martes, 7 de diciembre de 2010

EL CHANCHO HABLANDO DE HIGIENE

A esta hermosa frase popular, llena de una sórdida y siniestra ironía, encierra por sí sola una gran sabiduría. En realidad, es tan conocida, que su significado no necesita ningún tipo de explicación. Pero si da muchísimo gusto dar algunos ejemplos, como para divertirnos y hasta llorar al mismo tiempo.

En primer lugar, llama la atención los nuevos “spot” publicitarios de la entidad binacional Itaipú, quien le declara la guerra abierta a la corrupción. Hasta acá vamos bárbaro, pero sin embargo, se olvidan que durante la actual gestión, fueron despedidos una buena cantidad de “planilleros”, la mayoría vinculados con el ex-hombre fuerte de la entidad. Sin embargo, tras una regular presión sindical, fueron nuevamente aceptados.

Ahora se piensa transparentar, o al menos eso dicen, los encargados de la “Nueva Itaipú”, abriendo el registro de licitaciones a nuevos oferentes para el servicio de alquiler de vehículos. De las empresas que se presentaron, ninguna reunía los mínimos requisitos, y hasta se llegó a dar la dirección comercial de un taller mecánico de “morondanga”, matando la seriedad que el caso requiere. Una de ellas, para colmo, es de transporte, pero de combustible, no de personas. Por lo tanto el plantel de la Itaipú podría llegar a viajar en el techo de un camión cisterna.


Otra cosa también simpática, es cuando nuestra Policía Nacional, recomienda a las personas, que cuando vayan a dejar su casa por viaje, con la familia, se aconseja que den aviso a la comisaría de su barrio. Ahora bien, con tantos policías involucrados en asaltos, barreras truchas, maltrato domestico o simplemente muerte a sus parejas, secuestros y demás yerbas; uno nunca tiene la certeza de estar junto a quien lo defiende o quien lo roba. 

Cuando los sacerdotes hablan sobre como se debe tratar a los hijos cuando nunca han sido padres. O de impedir el embarazo mediante los métodos naturales o con la simple abstinencia. Sin embargo ninguno de ellos se ha hecho cargo de las criaturas porque se ha seguido su consejo al pie de la letra. También es conocido el hecho que proclaman el amor y el respeto hacia la dignidad humana, sin embargo los casos de pedofilia, acoso sexual y la violación hacia las monjas por parte de sacerdotes y seminaristas, es una cosa de todos los días y a lo cual se trata siempre de tapar.

Otros chanchos hablando de higiene son los famosos cultivadores de sésamo, de San Pedro, quienes lloran amargamente ante el gobierno sus pérdidas por culpa de la sequía. Y no piden, si no que exigen el pago de subsidios mediante salvajes cortes de rutas. Ahora bien, por el camino quedan tres puntos pendientes y para ponerse a pensar. Primero, todos los que se dedican a una actividad agrícola-ganadera han perdido fortunas por la misma causa.

Segundo, no se puede priorizar a unos y postergar a otros porque sería una injusticia, sabiendo que la sequía se notó mucho menos  en el segundo departamento. Tercero, esto si que lo tienen bien calladito, los amigos de San Pedro, quien en desmedro de sus colegas del Chaco Central, no pueden contar con grandes plantíos de marihuana disimulados entre las hilera de sésamo, cosa que los sampedranos, sí.

La Marina paraguaya es el estamento encargado de cuidar  nuestras fronteras fluviales, sin embargo, su función se ve algo desdibujada por algunos malos elementos que componen sus cuadros, en especial, el destacado en el Puente de la Amistad. En dicha zona existen cientos de puertos clandestinos, en ambas orillas, sin embargo, nuestra Marina parece ciega sorda y muda.

En ninguno de los distintos procedimientos, en los que la mayoría de los organismos de seguridad tomaron participación, incluidos los Boys Scout, acompañando a jueces y fiscales, se hizo presente la honrosa Marina. Esta que en otras épocas fue la forjadora de innumerables páginas de gloria, honor y heroísmo de nuestra historia nacional, mientras que actualmente su triste papel se remite solo a pedir coima, apostándose sobre la pasarela internacional.  

Ni las distintas municipalidades ni sus respectivos centros de salud, de nuestro país, dan abasto para contener a esta oleada de motociclistas accidentados. Todos hablan y comentan, pero nadie hace absolutamente nada. Hasta la policía da consejos, cuando sus propios uniformados, no quieren usar casco. Como no van a ocurrir esos tremendos choques, si la gente desconoce lo que son las leyes de tránsito.

Este es el único país en el mundo donde se “regala” el registro de conductor. Y su valor como documento personal equivale casi a un metro de papel higiénico. Nadie conoce las señales de tránsito y si lo sabe, opta por no pasarle ni cinco de bolilla. Pagando el famoso canon, se tiene acceso a conducir borracho, a no usar casco ni chapa, y a llevar 4 o 5 pasajeros, para los motociclistas.

Música a todo volumen, una buena conservadora con varias latitas de cerveza, a realizar trompitos en las distintas estaciones de servicio, para los automovilistas. Si las rutas no tienen una buena señalización, pero cuando la hay, la destruyen a tiros o bien se la llevan a casa como si fuera un simple botín de guerra. Hablar podemos hablar, y hasta tenemos el derecho a equivocarnos, pero nunca deben hacerlo como el chancho hablando de higiene. Y si no que se lo pregunten a Armindito.    

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