Para mi asombro, he descubierto un ejército silencioso que se mueve por esta ciudad.
Es gente algo diferente a nosotros, que por desgracia muchos hipócritas prejuiciosos califican de “paraguayos de segunda” o algo más peyorativo,
Como aquella frase que escuché cierto tiempo atrás y que los titula como “saldo de fabricación” porque vienen ya fallados de origen.
Me refiero a todos los discapacitados, sin hacer ningún tipo de diferenciación.
Es gente algo diferente a nosotros, que por desgracia muchos hipócritas prejuiciosos califican de “paraguayos de segunda” o algo más peyorativo,
Como aquella frase que escuché cierto tiempo atrás y que los titula como “saldo de fabricación” porque vienen ya fallados de origen.
Me refiero a todos los discapacitados, sin hacer ningún tipo de diferenciación.
El tema es que tenemos un gran defecto, casi imposible de disimular. Nos reímos constantemente de los problemas e impedimentos físicos de los otros, sin pensar que de eso nunca nos encontramos totalmente a salvo. Existen misterios insondables y fuerzas desconocidas en el cosmos que es mucho mejor no tentar ni desafiar.
Porque sucede que a veces, todas esas bromas sucias, al fin, se nos caen encima de la cabeza y provoca que las enigmáticas vueltas de la vida, nos castigue con un hijo, un sobrino, un nieto o alguien cercano a nuestros afectos. ¿Y entonces qué?
Hace muchos años y antes de venir a Paraguay, tuve una novia con un hermanito sordomudo. Nunca había estado con una persona así, por lo que al principio le tenía cierto temor, desconfianza o un sentimiento de repulsa muy difícil de describir. Y eso que el pobre no había hecho nada en mi contra. Pero todos esos sentimientos negativos desaparecieron en cuanto comencé a conocerlo.
Quebrado el hielo, caí en la cuenta de cuánto tiempo había perdido por culpa de los estúpidos prejuicios. Llegamos a ser estupendos amigos hasta que por motivos ajenos a él, nos separamos. Esa misma emoción y alegría se revivieron cuando, días pasados, estuve con un grupo de sordomudos, en la biblioteca de Ciudad del Este. Estaban asistiendo a un curso de informática especialmente diseñado para personas con su mismo tipo de discapacidad.
Mi emoción fue por partida doble. Primero por ver el entusiasmo que estos chicos y chicas tienen por darles una oportunidad. Y segundo, las ganas terribles de aprender y ocupar, como todo el mundo, el lugar en la sociedad que les corresponde por hecho y por derecho. Pero lo más lindo de todo, es que esta gente no se queda en su casa lamentando la mala suerte que han tenido al nacer con un impedimento. Al contrario, con una valentía y decisión que muchos “normales” no tienen, salen a enfrentar a la vida y ganarle en la porfía.
Sé que hay muchos que les sucede lo mismo que a mí. Pero son mayoría lo que piensan con prejuicios y sentimientos malsanos. Eso es porque no los conocen, que es lo que a mí me ocurrió en su momento. Conocerlos es amarlos, porque tienen una dulzura y una inocencia a toda prueba. Se amalgaman muchas virtudes que reemplazan con creces todas sus dificultades físicas. Lo único que precisan es cariño y comprensión, no lástima, porque eso los hiere profundamente.
Las ciudades de nuestro país tiene infinidad de carencias y el modo como ellas están preparadas para albergar a los discapacitados, se puede inscribir en esa larga lista de necesidades prioritarias. No se le puede pedir a los municipios rampas en las calles cuando ni siquiera existe una mísera vereda. Los transportes públicos que apenas pueden con sus latas viejas, no están capacitados para trasladar personas en sillas de ruedas. Molinete mediante.
Como se les puede exigir, a los locales donde se sirve comidas, puertas anchas y un sanitario especial para impedidos físicos cuando muchos ni siquiera tienen baños y si los hay, de ellos emerge un olorcito que no se asemeja precisamente ni a rosas ni a jazmines. Y que no se nos ocurra hablar de megitorios para los disminuidos de estatura o simplemente enanos, porque eso ya es una lujuria total.
No existen quienes entrenen perros guías para ciegos ni instructores de auto-suficiencia, para ellos. Hablar de una biblioteca con Braile, es una locura. Al menos, los nuevos billetes, se los han tenido en cuenta y los ayudan, por medio del tacto, a diferenciarlos bien. Eso al menos es un pequeño avance. En cuanto a los mudos, hay una noticia sensacional que me llena de alegría.
Es prácticamente un hecho que el lenguaje por señas, sea declarado tercer idioma oficial en Paraguay, cosa única e inédita a nivel mundial, que pone a nuestro país a la vanguardia, al menos en este rubro. Sin embargo, una golondrina no hace verano y cuando dejemos de ser ignorantes y corrijamos la falta de educación con respecto a los deficientes físicos, entonces habremos dado el primer paso para blanquear a parientes o amigos a quien tenemos escondido y nos da vergüenza salir con ellos a la calle.
Muchos piensan que por nacer con impedimentos no tienen derecho a sueños, anhelos, esperanzas, hacer planes, diseñar un futuro mejor para ellos y sus descendientes. A amar y ser amados. Desean en lo profundo estar integrados y no rechazados por la sociedad.
Ellos deben rendir el doble o el triple que un “normal”, para ser notados y aceptados. Sentimientos iguales a los nuestros y más sensibles aún. Esta vez no quise burlarme de nadie solo humildemente ser la palabra de todas aquellas voces que nunca nadie escucha.
Muy buen y acertado artículo, como siempre, mi buen amigo Ricardo.
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