jueves, 18 de noviembre de 2010

LA AVARICIA CORROMPE HASTA UN SANTO

Este conocido refrán, es tan sabio, que se repite de manera constante, y de  preferencia entre la clase política de nuestro país. Al parecer el poder les coloca una venda a aquellos representantes, teóricamente del pueblo, que terminan por perder definitivamente la perspectiva de los problemas cotidianos que nos aquejan, desde el mismo momento en que toman posesión del cargo.

Lo llamativo del caso es, que el gran porcentaje de los funcionarios estatales, que se empotran dentro del Estado, provienen de las clases más humildes. Por lo tanto, no pueden desconocer cualquier temática que se les enfrente, porque ya la han vivido y sufrido en carne propia. Por eso están donde están, porque en determinado momento se presentaron como una opción nueva y diferente a la esfera del poder.

Supieron levantar su voz en defensa de sus conciudadanos, al menos estos así estos lo creyeron, con cientos de promesas casi creíbles, en su momento, pero incumplibles a la hora de la verdad. Primero convencieron a su familia y luego a los vecinos, para que lo apoyaran. Todos sabían de donde venían y por lo tanto, se presumía honradez, trabajo y dedicación exclusiva a la hora de arremangarse la camisa.

Hicieron trabajar a su barrio, a cambio de espejitos de colores, invirtiendo el poco dinero que con el grupo familiar contaba, pensando que una vez llegado a la cima, habría un grueso y muy abundante botín que repartir con sus más fieles seguidores. A poco  de asumir, ocurrirán, dos cambios en la rutinaria vida del político. Refaccionará su casa, para envidia de sus vecinos, o en su defecto cambiará su viejo y humilde barrio por alguno que tenga un poco más de status. La 4 x 4 es de rigor, si es que se quiere hacer poner un poquito verde de envidiar, a los amigos y enemigos.

Luego vendrá la granja, la estancia, los paseos a Punta del Este, y todo lo bueno y mejor que un jugoso sueldo y sus poderosos “extras” puedan comprar. Mucho antes que termine su mandato, buscará, de todas formas, asegurarse con tornillos a su poltrona de poder, y según como sepa negociar, tendrá un cargo vitalicio para él y toda su familia.

Esto fue solo una pequeña pincelada de lo que se intentó cambiar con aquel memorable 20 de abril del año pasado. Sin embargo con casi seis meses en el poder, los nuevos funcionarios, todavía no han dado muestras suficientes de querer cambiar o al menos torcer los cotidianos vaivenes de tejes y manejes de nuestra serpenteante política criolla.

O sea, estamos como al principio, pero un poco más pobres y con una guillotina bien filosa pendiendo sobre nuestros cuellos. Léase más inseguridad, más invasiones campesinas, la sequía nos quemó más de la mitad de nuestras cosechas, aumentó la superficie cultivada de marihuana, se calcula gran deserción escolar para el comienzo de clases por padres sin trabajo, hospitales saturados, con mala atención, pocos médicos, y nada de insumos básicos.

Con lo aquí expuesto, queda en evidencia que uno dé los peores pecados capitales: la avaricia, sigue enquistada, de manera intacta, en el poder. Y parece que va a ser muy difícil extirpar este cáncer de nuestra sociedad. Porque la vocación de servicio es una frase que no figura en el diccionario de las nuevas figuras.

Un patrimonio sagrado del folklore paraguayo, es la famosa rueda del tereré. En ella se cuentan los más diversos y divertidos chismes. Por lo general se narran anécdotas exageradas o bien distorsionadas un poco de la realidad. En una de ellas, me contaron que nuestro obispo mayor, ya ungido presidente; dejó su cargo pastoral, luego de ascender hasta la máxima categoría que le permite el escalafón religioso y se hubiera quedado un tiempo más si es que existiese el cargo de cardenal en nuestro país.

Verdad o mentira, eso no tiene ninguna importancia, lo que si cuenta es que antes de cumplir los seis meses y sin ningún hecho meritorio cargando sobre su espalda, el ex religioso ya tiene la intención de reelegirse cuando termine su período. Esto ha confundido a partidarios, compañeros de la alianza, contrincantes y a todo el pueblo, de tal manera que nadie ya entiende nada de nada. Por  haber jurado, en su oportunidad, jamás perpetuarse en el poder, como lo hacían sus otrora opositores políticos.

Mientras estaba elaborando este material, retrocedió en sus afirmaciones, por diversas presiones y también es posible que cuando llegue este comentario a sus manos, vuelva nuevamente a cambiar de idea otra vez.

Por favor, que no se repita la misma historia de la gestión anterior. Que por desearse en forma desmedida la reelección, se pasó por un desgobierno que condenó al desastre al partido gobernante y a la miseria al resto del país. Tanto que esta gente ha criticado, los métodos e ideologías de los antiguos funcionarios para luego  caer casi en lo mismo. Por favor que no se vuelva a repetir esta misma película porque este país no lo va a poder resistir más.

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