miércoles, 12 de enero de 2011

CEGUERA Y FANATISMO EN LOS “TESTIGOS DE JEHOVÁ” - PARTE II

Estadísticas


Las falsas profecías

Esta secta ha heredado de su fundador, la obsesión escandalosa de profetizar repetidas veces la segunda venida del Mesías, así como el Fin del Mundo:

En 1914 anunció Russell, su fundador, la caída del Papa y el regreso de Cristo, basado en la Gran Pirámide y en la Biblia. 

En 1918, ante el gran fracaso, lo anunció con correcciones para el año 1920. 

En 1920, Rutherford profetizó que en 1925 resucitarían y volverían a la tierra los 70 patriarcas judíos, encabezados por Abraham, Isaac y Jacob, los cuales no irían al cielo sino que acompañarían a los Testigos en la tierra restaurada durante el milenio que habría de comenzar.

Profetizó que ocurriría el 1 de octubre de 1925, el fin del mundo, como ello no acaeció, los Testigos adoptaron la táctica de los adventistas al decir que Cristo volvió a la tierra pero en forma invisible. 

1941 y 1975 fueron otras fechas que también resultaron ser verdaderos fraudes. Como nada ocurrió tampoco esos años, se levantaron protestas vehementes en la convención internacional celebrada en 1981 en los Estados Unidos. En esa ocasión, el presidente Franz tuvo que aclarar que el error en la predicción se había debido a que no habían podido precisar con toda exactitud el tiempo transcurrido entre la creación de Adán y la de Eva. Su actual líder, hasta el momento, no se ha atrevido aún a hacer otra nueva profecía. 

Libros de ex-creyentes

Muchos creyentes que dejaron la secta, desilusionados por la postura irracional de la secta y su intransigencia en admitir los errores que había cometido la cúpula directiva, se dedicaron a escribir libros para hacer conocer datos y hechos totalmente desconocidos por el mundo, ocurridos dentro del seno de la congregación. Tal es el caso de Raymond V. Franz, quien escribe Crisis of Conscience. El español Antonio Carrera, autor de “Los falsos manejos de los Testigos de Jehová” (Bilbao, 1976), “70 Testigos acusan a la secta” (Bilbao, 1978), “El fraude del fin del mundo” (Bilbao, 1978), etc. 

Los Testigos envenenan el alma y contaminan la mente 

Es la secta más antigua radicada en nuestro país, pero comparando con las otras congregaciones, sus integrantes son pocos. Esto se debe a lo efectivo del marketing y su sistema de publicidad, ya que es difícil encontrar a alguien que no haya escuchado de ellos. Es frecuente verlos en la calle, caminando en grupo numeroso, que se irá desperdigando por todo un barrio, sin dejar de tocar ninguna puerta. 

Al abrir, probablemente se encuentren con dos ó tres personas que le extenderán un ejemplar de Atalaya ó Despertad. Luego con suma amabilidad, le invitaran a visitar su “Salón del Reino” para conocer a los otros hermanos y por supuesto estudiar la Biblia. En realidad en los “Salones del Reino” se reúnen más para leer el “Atalaya” que la Biblia. 

La sonrisa se borrará de sus labios, cuando se refleje en la cara del “potencial feligrés” una respuesta poco convincente. Más preguntas les harán perder la paciencia, aunque no lo demuestren y es posible que regresen. Pero si ha sido cortante con ellos, no los verá más. 

De seguirles la corriente, concurrirá los días establecidos para su curso bíblico. Allí aprenderá que no se debe beber alcohol, ni fumar, ni festejar los cumpleaños, ni saludar la bandera, ni celebrar la Navidad, ni jugar ajedrez, ni mirar mujer en la calle, que Jesús no es Dios, que la Biblia que ellos enseñan está plagada de errores de traducción, hecha por el presidente Knorr y seguidores, según afirman las ediciones críticas de R. Kittel, de Wescott y Hort, y que se las ignora en la práctica. 

