miércoles, 13 de octubre de 2010

EL DESEMPLEO NO DA DERECHO A SER ABUSIVO

Si buscamos los verdaderos motivos por el cual Ciudad del Este se encuentra en caída libre, desde 1994, nos vamos a cansar de encontrar variantes. Todos, en esta urbe lo sabemos, pero callamos y no asumimos nuestra parte de culpa. Nadie está libre de pecados. Porque queriéndolo o no, hemos contribuido a esta pésima imagen con que cuenta, desde hace tiempo, esta ciudad.

Nosotros somos residentes, pero si invertimos los papeles y nos convertimos en visitantes, lo primero que veremos traspasando el puente, es la imagen de sub-pobreza, con esos puestos colocados en la misma cabecera, que no tienen razón de estar ahí. Unos pasos más y se toparán con toneladas de basura esparcidas por doquier.

El temor que inspira la inseguridad reinante, es un punto muy fuerte que no inspira confianza al extranjero. Si a esto, le agregamos el acoso incesante de los “zorros” con aquellos, que se atreven a traer sus vehículos a este lado, entonces la cosa está completa. No hay tampoco que olvidarse que no hay muchos lugares higiénicos para almorzar y que no los asalten con los precios.

Para aquel turista, que quiera saborear, nuestros platos tradicionales, no existe en el microcentro, un solo restaurante de comidas típicas paraguayas, ni un local de espectáculos con bailes y músicas nuestras. Sin embargo, lo que abunda y es uno de los aspectos negativos que dejan una impresión desagradable, en la ciudad, apenas transpuesto el puente, es la cantidad de “mesiteros”, desparramados por veredas y esquinas, ofertando sus dudosas mercaderías.

Ellos no son el problema, solamente una parte de él. No obstante tienen su cuota de responsabilidad por la caída comercial de esta ciudad y que jamás fue asumida, ni por los dirigentes ni por sus miembros. Ellos han contribuido, a que los brasileros se hayan puesto firmes en sus reclamos y nos hagan constantemente la vida imposible, aún sin importarles las consecuencias para ambas márgenes del Paraná.

En este momento, los “mesiteros” se oponen al funcionamiento del nuevo shopping, al que acusan de haber invadido “su propiedad”. Eso no es correcto. El terreno lindero con la Marina, le pertenece por entero a la Municipalidad de Ciudad del Este y es cedido a ellos, únicamente para la construcción de un centro comercial, solo para albergarlos. Sin embargo cuando Aspen les sirvió en bandeja, la única oportunidad concreta, que tuvieron de estar allí, estúpidamente, hicieron todo lo posible para boicotearlo.

Durante 15 años, ese lugar estuvo inundado de ratas y basura y nunca se preocuparon de relanzar otra licitación. Por los requisitos exigidos, siempre serían declaradas desiertas, porque los números nunca cerraron y nadie hace negocios para perder. Al fin de cuentas ¿porqué se quejan tanto?, si los mismos “mesiteros” cuando ven, que el lugar del vecino se encuentra vacío por más de dos días, lo ocupan sin sentir el menor remordimiento y anda a cantarle a Mangoré.

Y si nos referimos a ocupaciones ilegales, ¿quien les dijo a ellos, que podían invadir las veredas y hacerlas suyas? Si la excusa es la falta de trabajo, pues bien,  ya sabemos que el empleo no abunda, pero todos inventamos para nuestro “puchero”, los mototaxistas lo hicieron. Si uno quiere realmente un trabajo, seguro que lo encuentra. Ser “mesitero” no es un oficio, apenas es una changa pasajera.

No pueden negar que ellos, han sido quienes más han contribuido a la distribución de la piratería, como de abusar de la buena fe de los compradores. Ropa deportiva, perfumes, anteojos, CDs, DVDs, pequeños electrodomésticos, bolsos, y un sinfín de artículos más, imposibles de detallar. Eso ha hecho que de a poco, desaparecieran  los verdaderos turistas. Los compradores argentinos ahora van directo a Asunción, ahí, saben  realmente lo que compran. 

Pero esto no es todo, con el tiempo se han vuelto más y más prepotentes y creen que los barrenderos de la municipalidad son sus empleados. A las 10 de la noche, los camiones recolectores dejan en condiciones las principales arterias, y a las 10 de la mañana vuelven a transformar la acera en un “kure kua”. Abusan de la impunidad y de la consabida desidia de los funcionarios comunales. Aturden a comerciantes y eventuales transeúntes  con sus equipos de sonido, a todo volumen. ¡¡¡Pobre el que se anime a pedirles que bajen el nivel de sonido!!!

No está demás agregar, que la electricidad que hace funcionar sus aparatos, generalmente son pirateadas de los postes de Ande. Sus mesas son demasiado anchas y de manera abusiva, ocupan gran parte de la vereda, debiéndose por lo tanto, bajar al pavimento, corriendo el riesgo de ser atropellado por un mototaxista. 

También existen las quejas que hacen las mujeres, cuando pasan cerca de ellos y reciben una lluvia de groserías de muy mal gusto. Sus latitas de cerveza están regadas por todo el microcentro y las casillas nuevas que se les ha entregado, ya ninguna goza de buena salud, y han vuelto a transformar en “toldería”, un buen intento por mejorar la visual de la ciudad.

En resumen, la ciudad es de todos, incluso de ellos. Pero la falta de empleo no es una exclusa valida para hacer lo que se les antoja ni lo que les venga en ganas. Tienen imperiosamente que empezar a comportarse como gente civilizada. Las épocas han cambiado y ellos representan a los últimos dinosaurios que se empeñan en seguir viviendo en la ilegalidad y al margen de las reglas. 

1 comentario:

  1. Tal cual Ricardo concuerdo con vos y lo peor de todo es la mugre y los zorros, que ven un turista y le corren como perro tras su hueso para pedirle amablemente que los acompañe a alguna calle donde haya poca circulación para coimearle SOLO POR SER TENER PATENTE DE OTRO PAIS y lo digo por que me toco interferir una ves y decirle al policia de transito o ladron con chapa que deje tranquilo a unos turistas uruguayos .. javier

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