasó del puesto número once al cuarto lugar, siendo únicamente superado por las enfermedades cardiovasculares, los asesinatos y los accidentes que se producen dentro de la casa. Mientras que figura como la primera causa de muerte entre jóvenes de doce a veinticinco años.

¿Que es un accidente de tránsito? 

Un accidente de tránsito o de tráfico es un tipo de incidente en el que se ve involucrado todo tipo de vehículo motor, incluyendo bicicletas y ocasionales peatones, tanto en calles como rutas. Tienen escalas de riesgo, siendo el más grave aquél donde resultan víctimas mortales, hasta llegar a aquellos que no tienen heridos de consideración y pocos daños materiales a los vehículos afectados.                                     

Descartando al azar, siempre existe una causa desencadenante para un accidente,  obedeciendo más que todo a una negligencia, que se agravaría en caso de resultar víctimas, aquellos que por  mala suerte acertaron a pasar por allí, en aquel desgraciado momento. Se considera como un agravante, el hecho de no usar los medios de seguridad exigidos, como podrían ser, no llevar ajustado el cinturón de seguridad o puesto el casco si se conduce una motocicleta. A esto se le sumaría la total falta de mantenimiento mecánico del vehiculo antes de salir a la calle o a una ruta.

Nuestra juventud se está suicidando al volante

Los adolescentes paraguayos siguen haciendo oídos sordos a las reiteradas advertencias, sobre el peligro de conducir tras beber alcohol o ingerir drogas. No tienen la suficiente responsabilidad al tomar el volante y no miden el tremendo peligro que ellos corren. De no ser así, las crudas estadísticas no estarían mostrando lo contrario.

Se distraen continuamente con sus teléfonos celulares o con otros pasajeros, escuchan música de moda a todo volumen, compitiendo con otros jóvenes a ver quien tiene más parlantes, lo que provoca,  miles de accidentes mortales cada año. Otras veces se los ha visto  conducir mientras manejaban juegos portátiles, ver y oír aparatos de video electrónicos o enviar mensajes de texto.

Muchas veces se sienten pilotos de carreras y utilizan a su propio vehículo como uno de competición, en las calles de la ciudad, afectando por lo tanto, a conductores de mayor edad  y más avezados. Los corredores de motos y coches de competición lo hacen en circuitos cerrados y en unas condiciones óptimas de seguridad que no tienen los vehículos normales.

No les importa conducir totalmente agotados o con una agitación emocional, debido tanto a las múltiples preocupaciones por sus notas académicas, las relaciones familiares, las desavenencias laborales o simplemente por sus fallidas relaciones sentimentales.

¿Y donde están los padres?   

Son los padres, muchas veces indirectamente, los verdaderos responsables, en algunos casos de los accidentes de tránsito. Eso se debe al facilitarle livianamente el vehículo de la familia o comprarle una moto a menores que carecen de la menor pizca de sensatez, y agravado con ciertas amistades no recomendables. Se les da dinero y esto conduce seguro a “la farra” que es sinónimo de embriagarse hasta caer rendido.

En esas condiciones manejan y no permiten ser substituidos en el volante. Los padres han perdido el control que tenían sobre sus hijos y piensan que asumen su rol siendo facilistas, entonces, le dan todo lo que ellos piden para sacárselos de encima. Craso error, no saben el daño que le hacen. Llantos lastimeros y amargos remordimientos se escuchan frecuentemente en Emergencias Médicas o cualquier centro hospitalario del país. Pero ya es tarde, demasiado tarde por desgracia.

Causas que pueden provocar un accidente

• Velocidad. La reducción de la velocidad del vehículo es aconsejable para prevenir el encontronazo. Se recomienda 30/50 km/h para los centros urbanos y 80 en rutas, llegando hasta 100 km/h con condiciones óptimas de visibilidad y con el conductor atento y descansado. Es digno de recordar que a 100 km/h, el móvil recorre 27,7 metros por segundo, que representa 5 pestañeos. Un simple estornudo a esa velocidad o al querer cambiar de estación de radio puede ser fatal. Condiciones climáticas adversas (neblina, hielo, lluvia, nieve, etc.).

El alcohol. Se ha demostrado que los conductores y peatones con cierto nivel de alcohol en el cuerpo tienen 50% menos reflejos que los que no han bebido. Su atención se dispersa y el embotamiento no le permite una buena coordinación motora. Sus lesiones son más graves estando ebrio.

Drogas.  Los efectos son similares al alcohol, con el agravante que, dependiendo de la sustancia ingerida o inyectada, se carecen totalmente de  reflejos. El conductor pierde la noción de sus actos, por culpa del sopor o las alucinaciones a que está sujeto.

Buenas condiciones físicas. Ser conciente que nuestra visión es buena y si no llevar puesto los lentes que correspondan a nuestra necesidad. No ingerir medicamentos que provoquen somnolencia mientras se maneja (antigripales, analgésicos, etc.). Detener la marcha del vehículo, en viajes largos, y estirar las piernas durante 15 minutos.

Desobediencia a las leyes de tránsito. Adelantarse en lugares prohibidos. Pasar un semáforo en rojo o un stop o ceda el paso. Circular por el carril contrario.            
  
  Condiciones de los vehículos. Es necesario que los otros  vean y puedan notar nuestras maniobras, por eso tienen que estar a punto las luces de maniobra (Frenos, intermitentes, alumbrado etc.). El vehículo tiene que estar en buenas condiciones: buen frenado, la suspensión funcione, que la dirección esté alineada, las ruedas balanceadas, que el asiento del conductor sea cómodo. Llevar bien reglados los espejos retrovisores. Sin esto requisitos es mejor no sacar el vehículo a la ruta.

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