Si por desgracia se necesita un trasplante, es rechazado y ni que hablar de una hemodiálisis ó una transfusión. La Biblia habla de sangre de "animales", y dice "no comer" sangre por la boca, no menciona "transfusiones", ni personas (Lev.7:26, 17:10-14, Gen.9:4). En Levítico 17:14, dice: "en la sangre está la vida", pero los Testigos no lo entiende así. Más contradicciones surgen y “el novato” a esta altura se encuentra confundido, sin embargo continúa el "lavado de cerebro" 

Escucha desorientado que los 144.000 Testigos elegidos, gozarán en el Cielo divino y los otros Testigos, habitarán la tierra por siempre, como en un paraíso, pero los que sean Testigos buenos, que concurran al Salón del Reino y consigan nuevos adeptos. Se inicia luego un período de prueba, más o menos largo según las circunstancias; el candidato es estrechamente vigilado. 

Se enseña que la bandera es satánica y saludarla, idolatría. Las autoridades también son satánicas, imposible defender a la patria en caso de contienda bélica. El Papa es hijo del Diablo, igual que los sacerdotes, pastores de otras sectas y todo el resto de la humanidad, a excepción de los Testigos. Ellos son los únicos que tienen la verdad, lo demás lleva al pecado. 

La salvación y evitar el pecado son dos temas con que los Testigos aterrorizan a los feligreses como único método de presión. Lentamente envenenan el alma y contaminan su mente, trasformando a un simple mortal en un ser temeroso de cometer cualquier error que lo conduzca a la perdición, olvidándose que Dios es amor.


Según estadísticas de 1989, los Testigos de Jehová eran entonces 3.787.000 en todo el mundo, concentrados especialmente en los Estados Unidos (818.000), país en que se los considera la secta de más rápido crecimiento; México (277.000); Brasil (267.000); Italia (172.000); Japón (138.000), etc.. Según estadísticas de 1991, los “proclamadores”, es decir, miembros activos, eran en todo el mundo 4.017.213, cifra que representa un incremento de 6 por ciento respecto del año anterior, y los simpatizantes y asistentes a la “cena del Señor”, 9.950.058. 

En el año 2003 alcanzan a 4.5 millones, en 205 naciones. Tienen su sede central en Brooklyn, New York desde donde realiza una intensa actividad editorial que incluye Biblias, libros, folletos, tratados, etc. Venden "de casa en casa", las revistas "Despertad" y "Atalaya", con 10 millones de ejemplares por tirada, solo en EEUU. La revista “Atalaya” (The Watchtower, en su edición inglesa, quincenal, en 154 idiomas, con una tirada media de 27.055.000 ejemplares) y ¡Despertad! (¡Awake! en su edición inglesa, mensual, en 81 idiomas, tirada media de 34.412.000 ejemplares. 

Se ha calculado que la tasa anual de deserción de los Testigos es en algunas regiones de un 18%, la cual es compensada con el gran número de conversiones logradas anualmente. Por esta razón, hay quienes la consideran como una “secta de paso”.

2 comentarios:

  1. ACLARO QUE NO HE LEÍDO LOS OTROS POST AL RESPECTO... con este me basta y sobra!!!

    ¿Conocía usted de la libertad de culto expresada en la declaración de los DDHH?

    Mire, yo también he recibido la visita de los Testigos en mi casa, y hasta he leído Atalaya, y he discutido con ellos, y muchas veces los he despachado...
    pero le puedo asegurar que usted es totalmente injusto al aseverar que son fanáticos o con ceguera...
    Conozco a algunos testigos personalmente, y no sólo son excelentes personas, sino también sobresalientes en lo que emprendan (estudios universitarios, trabajo, investigación; o la vida cotidiana)
    En nada se parecen a los fanáticos de otras religiones 'aceptadas socialmente' (porque pagan publicidades masivas en prensa televisiva), para nada...
    Los testigos que conozco son gentes sencillas, que proponen prácticas de vida saludable, que ya querría yo poder seguir... Y es cierto, no creen que Jesucristo es Dios, y tampoco creen que YA RESUCITÓ, y por tanto ya está entre nosotros para siempre... y no necesita venir una segunda vez...( a menos que se trate de a cada corazón de creyente)... de ahí sus errores de pronósticos...
    Ahora bien, en cuanto a errores de pronósticos, ¿alguna vez leyó los pronósticos de, por ej: la Virgen de Fátima?... ¡No!, porque el Vaticano las ocultó por décadas... y sólo cuando circularon versiones 'no reconocidas' es que se decidieron a publicarlas... pero el pronóstico ¿estaba confirmado?

    SOLO POR CURIOSIDAD ¿QUÉ FE PROFESA USTED DON RICARDO?

    ResponderBorrar