sábado, 15 de enero de 2011

LA IGLESIA CATÓLICA VS LOS PIRATAS DE LA FE - PARTE III

Las conspiraciones nunca acaban

Las complicadas operaciones de Benedicto XVI para ocultar uno de los secretos más guardados del Vaticano que es la pedofilia en la Iglesia Católica, resultó inútil. Sólo en Brasil, en los últimos años han sido denunciados 1.700 sacerdotes por abusar de niños y adolescentes.

El escándalo no es exclusivo de Brasil, sino que ha sacudido a España, Francia, Italia, Alemania, Austria, Polonia, Gran Bretaña, Irlanda, Estados Unidos, México, Costa Rica, Puerto Rico, Colombia, Argentina, Chile.

Pero la Iglesia esconde y minimiza este tremendo problema, que no es accidental ni azaroso sino institucional. Y está signado por la protección y el encubrimiento. Durante el último medio siglo se presentaron casi 11 mil quejas por abuso sexual; los destinatarios fueron 4.392 sacerdotes en Estados Unidos.

Las víctimas han recibido unos 572 millones de dólares en daños, además de los 85 millones de dólares que la arquidiócesis de Boston decidió pagar a las 540 personas que la demandaron por los abusos sexuales de los curas”.

Centenares de monjas en 23 países, la mayoría en África, han denunciado haber sufrido abusos sexuales, a veces sistemáticos, por parte de sacerdotes y misioneros. Los datos figuran en informes de la revista norteamericana National Catholic Reporter.

Se incluyen casos de novicias violadas por los sacerdotes a quienes tienen que solicitar los certificados oportunos, habla de médicos de hospitales católicos que se ven asediados por sacerdotes que les llevan a monjas y otras jóvenes para abortar. Un caso extremo, el de un sacerdote que obliga a abortar a una monja, ella muere y él oficia la misa de difuntos por la joven fallecida.

Hechos del pasado que avergüenzan a sus feligreses

  • ·     Durante las Cruzadas, los soldados cristianos degollaron cerca de 400.000  musulmanes, la mayoría de ellos, indefensos luego de su rendición.

  • ·    La Santa Inquisición fue responsable de 100 mil muertes bajo la excusa de la herejía, siendo las mujeres, acusadas de brujería, las más perjudicadas.

·         Se calcula en 3 millones, el genocidio de aborígenes americanos, en silenciosa complicidad con la curia romana.
·         Un millón y medio de armenios ortodoxos a manos de los turcos, en 1915, en donde la Santa Sede miró hacia otro lado.

El genocidio de 6 millones de judíos, más 2 millones de otras minorías (gitanos, homosexuales, negros, curas y monjas católicos), en donde el Papa no se pronunció en su defensa.

La Iglesia Católica ha perdido muchos adeptos

La Iglesia Católica se enquistó en América, desde el mismo momento del descubrimiento. En nuestro país fueron los Guarani, quienes sufrieron torturas y persecuciones de los conquistadores, con el consentimiento de los clérigos, solo por no creer en cosas contrarias a su idiosincrasia y religión.

La evangelización por lo tanto se hizo a sangre y fuego. A partir de allí, el poder de la curia fue incrementándose hasta estabilizarse en 98% de la población. Pero entre las décadas del 70 y 80, las sectas, gracias a una actualización en sus métodos de captación de adeptos, especialmente aquellas venidas de la India y China.

Sin embargo fueron las iglesias evangélicas que, habiendo comenzado tímidamente en la región, han sido las que más fieles han llevado a sus filas. En contrapartida los católicos pierden adeptos día a día, en cantidades notables. Las razones son múltiples y algunas ya han sido esgrimidas en esta nota y en las tres anteriores.

Solamente los 8 de diciembre, puede llegar a verse cerca del millón de personas en las vecindades de Caacupé, pero luego, durante el curso del año, las iglesias permanecen casi totalmente vacías. Las nuevas generaciones, están algo decepcionadas y su fe católica es mucho menos que la de sus padres, que generalmente es menor que el de sus abuelos.

“Buscar atraer a los jóvenes con música de “cachaca” ó “cumbia villera” con letras cristianas, para la gente mayor es más una herejía, que una bruja en el siglo XVI”, según comentarios de devotos tradicionalistas.

Al no ser contempladas nuevas opciones dentro del dogma, y sí  viendo toda la corrupción y las tremendas conspiraciones imperantes dentro del ámbito de la Santa Sede, el católico opta por cambiar de religión.

La misma cúpula vaticana reconoce que la deserción es grande y que tiende a ser mucho mayor con el paso del tiempo. Las frases “haz lo que yo digo más no lo que yo hago” y “borrar con el codo lo que escribe la mano” son dos espinas clavada en el corazón del católico apostólico romano.

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